Hospital Ciudad de Coria.
22 nov. 2017 11:40H
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Un anestesista que trabajó en el Hospital de Coria y que, presuntamente, abusó de 11 mujeres en el ejercicio de sus funciones, consiguió huir. Por esa razón, el juzgado de lo Contencioso número 1 de Cáceres ha impuesto a la Administración el pago de 10.0000 euros a una de sus víctimas, a modo de indemnización, por no haber actuado lo bastante rápido. Los hechos, según los detalla el diario regional Hoy, tuvieron lugar entre 2007 y 2008.
El juez valora que con anterioridad a la denuncia de esta paciente –la única que será indemnizada por el momento–, en 2008, otra decena de mujeres ya había presentado denuncias similares ante la Guardia Civil. Sin embargo, el médico permaneció en su puesto hasta esta última denuncia, que fue la primera que llegó al Juzgado. El Servicio Extremeño de Salud avisó a la Fiscalía, y ésta al Juzgado, pero cuando fueron los agentes a detener al hombre, éste se había fugado. Fuentes de la investigación creen que puede estar en Colombia, país del que es natural.
Los hechos se remontan al 15 de febrero de 2008. Según consta en la denuncia, cuando la paciente despertó de la anestesia, se encontró con que el especialista Héctor Pablo Caicedo Chaves le estaba practicando “tocamientos sexuales obscenos”. La paciente había acudido para someterse a una intervención de histeroscopia y debía permanecer en la sala de reanimación hasta que Caicedo comprobase que recuperaba la consciencia.
Otra decena de vícitimas
Ese mismo día, la denunciante habló con la enfermera de Atención al Paciente del hospital, que le dijo que podrían ser alucinaciones producto de los efectos de la anestesia general. Sin embargo, pocos días después desde el propio hospital se pusieron en contacto con ella, animándola a que se quejara por escrito, ya que había anteriores denuncias contra el mismo facultativo. Las víctimas relataban comportamientos parecidos por parte del médico, siendo la primera queja de tres meses antes: diciembre de 2007.
El juzgado justifica la condena a la Administración por su lentitud, ya que no fue hasta el 17 de marzo de 2008 cuando acordó incoar un expediente disciplinario a este facultativo, suspendiéndole provisionalmente de funciones. El Juzgado indica que fue ese día cuando se comunicaron al fiscal jefe del Tribunal Superior de Justicia de Extremadura los hechos protagonizados por el anestesista. El 3 de abril, la Fiscalía avisó al Juzgado número 1 de Coria para que investigara el caso. Para cuando acudió la Policía Judicial, el anestesista ya estaba en paradero desconocido.
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