Autoretrato de Leonardo da Vinci.
Celebrando el 500 aniversario de su muerte, la
Biblioteca Nacional acoge durante estos meses una exposición dedicada a uno de los grandes genios del siglo XV:
Leonardo da Vinci. Una retrospectiva de un observador nato que, ya en ese siglo, había analizado el cuerpo humano.
Así lo muestran algunos de sus bocetos que se han expuesto en las retrospectivas del
Palacio de Holyroodhouse y en las
Galerías de la Academia con motivo de dicho aniversario en los que se exhibe el interior de un saco amniótico o una esquemática representación de la anatomía de un brazo humano. Un discurso expositivo basado en trabajos similares a los que, ahora, ocupan una de las sedes culturales más importantes de España en el P
aseo del Prado.
'El feto en el útero' (1511), Leonardo da Vinci.
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Y es que, mucho más que el pintor de
La Última Cena, Da Vinci fue biólogo, inventor, ingeniero, escultor, poeta, matemático, filósofo, científico,
arquitecto, botánico, y escritor. Fue un anatomista por naturaleza como ya apunta su conocido
Esquema del Hombre.
Pero ahora los a
lumnos de Ciencias de la Salud pueden aprender de biología solo observando los bocetos que el genio configuró cuando no existían ecografías, ni scanner, ni ultrasonidos.
Como constructor que era,
Da Vinci consideró la complejidad del cuerpo humano como una máquina perfecta. Sus disecciones postmortem no tuvieron nunca nada que ver con la
Medicina (era algo que se permitía a los artistas con el objetivo de mejorar sus representaciones pictóricas) pero le llegaron a fascinar tanto como para utilizarlas para dibujar y no sólo como base para sus óleos.
Cuentan los historiadores de
Da Vinci que con 20 años ya realizaba estudios en humanos, disecciones incluidas, y no paró hasta cumplir los 60. Estos mismos argumentos sustentan que, lo que hoy en día se conoce como esbozos del artista eran, en origen, ilustraciones para un libro de texto de anatomía del
profesor de Medicina Teórica, Marcantonio Della Torre. No se han encontrado publicaciones del mismo por lo que se cree que nunca se llegó a terminar. De hecho, los trabajos anatómicos de Da Vinci no se hicieron públicos hasta
300 años más tarde.
Ese aspecto de adelantado a su tiempo es una de las cosas que más llaman la atención de
Luis A. Arráez-Aybar, profesor titular de Universidad Complutense de Madrid en Anatomía y Embriología Humanas. "El estudio de la anatomía y el movimiento fascinó a Leonardo da Vinci, el científico con mayores dotes artísticas y el artista más científicamente perspicaz de su época", ha introducido el experto.
'El esqueleto' (1510-1511), Leonardo da Vinci.
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A su juicio, l
as anotaciones anatómicas del genio empezaron a aparecer a finales de los 1480 entre los estudios de caras y posturas que hizo para
La última Cena en Milán, "creciendo continuamente en número y complejidad hasta su muerte"..
El corazón como músculo
Tal fue la aportación del artista que, según los expertos en la materia, Da Vinci fue el primero en reconocer que el corazón es un músculo y que la sístole es la fase activa de la bomba.
El inventor lo supo tras analizar el movimiento de la sangre con sus características hidráulicas incluidas siendo el primero en entender cómo funcionaba el sistema cardiovascular.
Gracias a sus experimentos, Leonardo entendió que la aorta aporta sangre, calor y energía a todo el cuerpo a través de la sangre arterial. Estudió también en detalle la anatomía de la arteria coronaria y las venas. Fue su faceta de ingeniero (tan obsesionado por la hidráulica) la que le permitió concluir que las
cuatro válvulas deben abrirse y cerrarse totalmente, o de lo contrario el corazón no funcionaría adecuadamente.
A este respecto, Arráez-Aybar explica que Leonardo, siguiendo un estilo muy similar al de sus dibujos botánicos, encuentra una
"solución artística" para la ilustración médica.
"Sus dibujos anatómicos están compuestos por trazos sueltos con
sombreados mecánicos que evidentemente humanos, provocan una empatía involuntaria, aunque están verdaderamente concebidos como máquinas sin contexto intencional, emocional o estético", concreta el profesor de la
Universidad Complutense.
Los músculos del hombro (c.1510-1511), Leonardo da Vinci.
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Observa que, las “anotaciones gráficas” de Leonardo resolvieron ampliamente otro problema inherente al arte anatómico: el hecho de que,
antes de que existieran los conservantes químicos y la refrigeración, los cadáveres se descompusieran rápidamente. "Un artista tenía que dibujar rápidamente y compilando un cuerpo entero del estudio de muchos cadáveres", finaliza
Luis A. Arráez-Aybar.
Primera descripción de la cirrosis hepática
Todos estos dibujos se mostraban en la retrospectiva ‘Leonardo da Vinci: la mecánica del hombre’ que incluía 30 obras con 18 hojas que forman el conocido como
‘Manuscrito anatómico’ del artista. Más 240 dibujos y 13.000 palabras rellenan estas páginas, que
fueron realizadas durante el invierno de 1510 y 1511.
En estos dibujos, Leonardo ilustró prácticamente la mayoría de los huesos del cuerpo humano y los principales grupos musculares. En sus anotaciones, presentes en la exposición, describe un examen post mortem de un hombre de
100 años de edad en el que ofrece la primera descripción exacta de una cirrosis hepática y del
estrechamiento de las arterias.
'El Hombre de Vitruvio' (1490), Leonardo da Vinci.
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