Sheila Justo, vicepresidenta de Amyts y secretaria técnica de la sección MIR Nacional de CESM.
Que los altos puestos de dirección en la sanidad española estén ocupados mayoritariamente por hombres explica, en gran medida, la
brecha salarial que les separa de sus compañeras de oficio. Pero también es significativo el impacto económico que conlleva para estas profesionales el hecho de quedarse
embarazadas, especialmente en un puñado de comunidades autónomas en las que todavía no está reconocido el derecho a la
compensación por las guardias ‘perdidas’. El primero de estos elementos diferenciadores tenderá a remendarse en el medio plazo por el mero cambio generacional del sector, cada vez más feminizado. Respecto al segundo factor, el horizonte está más difuso. A ello se suma el hecho de que el ‘peso’ del
cuidado de hijos sigue recayendo especialmente sobre las mujeres, lo que las lleva con mayor frecuencia a solicitar jornadas reducidas.
“Los sistemas de salud se tendrán que ir adaptando a que cada vez haya más periodos de
maternidad, pero eso requiere una mayor planificación”, concluye
Sheila Justo, secretaria técnica de la Sección MIR Nacional de la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM). En declaraciones a
Redacción Médica, la facultativa recalca que el sector de la Medicina ha superado la concepción antigua del trabajador que está
disponible las 24 horas del día. Las generaciones actuales, incide, quieren
“más conciliación y vida familiar”, y, al haber cada vez más mujeres en la sanidad, es lógico pensar que habrá una tendencia creciente de descansos maternales y permisos de conciliación por reparto de tareas. Pero este planteamiento ‘choca’ con la realidad de unas plantillas “que
están bajos mínimos”.
Respecto a la necesidad de acogerse a
jornadas reducidas para el cuidado de hijos, Justo sostiene que, a nivel general, tanto hombres como mujeres pueden solicitarla “indistintamente”, aunque “solo uno de la pareja” si los dos trabajan en el Servicio. Debido a la mentalidad que sigue imperando sobre el papel de las mujeres en este tipo de tareas, lo cierto es que es más frecuente que ese peso recaiga sobre ellas.
De hecho, a nivel general en España, son las mujeres trabajadoras las que solicitan hasta el
84 por ciento de las excedencias para el
cuidado de hijos, según ha expuesto este mismo viernes la minsitra de Sanidad,
Mónica García. “Como en la población general, la tendencia en sanidad va cambiando en el reparto de tareas, pero aún cae más en ellas”, coincide Sheila Justo.
Uno de los principales puntos de fricción se encuentra en la cobertura de las guardias. “A las médicas, a veces, las dejan haciéndolas
hasta las 24 semanas de embarazo, algo que está totalmente desaconsejado por la
nocturnidad y la prolongación del turno segun el articulo 26 de la Ley de PRL”, detalla la también vicepresidenta de Amyts (Asociación de Médicos y Titulados Superiores de Madrid). La
exención de las guardias, defiende, debería concederse “
desde la comunicación del embarazo”, aunque este puede ser otro factor determinante en el perjuicio económico al que se enfrentan las facultativas.
Prorrateo de guardias por embarazo en sanidad
La propia Justo subraya que en varias comunidades autónomas (
Asturias, Navarra, La Rioja, Extremadura, Andalucía, Castilla-La Mancha y Canarias) sigue sin estar normalizado el prorrateo del pago de guardias que las médicas no pueden llevar a cabo debido al embarazo. Es decir, que no se aplican
medidas correctoras para que el periodo de gestación no les suponga un perjuicio económico, que, subraya la dirigente de Amyts, puede llegar a alcanzar el
30 por ciento de su salario.
Para paliar esta situación, sindicatos y organizaciones de facultativos están transitando por dos vías paralelas. La primera de ellas es la de la
judicialización, que ya supone de por sí un coste para ellas. “
No hay duda de que se gana porque es discriminatorio”, sentencia.
La otra vía es la de la negociación con las administraciones, cuyo futuro, reconoce, es más difusa."La empresa intenta compensar todas las retribuciones para que no haya un perjuicio del embarazo en la trabajadora. Cada vez hay menor diferencia, pero en estas comunidades todavía están o
en vías de conseguirlo", concluye.
Mención aparte precisan las bajas causadas por las contingencias del embarazo, que son independientes del
‘descanso maternal’ de 16 semanas. Dolor de espalda, vómitos o mareos son algunas de las patologías que las mujeres pueden sufrir durante esta etapa. También en este caso se paga el promedio de la guardia, expone Sheila Justo. “La empresa tiene la obligación de completar salarialmente a la mujer en periodos en los que tiene ausencias relacionadas con el embarazo para que no haya discriminación. Esto mismo ya lo han dicho sentencias judiciales”, incide.
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