Pilar Rodríguez, Lucrecia Yáñez y César Rodríguez.
Uno de los siguientes pasos en los que está trabajando el
Ministerio de Sanidad es que Valtermed, su Sistema de Información de Valor Terapéutico de Medicamentos, recoja los
datos directamente de la historia clínica. De esta forma, los profesionales sanitarios dejarán de ser los encargados de introducir esta información en dicha base. Sin embargo, Valtermed tendrá que enfrentarse a grandes retos para que esto sea factible como la
calidad de la historia clínica, el uso de más indicadores y la inclusión de más patologías.
Según explica Pilar Rodríguez Ledo, presidenta de la
Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (Semg), en declaraciones a
Redacción Médica, si queremos obtener la información desde el registro clínico, este tiene que contar con una
calidad del dato potente: "Es diferente recoger un dato para la asistencia de un paciente, qué es lo que hacemos generalmente, o extraer un dato con calidad suficiente como para
poder sacar unas conclusiones generales y generalizables".
En este sentido, los
resultados en salud se han convertido en una importante baza para hacer
estudios de investigación. De hecho,
Valtermed se creó como una herramienta fundamental para
monitorizar los acuerdos de
pago por resultados de determinados fármacos, tal y como indican desde el departamento que lidera Mónica García.
Por lo tanto, coger la historia clínica como se encuentra en estos momentos no sería suficiente. En palabras de Rodríguez Ledo, hasta ahora puede servir con que en ella
se recoja la evolución del paciente, pero este dato "no sirve para hacer un ensayo clínico ni un estudio de investigación observacional". "Es una calidad de dato suficiente para lo asistencial, pero
insuficiente para la investigación. No quiere decir que sean datos malos o incorrectos, solo que no tienen el mismo fin", subraya la presidenta de Semg.
No obstante, la especialista afirma que a pesar de esta limitación, si este cambio resuelve la falta de tiempo que tienen los profesionales sanitarios, será un gran avance que
también repercutirá a nivel científico y facilitará el trabajo de los investigadores. Hay que tener en cuenta que muchos clínicos aseguran que es
un "trabajo extra" introducir los datos en
Valtermed y que carecen de tiempo para hacerlo.
A ello se le suma la
codificación de los datos de la historia clínica. Tal y como explica Lucrecia Yáñez, miembro de la Junta Directiva de la
Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH), no es fácil obtener esta información por su cifrado. "Dentro de las historias clínicas a nivel del sistema nacional
hay diferentes versiones y programas. Por lo tanto, en unas será más sencillo extraer los datos y en otras más complejo", sostiene Yáñez. Por ejemplo, algunas están
codificadas dentro de un PDF y esto eleva la dificultad de su recopilación.
Estructura de la historia clínica
Otro de los aspectos que influyen en esta recogida son las
propias estructuras de la historia clínica. Desde la SEHH explican que hay algunos campos acotados donde es más sencillo sacar esta información, pero
otros que son de texto libre y esos son los que plantearían más problemas.
Además, Yáñez asegura que Sanidad debe definir
qué se necesita: "Mucha información que se solicita se está
reportando ya a nivel europeo, en nuestro caso al Registro Europeo de Trasplante. Habría que dar una vuelta de qué es lo que exactamente
queremos hacer con Valtermed y no duplicar el trabajo".
Por su parte, César Rodríguez, presidente de la
Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), considera que
extraer los datos directamente de las historias clínicas sería una medida que ahorraría tiempo y esfuerzo a los profesionales sanitarios pero difícil de poner en marcha. "En este momento, con la incompatibilidad que existe entre historias clínicas de diferentes comunidades autónomas, aunque es factible porque existen muchos sistemas para extracción de datos de las historias clínicas, con independencia del formato en que se encuentren,
no creo que se dispongan a día de hoy de recursos por parte del
Sistema Nacional de Salud (SNS)", comenta.
En el caso utópico de que se pudiera hacer, Rodríguez apunta otra limitación y es que Valtermed en este momento está
implementado en muy pocas indicaciones terapéuticas en Oncología y, por tanto, sí que disminuye el esfuerzo de los profesionales, pero en unas indicaciones muy limitadas y que "van a
tener poco valor para la práctica clínica posterior y para el análisis de los datos".
"Sería muy interesante si la extracción de datos de la historia clínica para un sistema de evaluación de resultados posteriores se
generalizara a un mayor número de indicaciones o a un mayor número de patologías que sí sería una medida muy útil para posteriormente
analizar los resultados en salud de las nuevas indicaciones aprobadas", apuesta el presidente de la SEOM.
Asimismo, destaca que la finalidad de Valtermed no es la investigación, sino
la evaluación de datos en práctica clínica en vida real que permita contrastar si los resultados tanto en eficacia como seguridad y la indicación de las nuevas estrategias terapéuticas se está haciendo conforme a lo recomendado. "No hay que confundir lo que es investigación con lo que es
recogida de datos de la vida real. También es investigación, pero no requiere que la historia clínica esté orientada a la investigación. Al contrario, debe ser una historia clínica detallada pero
orientada a la práctica clínica en vida real", resalta Rodríguez.
Mejoras de Valtermed
Desde que nació Valtermed en 2018, el sistema
ha vivido diferentes modificaciones. Según ha confirmado el Ministerio de Sanidad a este periódico, en la actualidad se trabaja para "
amplificar el potencial uso del mismo con la
obtención de datos directamente de la historia clínica". Además, desde las sociedades científicas ven esta herramienta la clave para
integrar los protocolos farmacoclínicos de los medicamentos en las historias clínicas de los hospitales y que se pueda realizar una integración con el sistema a nivel centralizado.
Por otro lado, el Gobierno quiere impulsar la
formación de los sanitarios y su papel en los resultados de salud. Por ello, hace unos meses se distribuyeron fondos de la disposición adicional sexta de la Ley de Garantías y Uso Racional de los Medicamentos y Productos Sanitarios se repartieron
57,2 millones de euros entre las comunidades autónomas para que dieran cobertura a aspectos como la
formación de los profesionales sanitarios, los programas de prescripción y deprescripción o la
optimización en el uso de los medicamentos.
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