Los sanitarios se encuentran expuestos a determinados riesgos debido a la profesión que ejercen. Uno de ellos es el de
sufrir una agresión por parte de un paciente o del familiar de un enfermo.
Este tipo de incidentes se encuentran englobados dentro de la
definición de violencia en el trabajo que dio la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 2002: “Todo aquel incidente en el que la persona es objeto de malos tratos, amenazas o ataques en circunstancias relacionadas con su trabajo, incluyendo el trayecto entre el domicilio particular y el trabajo, y que pongan en peligro, explícitamente o implícitamente, su seguridad, bienestar o salud”.
Por tanto, incluye
un abanico muy amplio de delitos tales como: Atentados contra la autoridad, amenazas, lesiones, coacciones, agresión, abuso o acoso sexual, secuestro, allanamiento, calumnias e injurias, acusaciones o denuncias falsas, extorsión, robo, saños en la propiedad, o alteraciones del orden público.
Según el delito cometido, el agresor recibirá una pena u otra. En general,
el número de agresiones contra sanitarios ha aumentado en 2021, acercándose a cifras previas a la pandemia. Aun así, incluso en 2020 se rozaron los 8.400 ataques, de acuerdo con el '
Informe de agresiones a profesionales del Sistema Nacional de Salud 2019-2020'.
Esto significa que
en el denominado "año covid" se produjeron de media más de 23 agresiones diarias, cerca de una cada hora. De todas ellas, un 80 por ciento se concrentraron en los primeros seis meses del año, a pesar del confinamiento de la población.
¿Quién sufre más las consideradas agresiones?
Casi
7 de cada 10 ataques contra profesionales de la sanidad en 2021 fueron contra mujeres. Esto se debe, por un lado, a una mayor feminización del sector, especialmente en consulta; y, por otro, por la errónea percepción que tienen algunos pacientes de que las mujeres son más débiles o que puede imponerse frente a ellas.
En 2021, la
cifra de denuncias registradas por la Policía Nacional en España fue de 225,
un 14 por ciento más que el año anterior. La razón principal es la vuelta paulatina a la presencialidad, así como el colapso producido por la pandemia.
La Enfermería, por su parte, ni siquiera notó un receso durante 2020. Según datos del Consejo General de Enfermería (CGE),
los ataques a enfermeros aumentaron un 12,5 por ciento en los meses más duros de la pandemia.
¿Existen agresiones invisibles contra sanitarios?
Por supuesto, a pesar del alto número de denuncias, es
aún mayor el número de casos que suceden en realidad que no terminan por traducirse en un procedimiento legal.
Según la Asociación de Médicos y Titulados Superiores de Madrid (Amyts),
muchos facultativos no denuncian por miedo, desconocimiento o por tener integradas esa clase de actitudes como algo intrínseco a su trabajo. En la actualidad solo 1 de cada 10 agresiones a sanitarios es denunciada.
Por ello, se les anima acudir a las Consejerías de Sanidad, ya que en todas las comunidades cuentan con
servicios jurídicos a disposición de los profesionales sanitarios en caso de agresión. Estos servicios ofrecen atención y asesoramiento tanto psicológicos como jurídicos.
Las informaciones publicadas en Redacción Médica contienen afirmaciones, datos y declaraciones procedentes de instituciones oficiales y profesionales sanitarios. No obstante, ante cualquier duda relacionada con su salud, consulte con su especialista sanitario correspondiente.