Esta herramienta todavía está en fase de validación, pero por el momento ronda el 90% de aciertos

Julián Conejo-Mir
Julián Conejo-Mir.


20 dic. 2022 11:20H
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POR DESIREÉ POZO
Todavía está en fase de validación y le queda camino para perfeccionarse, pero el Hospital Universitario Virgen del Rocío está desarrollando un algoritmo mediante inteligencia artificial (IA) para el diagnóstico por imagen instantáneo. Esto ayudará a agilizar los diagnósticos, pero no serán, en ningún caso, una forma de sustituir a los expertos en Dermatología. Además de esto, otra de sus grandes ventajas es que sirve para hacer un triaje de los casos más graves e, incluso, cita al paciente directamente a quirófano.

La inteligencia artificial tiene altísima utilidad en algo que no parece complejo: los médicos de Atención Primaria envían dos tipos de imágenes, sobre todo en los casos de tumores: una fotografía clínica y otra dermatoscópica. Después, se pasan por el programa de la IA y esta lo que hace es emitir un informe de probabilidad para diferentes diagnósticos. "Por ejemplo, el algoritmo de la IA nos dice 'esto tiene un 90 por ciento de probabilidades de ser un melanoma''', ha explicado Julián Conejo-Mir, jefe de Servicio y catedrático de Dermatología del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla. Pero también puede emitir otros análisis, "como por ejemplo: 'no sé si esto es un melanoma, pero es un tumor maligno' o 'esto es una lesión benigna con una altísima probabilidad'". Por tanto, también tiene utilidad para hacer triaje, ha indicado. "El programa lo primero que hace es un triaje, además de darnos diagnóstico, así le damos prioridad a quien la necesita. Incluso el algoritmo, si el paciente tiene un cáncer de piel, le cita a la mayor brevedad a quirófano directamente, dándole su día y hora". 

Aún así, siempre tiene que haber un especialista detrás que valide el diagnóstico: "Hoy por hoy es un instrumento", afirma el dermatólogo. "La inteligencia artificial va a ser como una lupa, como un dermatoscopio, lo que va a permitir es dar un diagnóstico. Igual que antes teníamos que contar a ojo los glóbulos rojos uno a uno y ahora lo hace una máquina; pero con las imágenes. Luego, el especialista tiene que estar ahí para ver que la máquina no se ha equivocado, por eso no va a reducir las plantillas". Es mas, a medida que aumenta la facilidad diagnóstica, aumenta el número de pacientes a atender (efecto llamada) y, por tanto, aumentara la necesidad de especialistas. Pero es verdad que todo será más fácil.

El hecho de que la IA sea una herramienta y no un programa final de diagnóstico es importante, porque a pesar de que el equipo del Hospital del Virgen del Rocío está todos los días trabajando en ella, a la IA le queda todavía tiempo para que se incorpore a la rutina del día a día de los dermatólogos.


Dermatólogos vs. la IA


Como ejemplo, Conejo-Mir ha explicado una curiosidad sobre la IA: "Cuando ponemos una imagen típica y clara y enfrentamos al ordenador con los diez mejores especialistas en dermatoscopias, para ver quién acierta más, la IA casi igualaba el porcentaje de diagnósticos del especialista". Pero, claro, esto se ha probado en condiciones perfectas e idóneas, es decir, con especialistas muy buenos que podían estudiar y analizar las imágenes sin prisas ni estres, durante todo el tiempo que quisieran.

Sin embargo, no sucedía lo mismo cuando la prueba se hacía en vivo, en tiempo real, cuando se simulaba que el dermatólogo estaba pasando consulta, que es la manera en la que se suele diagnosticar en el día a día. Fuera de esas condiciones perfectas, el número de aciertos de los especialistas disminuían hasta el 60 por ciento, mientras que la máquina se mantenía alrededor del 90 por ciento de aciertos. Y esto se debe a que a la IA no le pasan factura temas como el agobio de muchos pacientes por atender, la hora del día, si hay pacientes esperando o, incluso, aporreando tu puerta o el cansancio. "La maquina no es perfecta, pero nos gana en esas condiciones", ha señalado Conejo-Mir desde el otro lado del teléfono.


"La máquina no es perfecta, pero nos gana en esas condiciones"



En estos momentos, la IA se encuentra en la "fase de validación". Esto significa que ya ha superado la primera fase de encontrar el algoritmo idoneo, con un numero de aciertos muy alto, y ahora debemos comprobar en un estudio en vida real, es decir, con un número suficiente de pacientes, si los resultados de la inteligencia artificial "son correctos", ha comentado el dermatólogo. "Casi todos los estudios con IA se encuentran ahora mismo en esta fase".

"Llevamos ya alrededor de tres años en la aplicacion practica de la IA para ayuda en dermatologia", tal y como ha explicado a Redacción Médica. En este tiempo, "hemos tenido que modificar el algoritmo varias veces para aumentar el indice de aciertos", reconoce. No obstante, aunque todavía queda mucho por hacer, parece que los resultados son buenosacierta alrededor del 90 por ciento de las ocasiones


Nuevas formas de atención en Dermatología


Pero las nuevas tecnologías dentro de la especialidad dermatológica no se terminan con las inteligencias artificiales para el diagnostico automatico por imagen. Ahora, tal y como ha explicado Conejo-Mir, también están desarrollando "una secretaria o ayudante virtual" que no es otra cosa que un robot o un algoritmo de chatbot mediante IA que recoge la historia clínica de los pacientes con la intención de emitir un posible diagnóstico y el tratamiento. "Nos va a ahorrar mucho tiempo".

"Es como cuando llamas a un restaurante para hacer una reserva, que te atiende una máquina y te guarda la reserva", ilustra el dermatólogo. "En este caso pregunta qué le pasa al paciente, si le pica o no, si duele o molesta, si tiene fiebre... En definitiva, la maquina nos hara la historia clinica, y sus datos los busca y compara con una base de datos que previamente le hemos incluido y nos emite un posible diagnostico. E incluso el tratamiento mas idoneo, buscando en PubMed. "Una vez te sientas a atender al paciente, que ha estado sus diez minutos hablando con el ayudante-robot, tienes sobre la mesa los tres documentos (historial, posible diagnóstico y tratamiento), con lo cual es todo muchísimo más fácil". Incluso a medida que se utiliza, el algoritmo usando redes neuronales profundas va aprendiendo día a día más.
No obstante, queda en manos del dermatólogo confirmar que el chatbot de IA está en lo correcto, ya que "el especialista tiene que confirmar si el diagnóstico es correcto". Lo sea o no, esa nueva información ayudará a aprender más a la máquina. 
"Pensábamos que iba a ser fácil conseguir todo esto, pero no lo es". Aún así, Conejo-Mir piensa que va a ser un "arma básica" en el futuro y que estará disponible casi antes que el "diagnóstico por imagen automático" de rutina en la medicina práctica. No obstante, señala que ya hay algunos de estos programas gratuitos en internet "que le pones una foto de una lesión cualquiera y te da las probabilidades de diagnóstico; es bastante aproximado en condiciones indoneas, pero hay que tener cuidado porque aún tiene equivocaciones importantes", comenta.


Aspectos legales y deontológicos


Por último, Conejo-Mir ha apuntado que, por mucho que se avance en la IA, tenemos que hacer también un recorrido que todavía no existe en el aspecto legal. Es decir, hay que empezar a rellenar los vacíos alrededor de este tipo de cuestiones. Por ejemplo: ante una equivocación, ¿quién es la persona responsable? ¿La máquina? ¿El que ha diseñado el programa, el médico, la institución...? "Es muy complicado. Estamos avanzando en el diagnóstico por imagen, pero no en la legislación", ha señalado.

Ahora, mientras la fase de validación continúe, "es cuando se tienen que establecer bases deontológicas, de malas prácticas… Es algo a lo que tendremos que enfrentarnos en el futuro si queremos incorporarlo al día a día con seguridad", ha señalado el dermatólogo.

En definitiva, como bien dice Conejo-Mir: "Es un campo apasionante, pero está empezando. En pocos años vendran cosas asombrosas con esta tecnologia en cuanto mejoren las condiciones de computacion". No solo queda mucho camino en cuanto al desarrollo de las propias IA sino, además, a otros aspectos como el legal o el deontológico.
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