MADRID, 10 (EUROPA PRESS)
Con más de 140 vacunas contra el SARS-CoV-2 en desarrollo, la carrera está en camino para un candidato exitoso para ayudar a prevenir COVID-19, sin embargo, "la dinámica cambiante de la pandemia de COVID-19 presenta un desafío único para evaluar las vacunas para el SARS-CoV-2", ha afirmado el doctor Manish Sadarangani, director del Centro de Evaluación de Vacunas del Hospital de Niños de BC y Cátedra de Familia Sauder en Enfermedades Infecciosas Pediátricas en la universidad de Columbia Británica.
El investigador ha firmado un artículo, publicado en 'Canadian Medical Association Journal' (CMAJ), donde analiza los desafíos para evaluar la eficacia de estas vacunas durante la pandemia. "Los investigadores necesitan comprender las respuestas inmunitarias generadas después de la infección con este virus y si son protectoras, ya que esto ayudará a informar el desarrollo y la evaluación de estas vacunas", explica.
Aquellos que evalúan la eficacia de la vacuna, señala, "deben tener en cuenta el riesgo de infección en la población estudiada, el uso de prácticas de distanciamiento social, las tasas de inmunidad preexistente de COVID-19 anterior y los factores que influyen en la probabilidad de COVID-19 grave".
"El patrón dinámico y rápidamente cambiante de exposición al virus y el nivel de inmunidad de la población durante la pandemia en evolución son factores de confusión potencialmente importantes en la evaluación de la eficacia de las vacunas SARS-CoV-2", describe el doctor Bahaa Abu-Raya, BC Children's Hospital, Vancouver, Columbia Británica, coautor del artículo.
Así, afirman que se necesitan tamaños de muestra adecuados para demostrar el efecto de una vacuna en la reducción de la enfermedad y es posible que deba revisarse en función de las tasas de transmisión de SAR-CoV-2 en las poblaciones de estudio; además, observan que las intervenciones de salud pública, como el distanciamiento social, pueden reducir la transmisión y afectar la evaluación continua de las vacunas contra el SARS-CoV-2.
Por otro lado, el nivel basal de inmunidad podría influir en el resultado de un ensayo. Por ejemplo, el beneficio de una vacuna altamente eficaz puede no ser evidente en una población con altos niveles de exposición previa más adelante en la pandemia.
Además, existe la posibilidad de que COVID-19 sea más grave en algunas personas que han sido vacunadas (llamado mejora dependiente de anticuerpos [ADE]). Esto debe controlarse ya que el ADE relacionado con la vacuna puede ser evidente solo después de que un gran número de personas vacunadas hayan estado expuestas al virus y hayan sido seguidas durante algún tiempo.
Finalmente, los autores enfatizan la necesidad de probar vacunas en poblaciones vulnerables como personas mayores, trabajadores de la salud, personas negras y personas con factores de riesgo de enfermedad grave y que pueden tener una respuesta diferente que los participantes de ensayos más jóvenes y saludables.