Celso Arango, presidente de la ECNP y presidente electo de la SEP.
La última
Estrategia Nacional de Salud Mental caducó hace seis años. Desde entonces, ha habido intentos, sin éxito, de renovarla. Pero no se consiguió.
Tampoco se evaluó. Ahora, los principales actores implicados en su implementación, como Celso Arango
, presidente del Colegio Europeo de Neuropsicofarmacología (
ECNP, por en sus siglas en inglés), y presidente electo de la Sociedad Española de Psiquiatría (
SEP), han recibido el borrador de la que puede ser la penúltima versión definitiva antes de su paso por el Consejo Interterritorial. Y cree que, pese a la espera, no va a suponer "un motor de cambio", ya que la tacha de "vaga, genérica e imprecisa".
Uno de los motivos es que esta estrategia
no lleva consigo un
presupuesto. "Hay dos tipos de estrategias: las realistas, que tienen un presupuesto que permite desarrollarla, y las otras que son para decir que se han hecho y cumplido", señala. Esta es de las primeras.
"El borrador de la estrategia es
absolutamente genérico, vago e impreciso. Pero creo que
a propósito. Sirve para demostrar que hay que ser buenos y hacer las cosas bien y mejorar, pero
no hay compromisos concretos porque tampoco hay un presupuesto que permita desarrollarla", asegura.
Sin mención a la especialidad de Psiquiatría Infantil
Según explica, los técnicos encargados de la elaboración eran proclives a incluir la especialidad de
Psiquiaría de la Infancia y de la Adolescencia en esta estrategia. Algo a lo que el Ministerio se habría negado.
"La especialidad de Psiquiatría Infantil es suficientemente importante desde el punto de vista estratégico"
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"Aunque se seleccionen a los miembros que van a trabajar en su elaboración, debes dejarles por lo menos la
libertad de definir aspectos importantes desde el punto de vista estratégico de la salud mental del futuro", critica el psiquiatra.
"Si una estrategia -prosigue el presidente electo de la SEP- no incluye algo tan estratégico como la necesidad de la
creación de una especialidad que no existe y que se necesita, ya demuestra la
falta de estrategia", sentencia en un juego de palabras.
Porque, en su opinión, es algo "lo suficientemente importante desde el punto de
vista estratégico", por cambiar aspectos que tienen que ver con la formación, la asistencia o recursos, que, el que no esté incluído, "demuestra que lo que quiere el Ministerio es
pasar de puntillas por encima".
Adiós al capítulo del autismo
En el borrador de la anterior estrategia, que no fue aprobada en el
Consejo Interterritorial, se incluía un
capítulo entero sobre el autismo que ahora
ha desaparecido. "Se han cargado capítulos enteros de patologías que estratégicamente van a ser fundamentales de la salud mental", asegura. Tampoco aparece el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (
TDAH).
"Se nota que no hay conocimiento en
medidas coste-efectivas de prevención primaria y secundaria. Lo que hay es
muy genérico e inconcreto. Sospecho que, de forma intencionada, no hay especificidad. No hay compromiso ni datos concretos de indicadores. Todo eso falta", apunta.
Sí aparece mucho más mencionado el suicidio, "porque interesa". "Pero son aspectos deben emanar de los técnicos, no de los intereses de quienes están en el Ministerio. Es importante, como otros muchos problemas, pero al final Sanidad se empeña más en lo que es
más vendible sin atender a criterios técnicos".
En concreto, aparece la intención de
crear un plan nacional de prevención. "Mucha labia, pero luego no se mojan en aspectos concretos que se deben hacer con indicadores, fechas y responsables. Porque tampoco hay presupuesto", asegura.
Por todo ello, resume que "no es una estrategia para los profesionales de la Salud Mental del país; es la estrategia del Ministerio, hecha por el propio Ministerio, y a capricho del Ministerio".
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