Dos investigadores enfermeros relatan por el Día Mundial de la Enfermería las dificultades que han tenido en su carrera

Adolfo Romero y Laura Collados.
Adolfo Romero y Laura Collados.


12 may. 2024 10:00H
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POR MARÍA ALCARAZ
La investigación enfermera, hasta hace unos años, estaba relegada a algunos curiosos a los que, mientras se formaban, o ya zambullidos en el ámbito asistencial, les 'picaba el gusanillo' de empezar a desarrollar la ciencia del cuidado desde lo teórico. Un campo que tiene una traslación directa en beneficios para los pacientes, pero que por falta de recursos y visibilidad quedaba situado en un segundo plano.

Esa situación de 'stand by' en la investigación ha terminado. Son cada vez más las vocaciones investigadoras que asoman entre los estudiantes y residentes de Enfermería. Pero es necesario mirar atrás para saber todos los obstáculos que, los que investigan a día de hoy, han tenido que sortear para llegar a ese punto. Redacción Médica, con motivo del Día Internacional de la Enfermería, reúne a dos enfermeras investigadoras, cada una de una generación diferente, para mostrar cómo el ahora prometedor campo de la investigación no siempre fue una opción al alcance de todos.

Adolfo Romero, enfermero especialista, profesor vinculado de la Universidad de Málaga e investigador responsable del Grupo BA-16 Calidad y Seguridad en cuidados de Hematología y Laboratorios, formó parte de la última promoción de Enfermeras en hacer la especialidad de Análisis Clínicos, a mediados de los años 80. ¿Y por aquél entonces ya se hablaba de investigación enfermera? Romero explica que durante sus años de formación pregrado contaban con un semestre dedicado a la metodología de la investigación, pero que el abordaje hacía la asignatura muy poco atractiva. "No te voy a engañar, era infumable", bromea el investigador, que asegura que "con algo tan árido" es complicado engancharse a la investigación o incluso verla como una opción para hacer carrera.


Investigación en Enfermería en los años 80 


"A mí me picó la curiosidad de jovencito, pero de alguna manera, no me vi con suficiente formación para poder avanzar. Una vez entré en la especialidad, gracias al trabajo de una asociación de enfermeras especialistas en Análisis Clínico que era muy potente, tuve oportunidad de empezar a moverme", relata el investigador. Asegura que este empujón lo ayudó a "ver desde otro prisma el trabajo de Enfermería". "Empecé en esto en un contexto en el que no había la formación que hay ahora, ya me hubiera gustado", recuerda y señala que se enfrentaban, en aquella época a una "patente falta de información, recursos y medios".


"Tenía curiosidad por la investigación, pero no me vi con suficiente formación para avanzar"



Además, recuerda que muchas veces, otra de las dificultades a las que se enfrentaban era "la incomprensión de los compañeros". "Siempre te preguntaban qué objetivo tenía lo que hacías… y si sumamos esto a que había falta importante de referentes, que nunca se sabía a quién preguntar… eran todo limitaciones", rememora.

Laura Collados, enfermera, profesora de la Universidad Europea, investigadora y doctora por la Universidad Rey Juan Carlos, terminó sus estudios de Enfermería en 2007. "Como era diplomada, después hice la adaptación al grado, realicé un máster y después me doctoré", explica la investigadora. Fue en ese momento cuando, "junto a unas compañeras" empezó a meter cabeza en el mundo de la investigación. "Lo primero fue una publicación de un artículo sobre un plan de cuidados, algo muy sencillo. Pero queríamos dar continuidad a nuestro trabajo académico", narra la profesional, también vocal de la Sociedad Española de Enfermería Neonatal y miembro del grupo de investigación en cuidados del Centro de investigación Hospital Universitario 12 de Octubre.


Incluir la investigación en el grado de Enfermería


La enfermera señala la falta de conocimiento sobre las posibilidades de investigación como el mayor escollo a la hora de desarrollar su carrera. "En la diplomatura sí se daba algo de estadística, pero no se mostraba metodología de la investigación, ni mucho menos práctica basada en la evidencia, como se hace ahora", expone. Comenta que, en su caso, cuando empezó estas primeras investigaciones trabajaba en el Hospital Gregorio Marañón de Madrid, y que gracias a una unidad de apoyo a la investigación de Enfermería del hospital recibieron pautas y ayuda para estructurar su trabajo. Y de ahí, consiguió financiación para su tesis y ha podido seguir dedicándose a la investigación.

Collados habla sobre las diferencias entre empezar a investigar en 2007 y hacerlo en 2024. "Ahora en el currículum del grado de Enfermería hay competencias de práctica, se explora metodologías, se hace lectura crítica, se enseña estadística… aunque no todas las enfermeras investiguemos, ya se enseña a cómo recibir evidencias y aplicarla para poder dar a los pacientes la evidencia científica más actual", narra la profesora.

Por su parte, Adolfo Romero pone en valor todas las herramientas que ayudan, en la actualidad, a perseguir una carrera de investigación dentro de la Enfermería. "Ahora hay información y recursos abundantes, está el acceso al doctorado, que era impensable en mi época; y además tenemos importantes referentes", comenta lo valioso que es "poder acudir a compañeros que ya son auténticas autoridades en materia de investigación".


"Ahora hay mucha información y recursos para investigar. Y está el acceso al doctorado; era impensable en mi época"



Esa gran diferencia, 'salta a los ojos' si se mira a los estudiantes actuales. Romero comenta que, hace unas semanas, formó parte del tribunal de fin de residencia de varias matronas, que presentaron sus trabajos. "Hay una diferencia tremenda entre lo que teníamos nosotros y lo que tienen ahora. Se ve muy claro, el nivel va creciendo", remarca.

Aunque ambos profesionales hacen hincapié en que, en la actualidad, es más fácil optar con una carrera de investigación en Enfermería, Laura Collados recuerda que, a día de hoy, siguen patentes algunas situaciones que dificultan la labor investigadora. "El principal problema en la red pública es que no está estructurada la figura de la enfermera investigadora", comenta y asegura que la mayoría de profesionales que se dedican a este campo tienen que hacerlo en su tiempo libre.


Falta de tiempo exclusivo para la investigación


"Yo trabajo en la UCI de neonatos en el Hospital 12 de Octubre, y suelo dedicarme a la investigación en las guardias, o en los momentos cuando estoy un poco más tranquila. Si no tiene que ser en tu tiempo libre. Es agotador", relata la enfermera. Además, recuerda que, a la hora de conseguir financiación, "compiten con otros perfiles sanitarios con currículos de investigación más potentes, pero que a todos les evalúan de la misma forma" por lo que es complejo llegar a la financiación.

¿Cómo ven la investigación enfermera con la vista en el futuro? Tanto Adolfo Romero como Laura Collados coinciden, con optimismo, en que el campo estará más y mejor desarrollado. La enfermera espera que, a consecuencia de todos los avances que ha habido en los últimos años (“podemos liderar proyectos de investigación, acceder al doctorado, tenemos áreas de emprendimiento y liderazgo...”) se llegue a establecer la figura de la enfermera clínica investigadora, un perfil que “desarrollara su actividad clínica y fuera generadora de hipótesis para su propia línea de investigación, además de que pudiera obtener financiación competitiva”.

Por su parte Adolfo Romero lo tiene claro: cada vez los egresados están mejor formados y además ya no hay obstáculos para el acceso al doctorado o a la financiación de proyectos. "Es todo más accesible que hace unos años; yo soy optimista respecto al futuro", concluye.
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