16 may. 2017 13:10H
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Utilizar mal un bastoncillo para los oídos es una causa frecuente para acudir a Urgencias en Estados Unidos. Investigadores del Nationwide Children's Hospital de Columbus, en Ohio, han detectado un número "inaceptablemente alto" de visitas a Urgencias en el país por heridas ocasionadas por el uso indebido de bastoncillos para los oídos.
Así lo revela un trabajo publicado en la revista 'The Journal of Pediatrics' que ha contabilizado unas 263.000 intervenciones a menores de 18 años por este motivo entre 1990 y 2010, a través del Sistema Nacional de Vigilancia Electrónica de Lesiones (NEISS, en sus siglas en inglés) de los hospitales estadounidenses, lo que equivaldría a unas 34 heridas diarias.
"Los dos errores más habituales que oigo a mis pacientes es que el oído debe limpiarse con remedios caseros o mediante el uso de bastoncillos, y en ambos casos es falso", ha reconocido el otorrino Kris Jatana, uno de los autores de este trabajo, que recuerda que el canal auditivo suele autolimpiarse y el uso de estos productos puede empujar la cera más cerca del tímpano con el consiguiente riesgo.
Mala utilización
En este informe se constataron que la mayoría (73 por ciento) de las lesiones registradas estaban provocadas por el uso de estos bastoncillos para limpiar los oídos, seguido de las provocadas por jugar con ellos (10 por ciento) o por caerse con el bastoncillo en el oído (nueve por ciento).
La mayoría de las heridas ocurrieron cuando el niño usaba el bastoncillo por su cuenta (77 por ciento), seguidas de las provocadas por uno de los padres (16 por ciento) o un hermano (seis por ciento) al intentar limpiar el oído del menor. Aproximadamente dos de cada tres pacientes tenían menos de ocho años de edad, y los menores de tres años representaban el 40 por ciento de todos estos casos.
Las lesiones más frecuentes fueron sensación de cuerpo extraño (30 por ciento), perforación del tímpano (25 por ciento) y lesión de tejido blando (23 `pr ciento). La sensación de cuerpo extraño fue el diagnóstico más común entre los niños de 8 a 17 años, mientras que el tímpano perforado fue el más común en los menores de 8 años.
Pese a estos incidentes, el 99 por ciento fueron tratados y curados en el momento y solo los casos más graves, en los que resultaban dañados el tímpano o el oído interno, provocaron mareos, problemas de equilibrio o una pérdida auditiva irreversible.
"Aunque el número de lesiones totales por este motivo ha ido disminuyendo en los últimos 21 años en los que se desarrolló el estudio, los datos siguen siendo altos", según Jatana, que recuerda que "no deben utilizarse para limpiar las orejas".
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