Enrique Pita. Madrid
Los avances en el desarrollo de biomarcadores de imagen acercan un poco más la medicina personalizada. En este sentido, el director del área clínica de Imagen Médica del Hospital La Fe de Valencia, Luis Martí-Bonmatí, ha repasado para Redacción Médica la situación actual de esta técnica en España.
Luis Martí-Bonmatí. |
¿Cuál es la situación actual en el campo de los biomarcadores de imagen?
Hemos pasado ya la fase de diseños iniciales y puesta en marcha de pruebas piloto y ahora estamos en el punto de la validación clínica y la estandarización técnica para poder dar el salto a su uso clínico masivo. Estamos en mitad del proceso: qué queremos hacer, cómo podemos hacerlo y si es útil o no ya lo hemos hecho, ahora tenemos que estandarizar la adquisición y valorar todos los sesgos que hay, todas las variaciones asociadas a parámetros diferentes de la enfermedad, y el último paso será la puesta en marcha de estos biomarcadores en hospitales.
¿Hay plazos establecidos?
La mayor parte de los hospitales están ya trabajando en cómo ponerlo en marcha. Tiene complejidades porque hay que introducir programas; hay que tener equipos de adquisición de imagen adecuados porque los antiguos no valen y tienen que ser relativamente modernos para que tengan unas versiones y unas capacidades adecuadas. Los hospitales tienen que estar bien dotados, pero la mayor parte de los hospitales universitarios o grandes todas estas técnicas están, al menos, planteándose y en algunos de ellos poniéndose en marcha.
En un momento de crisis como el actual, ¿cómo se encara la adopción de estas tecnologías?
Exactamente igual. Cuando adoptas una tecnología médica tienes que pasar obligatoriamente por los pasos de la concepción y el diseño, la validación y la estandarización y luego su uso masivo. Eso siempre hay que hacerlo. La crisis que tenemos en este país dificulta las cosas, pero no imposibilita y hay muchos sitios, sobre todo aquellos que han adquirido tecnología no hace mucho tiempo, que están analizando cómo poner en marcha estas técnicas, sobre todo porque mejoras y a veces abaratas los procesos sanitarios. Si eres más eficaz y ves los cambios antes, si puedes dividir a los pacientes en función de su gravedad, al final de todo el proceso la utilización de estas herramientas abarata, simplifica y mejora el resultado, que es lo que los radiólogos, los clínicos y los gestores tienen que entender como beneficio de la utilización de los biomarcadores.
¿Qué especialidades se podrían ver más beneficiadas?
En general todas, pero las prioritarias son Oncología y Neurociencias. En todo caso, la mayor parte de las especialidades tienen algún campo en el que se benefician.
¿Qué tipo de equipos sería necesario adquirir?
La mayor parte de los biomarcadores se basan ahora mismo en resonancia magnética, pero también los hay de tomografía axial computarizada (TAC) y de ecografía. Creo que todos los hospitales que tengan equipos de resonancia magnética de al menos 1,5 Teslas con versiones de al menos cinco años pueden hacer muchas de las adquisiciones que permitan luego ver todas estas imágenes, y con el TAC es igual, si tienen equipos de al menos 64 cortes por rapidez y resolución o ecógrafos de última resolución comprados en los últimos años donde tengas técnicas de perfusión.
¿Cuánto tardarán los hospitales en implantarla? Es un proceso exponencial. Hace cinco años era muy difícil porque no había nadie, ahora ya hay mucha gente y mucho interés, mucha evidencia científica y mucho desarrollo técnico, con lo que creo que estamos en la fase de consolidar todo lo que se ha estado pensando, desarrollando y evaluando hace años.
En cuanto al campo de la investigación en biomarcadores, ¿en qué situación se encuentra España?
En una situación ambivalente. En general no se está trabajando mucho en biomarcadores salvo en centros muy concretos, pero la gente que está trabajando en ello está enormemente bien situada en Europa. Creo que hay relativamente menos gente de la que debería por el volumen del país, pero esa gente es enormemente válida y está muy reconocida. Lo que deben hacer los radiólogos cuando desarrollan biomarcadores y los quieren poner en práctica clínica es poner en el centro del proceso al paciente, avanzando hacia la medicina individualizada.