Termina un año duro y empieza uno decisivo. Un año, 2015, en el que el futuro de nuestro país y de nuestra sanidad se definirá en función de un conjunto interrelacionado de importantes decisiones personales y también colectivas.
2015 será el año en el que gran parte de los españoles decidirán que alternativa política quiere que les gobierne en su ciudad y comunidad autónoma, en primer lugar, y en todo el país, posteriormente.
Citas con las urnas que se producirán en un escenario político y social muy diferente al de ocasiones anteriores, tras la irrupción de nuevas formaciones y movimientos ciudadanos.
2015 será el año en el que los que nos gobiernan decidirán el rumbo que seguirá su acción política una vez que la crisis empieza a ser cosa del pasado y todo apunta a una lenta, pero sostenida, recuperación económica de nuestro país.
Las grandes cifras macroeconómicas deberán trasladarse a la realidad cotidiana y personal del ciudadano y será el momento de constatar si hay una intención real de primar y mejorar nuestro Estado del Bienestar, apuntalando de nuevo sus ahora deteriorados pilares (Educación, Sanidad y Servicios Sociales).
2015 será el año en el que los gestores sanitarios decidirán la supervivencia o muerte de la sanidad pública de nuestro país tal y como la hemos conocido. Aquella que era valorada por estudios y expertos internacionales como una de las mejores del mundo hasta no hace mucho tiempo.
Una de dos. O se recuperan los derechos y servicios sacrificados en estos últimos años por el prioritario cumplimiento del objetivo de reducción del déficit público o se continúa con el progresivo desmantelamiento de nuestro Sistema Nacional de Salud.
2015 será el año en el que el nuevo ministro de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad decidirá si cumple el acuerdo alcanzado por su Gobierno con los profesionales sanitarios para trabajar conjuntamente por la sostenibilidad y calidad del sistema.
En el caso de la Enfermería, saber aprovechar el inmenso potencial que tienen sus profesionales, dada su cualificación y competencias, para convertirles en un agente de cambio clave en la solución de los principales retos de futuro a los que se enfrenta el SNS.
2015 será el año en el que los profesionales de Enfermería decidirán si dejan atrás la desmotivación y desilusión consecuencia lógica de la crisis y plantan cara a su situación actual y futura, defendiendo con orgullo lo que hacen y lo que pueden llegar a hacer.
Trabajar conjuntamente para logar una profesión más unida, más fuerte y más visible por el bien personal, sí, pero también, y sobre todo, por el bien colectivo.
2015 será, en definitiva, el año en el que las decisiones de unos y otros cambiarán nuestro país. Un año decisivo responsabilidad de todos.