El impulsor de la iniciativa y presidente de honor de CESM, Patricio Martínez.
A punto de cerrar este 2018 el proyecto para declarar la
relación médico-paciente como Patrimonio Inmaterial de la Unesco puede decir que ha cumplido otro de los objetivos fijados para el año. Según ha podido saber este diario, pese al retraso que supuso comprobar que
la petición dependía del Ministerio de Cultura y que necesitaban que alguna comunidad autónoma lo solicitara, su principal impulsor,
Patricio Martínez, presidente de honor de CESM, admite que todavía mantiene el optimismo. Y lo explica por el hecho de que en el último mes han podido dar por cerrado su
objetivo de universalizar su proyecto. Esto lo ha conseguido después de
participar en el Congreso Mundial de Salud celebrado en Colombia donde ofreció una conferencia para los representantes médicos iberoamericanos, una cita que además coincidía con otra a nivel europeo en Madrid donde se hizo lo propio con los homólogos europeos. Además, ya de cara a 2019, Martínez ha asegurado que la Comisión de Expertos que trabaja en el proyecto está a punto de
presentar un segundo manual que sirva también de documentación y que, pese a que el
tiempo medio hasta que se consigue la declaración es de doce años, la intención es
empezar ya con los trámites burocráticos, puesto que cuentan con el apoyo de las instituciones médicas y de las tres principales organizaciones de pacientes. Siguientes etapas para el próximo año...
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