Timmo Andersen, director general de Boehringer Ingelheim.
Boehringer Ingelheim vende menos medicamentos en su casa, en Europa. Así lo indican
los resultados presentados por la compañía, correspondientes a 2017, que reflejan una
caída de sus ventas de fármacos de uso humano del 2,7 por ciento.
En total, durante el pasado año, la compañía facturó en el viejo continente unos 3.965 millones de euros
, 111 millones menos, por productos de uso humano. La causa de esta reducción es, según la compañía, la caída de venta de varios productos y la presión que sufre el precio de
Spiriva (tiopropio inhalado) en la Unión Europea.
Sin embargo, la caída fue más acuciante si cabe en
Japón, donde los ingresos del área biofarmacéutica humana de Boehringer cayeron un 18,7 por ciento. En este caso, la reducción de ventas se produjo por la
pérdida de patente de telmisartán (
Micardis) en el país del Sol Naciente.
El principal
superventas de la multinacional alemana no tuvo mejor suerte. Los ingresos por el ya citado
Spiriva (tiopropio en inhalación) cayeron un 6 por ciento, hasta los 2.826 millones de euros. Con todo, sigue siendo el mayor
blockbuster de la multinacional alemana, y con diferencia.
Datos globales
Con todo, y a pesar de estos datos negativos en el terreno de la salud humana, la compañía alemana cerró 2017 con
datos positivos. En total, la farmacéutica logró unos 18.100 millones de euros, un 14 por ciento más.
Ajustado por los efectos únicos obtenidos con el intercambio comercial con
Sanofi, la compañía registró un crecimiento de ventas, tras el ajuste de divisas, del 6,1 por ciento (sobre la base del euro: 4,4 por ciento). Al mejorar el resultado operativo, que ronda los 3.500 millones de euros, el margen de beneficios queda en el 19,3 por ciento.
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