Un momento en la intervención de Sara Pilotto en ESMO 2023.
Está comprobado que el
ejercicio genera unos
beneficios saludables en las personas que lo practican. Dentro del
ámbito sanitario y, en concreto, en
Oncología, la actividad física se asocia con una
reducción de mortalidad y riesgo de recurrencia en personas con cáncer, y supone una herramienta “imprescindible” para mejorar su calidad de vida. Por desgracia, no en todas las consultas oncológicas se mantiene una conversación sobre la importancia del deporte y es necesario
desarrollar estrategias que ayuden a los especialistas a promover el ejercicio físico entre sus pacientes.
Esta meta ha sido la conclusión a la que se ha llegado con
el estudio ‘exercise discusión with oncologist during cancer consultation: te connect study’, presentado en
ESMO 2023, donde se elaboró un
cuestionario anónimo entre los enfermos de cáncer que asisten a la Unidad de Oncología del
Hospital de Verona, en Italia. En él, participaron
202 pacientes y más de la mitad de ellos indicaron que, durante las consultas con su especialista, no mantuvieron una conversación relacionada con la actividad física.
Este cuestionario, promovido por la oncóloga
Sara Pilotto, tenía el objetivo de
evaluar parámetros demográficos, de salud y de ejercicio. De esta forma, con las variables de este último y junto a los datos de un estudio anterior, se analizó si los oncólogos
evalúan, asesoran, refuerzan y prescriben la actividad física (AARR) en los pacientes que acuden a su consulta, y si estos están abiertos a que haya una
comunicación abierta sobre su importancia.
Entre los tipos de cáncer más comunes entre los encuestados se encuentran el
gastrointestinal interior, con un 45 por ciento, y el de mama, con un 19 por ciento. Y, de todos los participantes, solo el
9 por ciento declararon que hacían ejercicio físico con normalidad.
Falta de comunicación sobre deporte entre oncólogo y paciente
En cuanto a los datos sobre si en las consultas oncológicas de este hospital se trata abiertamente
la importancia de la actividad física,
un 60 por ciento de los pacientes aseguró que su oncólogo no les habló sobre ello, mientras que un 12 por ciento de los encuestados
tomaron la iniciativa de preguntar sobre ejercicio a su médico.
En relación con el proceso AARR, un 26 por ciento de los pacientes indicaron que sus profesionales evaluaron el nivel de actividad física que tenían, un 9 por ciento fueron derivados a un servicio especializado, y un 33 por ciento recibieron
asesoramiento o refuerzo para que aumentaran su ejercicio.
Para concluir, el 69 por ciento de los encuestados subrayaron que los especialistas deberían ser los que i
niciaran la discusión sobre la importancia de la actividad física. Un 3 por ciento señalaron que tienen que ser ellos mismos quienes lo hagan y, por último, un 23 por ciento opinaron que la cantidad de ejercicio libre y sus beneficios no deberían ser discutidos durante una consulta.
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