MADRID, 25 (EUROPA PRESS)
Investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) participan en un gran proyecto europeo, dotado con casi 15 millones de euros, para la creación de una nueva infraestructura que facilite la transferencia de nanofármacos desde los centros de investigación hasta la práctica clínica.
El objetivo del proyecto, denominado Phoenix, es proporcionar servicios para el desarrollo, la caracterización, el testeado, la evaluación de la seguridad, el escalado, la producción siguiendo buenas prácticas de fabricación (GMP, en inglés), y la comercialización de nanofármacos en el mercado, de forma que puedan estar a disposición de las pymes, las empresas emergentes, los laboratorios de investigación y cualquier otro usuario interesado.
En la iniciativa participan investigadores del Instituto de Nanociencia y Materiales de Aragón, centro mixto del CSIC y la Universidad de Zaragoza (INMA-CSIC-UNIZAR), el Instituto de Ciencia de Materiales de Barcelona (ICMAB-CSIC) y la spin-off del ICMAB-CSIC, Nanomol Technologies S.L. Un total de 11 socios pertenecientes al mundo académico e industrial de toda Europa forman parte de este "banco de pruebas de innovación abierta" para nanofármacos, que finalizará en 2025.
Los nanofármacos son medicamentos que utilizan la nanotecnología -el uso de la materia a escala atómica, molecular y supramolecular con fines industriales- de alguna forma. Un ejemplo son los agentes de contraste en forma de nanopartículas, que ofrecen elevada estabilidad y permanencia en sangre, o los nanotransportadores, que pueden encapsular un fármaco y protegerlo, mejorando su absorción y distribución.
"La adecuada aplicación de los nanofármacos requiere establecer urgentemente un banco de pruebas de innovación abierta (OITB), basado en la ciencia y la regulatoria europea", según indica Jesús Martínez de la Fuente, investigador del INMA-CSIC-UNIZAR.