Werner Baumann, presidente del Consejo de Administración de Bayer.
23 may. 2016 13:00H
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Bayer ha anunciado de forma pública este lunes su oferta para comprar Monsanto, compañía norteamericana dedicada al mercado de los transgénicos. Con ese objetivo, el gigante alemán ha dispuesto una propuesta de acuerdo de 55.200 millones de euros. Se trata del último movimiento que el laboratorio realiza para reforzar su posición en el mercado agrícola, que poco a poco le están ganando espacio al farmacéutico, su pilar fundamental, pero que se ha visto afectado por los malos resultados obtenidos en los últimos años.
Desde Bayer no se oculta su intención de hacerse con una posición de privilegio dentro del mercado agrario. Así, en el comunicado emitido para dar a conocer la oferta, la farmacéutica califica de “oportunidad interesante” hacerse con Monsanto “para crear un líder mundial de la agricultura”, especialmente en campos como el de las semillas o el de los productos fitosanitarios.
A tenor de este movimiento, que de confirmarse sería el mayor del laboratorio en toda su historia, se puede sacar una conclusión clara: que Bayer se orienta cada vez más a un mercado alejado del farmacéutico, que tradicionalmente ha sido el puntal sobre el que se ha mantenido la empresa pero que ahora ve cómo buena parte de los recursos se dedican a otros fines.
El trasfondo de esta apuesta por el ámbito agrario deja otra sensación mucho menos positiva. Y es que parece que Bayer se haya quedado atrás en el mercado farmacéutico. La Aspirina, su ‘blockbuster’ por antonomasia, no ha sido relevado por ningún otro producto y, décadas después de su lanzamiento, continúa siendo su fármaco estrella.
Al margen de su compuesto de ácido acetilsalicilico, el laboratorio ha vivido varios fracasos en productos destinados a convertirse en fundamentales en su aportación a la cuenta de resultados. El más llamativo de ellos es el que protagonizan sus anticonceptivos, que han pasado de ser una de las principales esperanzas de Bayer a su principal quebradero de cabeza. Y es que a las demandas que acumula por el supuesto daño derivado del uso de su dispositivo Essure se han sumado las realizadas a sus soluciones orales, Yaz, Yazmin y Yazminelle, que en el último año han visto disminuido en un 8,1 por ciento su volumen de ventas.
Descontento de los inversores
La posible compra de Monsanto por parte de Bayer no ha sido bien recibida por los inversores. Así, sus acciones se han visto afectadas muy negativamente por la noticia, que ha provocado una caída del 8,2 por ciento e incluso las críticas de uno de los principales accionistas de la compañía, que ha tachado la operación como “construcción de un imperio arrogante”.
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