Natalia Rom, R1 de Anatomía Patológica.
Cada vez hay más
MIR que se atreven a romper con el tabú de
abandonar su especialidad y, por tanto, confesar que no se sienten cómodos con la disciplina sanitaria que han elegido. Y no hay que verlo como un fracaso, sino como una nueva oportunidad para elegir la que realmente es su vocación. Por esta experiencia pasó
Natalia Rom, quien entró en Cirugía Vascular creyendo que allí sería “feliz” pero
acabó dejándola y entrando en Anatomía Patológica. Pero, antes de decantarse por una nueva disciplina sanitaria, esta futura especialista elaboró un esquema sobre sus preferencias para, así, asegurarse de
no volver a cometer los mismos errores de la primera vez.
Rom era consciente de que ninguna residencia es fácil, pero tenía que pensar no solo en los años que estaría de formación, sino más a largo plazo. “Sabemos que nuestra profesión tiene una de las tasas más altas de ansiedad,
depresión y suicidios.
Es un trabajo que nos puede consumir y hay que tener un
equilibrio entre la Medicina y luego tu vida personal porque, al contrario de lo que nos han hecho creer, a muchos de nosotros
la profesión no nos va a llenar por completo”, se ha sincerado en una publicación en TikTok.
¿Crecer dentro de la Medicina o priorizar calidad de vida?
Por tanto, para elegir una nueva especialidad, Rom primero tenía que pensar cómo se veía ella en el futuro y, en base a ello, elegir si quería
darle más prioridad a la Medicina, o por el contrario, tener una buena calidad de vida que le permitiese disfrutar de sus seres queridos. De esta forma, y tras un tiempo reflexionando, esta médica se decantó por la segunda opción.
Con esta idea clara,
elaboró un esquema para decidir cuál sería su especialidad más idónea, partiendo de la base de que su objetivo era priorizar la calidad de vida. Por tanto, el siguiente paso era elegir
si quería hacer guardias o no. “Esto fue una de las cosas más importantes cuando cambié de disciplina sanitaria”, ha afirmado. En su caso, y tras estar trabajando en Cirugía Vascular, tenía claro que no, aunque durante la
residencia tendría que hacerlas igualmente.
Elegir plaza MIR: ¿quiero tener contacto con el paciente?
Tras esta elección, en el esquema creado por Rom, la siguiente bifurcación era elegir si, como futura especialista, quería
atender a pacientes vivos, si tenerlos pero que no fuese excesivo, o, por el contrario, no tener ningún contacto con ellos.
En el caso de esta médica, escogió el camino de
no tener ningún contacto con el paciente, que es donde se encuentra la especialidad de Anatomía Patológica, en la que se encuentra actualmente formándose como R1. Pero no es la única disciplina que está en esta sección, también se ubica
Microbiología, Farmacología o Bioquímica.
Este fue el camino que tomó Rom tras decidir que abandonaría la formación en Cirugía Vascular para hacer otra especialidad. Aún así, en su esquema, también ofrece una
multitud de alternativas para médicos que, por ejemplo, sí quieren hacer guardias y estar en contacto con el paciente. E incluso, también tiene otro ‘croquis’ para los facultativos que priorizan más la Medicina que su propia calidad de vida, con todas las opciones que ello conlleva.
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