Redacción. Madrid
Sanitas Hospitales ha abierto en el Hospital CIMA de Barcelona una Unidad del Sueño Pediátrico destinada a un tipo de patología que puede tener origen fisiológico, pero que principalmente se debe a problemas relacionados con los hábitos establecidos por los padres.
Iñaki Peralta, director general de Sanitas Hospitales. |
El objetivo de esta nueva unidad no es otro que abordar un problema que afecta de forma transitoria a gran parte de una población infantil que ve cómo este tipo de problema se convierte en crónico en el 30 por ciento de los casos. “Es fundamental diagnosticar el trastorno a tiempo para realizar un tratamiento adecuado que evite complicaciones cognitivas, e incluso físicas”, ha señalado su director, Javier Albares.
Los trastornos del sueño en niños pueden tener un origen fisiológico relacionado con otras enfermedades pero en su gran mayoría se deben a problemas relacionados con los hábitos establecidos por los padres. “Tanto en esos casos como en los que el problema se debe a una enfermedad subyacente hay que acudir a un especialista para establecer un diagnóstico y un tratamiento personalizado que evite complicaciones o que el problema se haga crónico”, ha indicado Albares.
La recogida de datos mediante pruebas especializadas y la historia clínica del niño son herramientas fundamentales para establecer los pasos que deberán seguirse en el estudio de cada caso y determinar a qué se debe el trastorno del sueño que padece cada paciente.
Problemas respiratorios e insomnio, principales trastornos del sueño infantil
Algunas de las principales patologías del sueño en edad pediátrica están asociadas a problemas respiratorios, como la apnea obstructiva, que produce repetidamente la obstrucción de las vías respiratorias, o el ronquido primario, que afecta al 10% de la población infantil. Si se sospecha la presencia de esta patología es necesario realizar una polisomnografía. Esta técnica estudia el sueño mediante el registro de múltiples parámetros fisiológicos que se recogen mientras el niño duerme, durante un tiempo variable, normalmente de 8 horas. Es un estudio inocuo para el paciente que no requiere anestesia o sedación. Gracias a la información recogida durante la monitorización puede determinarse el trastorno respiratorio exacto que padece el niño y que le impide descansar con normalidad.