De hecho, este es el asunto escogido para el Día Mundial de la Propiedad Industrial

La industria pone énfasis en el papel de la mujer en la innovación
Iciar Sanz, de Farmaindustria.


25 abr. 2018 19:20H
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POR REDACCIÓN
La industria farmacéutica innovadora se siente doblemente representada este 26 de abril, Día Mundial de la Propiedad Industrial, por el asunto escogido para la celebración de este año, que pone el énfasis en el papel de la mujer en la innovación.

Según indica Farmaindustria, en primer lugar, porque es un sector netamente innovador y por tanto está convencido de que la defensa de la propiedad industrial ha sido y es clave para impulsar la innovación: gracias a ella, las compañías farmacéuticas en todo el mundo invierten 135.000 millones de euros al año en I+D y los medicamentos que resultan de esa inversión contribuyen a que la sociedad haya logrado sus más altas cotas de salud y esperanza de vida. Y en segundo lugar, por el papel clave que desempeña la mujer en la industria farmacéutica. En España son el 51 por ciento del total de trabajadores del sector, y ese porcentaje crece al 65 por ciento en las áreas de I+D.

En España, la industria farmacéutica invierte del orden de 1.100 millones al año en I+D, lo que le convierte en el sector industrial líder en investigación, con un 21 por ciento del total. La mitad de esa cantidad se dedica a proyectos de colaboración público-privada con entidades de investigación y centros sanitarios de todo el país. Este dato es determinante, porque constata que el sector farmacéutico es el gran dinamizador del tejido investigador español y está contribuyendo a reforzarlo. La alta cualificación de los profesionales sanitarios y la fortaleza del Sistema Nacional de Salud están permitiendo a España colocarse entre los países más fuertes en investigación biomédica en el área clínica. Un tercio de todos los estudios de investigación y desarrollo de nuevos medicamentos lanzados en Europa cuentan ya con participación española.

Impacto sobre la salud

Este esfuerzo innovador tiene un enorme impacto sobre la salud de la población. Basta pensar en cómo los nuevos medicamentos contra la hepatitis C han permitido curar esta enfermedad. O cómo en las últimas décadas patologías mortales como el sida se han convertido en enfermedades crónicas, y sus pacientes pueden ahora hacer una vida normal. En la primera década de siglo hemos ganado 1,74 años de esperanza de vida, y un 73 por ciento de esa ganancia se debe a los medicamentos innovadores, según diversos estudios científicos.


El mundo vive una nueva revolución en la innovación biomédica, de la mano de la genómica y la proteómica. Y las tecnologías de la información y el big data aportan instrumentos valiosos para avanzar. Ya se producen grandes avances con las primeras terapias génicas e inmunológicas. El cáncer es muy significativo, y registra mejoras muy sustanciales en las tasas de supervivencia, como en el caso del cáncer de mama, en el que la supervivencia a los cinco años es ya del 90 por ciento.

Se trata pues de una investigación cada vez más compleja, colaborativa y multinacional. “Administraciones y profesionales sanitarios, pacientes e industria farmacéutica debemos cooperar para aprovechar todas estas oportunidades", señala Iciar Sanz de Madrid, directora del Departamento Internacional de Farmaindustria. "Y para lograrlo es determinante mantener, reforzar y mejorar los sistemas de protección de la propiedad industrial, garantía básica para que los niveles de inversión en investigación biomédica no dejen de crecer año a año y sus frutos, en forma de nuevos medicamentos, puedan continuar mejorando la salud y la calidad de vida de la población en todo el mundo”.
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