Carlos Cristóbal. Madrid
España se encuentra muy lejos de la élite mundial en lo que al gasto sanitario se refiere. Así lo pone de manifiesto el último informe publicado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que la sitúa en un discretísimo vigesimoprimer puesto entre las 34 principales economías del planeta.
Bajo el título ‘Health at a Glance 2015’, hace referencia expresa a España, al que coloca entre los países europeos cuyo gasto sanitario más ha sufrido los efectos de la crisis junto a Grecia. En concreto, destaca su “brusca reversión” entre 2008 y 2012, cuanto se pasó de los 2.380 a los 1.405 millones de euros.
Gasto sanitario por persona (en dólares). 2013. Fuente: OCDE.
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La inversión en materia sanitaria realizada por España en 2013, año de referencia para la realización del informe, se quedó en 2.898 dólares per cápita (2.652 euros). Esta cifra, inferior en 555 dólares a la media de la OCDE, supone además un descenso del gasto por ciudadano cifrado en 159 euros respecto a los datos ofrecidos por este mismo informe en 2013.
La tendencia negativa queda evidenciada al ver que España es uno de los once países donde el gasto sanitario ha caído entre 2009 y 2013, concretamente un 1,7 por ciento. Este registro es superado únicamente por cuatro países: Grecia (7,2), Luxemburgo (4,3), Irlanda (4,0) y Portugal (3,0).
El gasto total español en salud supone, a su vez, el 8,8 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB). En este aspecto España también se encuentra, aunque solo sea por una décima, por debajo de la media de las principales potencias mundiales. En este campo, Estados Unidos es la que presenta una mayor aportación (16,4 por ciento) mientras que en Europa Holanda y Suiza (11,1) comandan un listado en el que hasta ocho países se encuentran por encima de la barrera del 10 por ciento.
En lo que a la distribución del gasto por tipo de financiación se refiere, cabe destacar que el sistema público copa el 67 por ciento del total – y el 14 de todo el gasto público- mientras que la aportación ciudadana supone el 24 por ciento, la Seguridad Social el cinco y el aseguramiento privado.
Por otra parte, a la hora de desgranar dicha aportación por servicios se aprecia que la mayor parte del mismo se destina a la atención ambulatoria (37 por ciento), muy por encima de la atención hospitalaria (25), material médico (24) y cuidados de larga duración (5).
Gasto farmacéutico
La variable del gasto farmacéutico también ha sido analizada por la OCDE, y en ella España tampoco ha salido del todo bien parada. Con una aportación de 480 euros por persona, ocupa el decimocuarto puesto dentro de un listado referido exclusivamente a las oficinas de farmacia que deja la media en algo más de 470 euros.
Asimismo, la inversión farmacéutica total se sitúa en el 1,4 por ciento del PIB, del cual prácticamente un tercio proviene del ámbito privado. En ella, cabe destacar la creciente importancia de la farmacia hospitalaria, que tras aumentar su volumen un 2,2 por ciento entre 2005 y 2013 supone ya el 27 por ciento. En el lado opuesto se encuentra la oficina de farmacia, que ha caído un 0,2 por ciento.
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