MADRID, 4 (EUROPA PRESS)
Encarni, Pedro, Esteban, José y Nanda, estos son los cinco profesionales de la enfermería que han fallecido por COVID-19 en España, y forman parte de los más de 600 que han fallecido en todo el mundo, según la estimación de la Organización Colegial de Enfermería de España, que se suma a la petición del Consejo Internacional de Enfermeras (CIE), de que se registren el número de contagios y fallecimientos de personal sanitario y que tome las medidas que sean necesarias para protegerles.
"No hay datos exactos y necesitamos saber cuántos compañeros han perdido la vida durante la pandemia. Hay que recordar a los gobiernos de los todos los países del mundo que los enfermeros y enfermeras fallecidos no son números, son personas que se han perdido la vida por salvar la de sus pacientes", expone Florentino Pérez Raya, presidente del Consejo General de Enfermería, ante estos datos dados por el CIE, basado en datos de sus Asociaciones Nacionales de Enfermería, así como en cifras oficiales e informes de los medios de comunicación de una serie limitada de países, que además apunta a que más de 230.000 trabajadores sanitarios han contraído la enfermedad.
El análisis del CIE muestra que como media el 7% de todos los casos de COVID-19 en todo el mundo afectan a trabajadores sanitarios, lo cual supone que las enfermeras y otros profesionales se enfrentan a un gran riesgo personal, al igual que los pacientes a los que cuidan. Una extrapolación de la cifra del 7% calculada por el CIE para abarcar a todos los países señala que hasta 450.000 de los más de seis millones de casos del mundo podrían ser de trabajadores sanitarios.
En España es un 22 por ciento aproximadamente de los afectados, "es una cifra muy alarmante, que se debe, en gran parte, a la falta de los equipos de protección individual", señala Pérez Raya, quien a la falta de material suma la escasez de enfermeras. Esto le lleva a pedir a los países que inviertan en enfermería porque, añade, "este virus ha puesto de manifiesto la importancia de contar con sistemas de salud más fuertes".
La proporción de trabajadores sanitarios contagiados varía ampliamente entre países. Sin embargo, muchas naciones no están registrando los datos, "lo cual dificulta extremamente la realización de comparaciones significativas a nivel internacional", reconocen, al tiempo que admiten que, aunque las cifras, pueden verse "parciales y preliminares", plantean una serie de preguntas a las que se podría dar respuesta si todos los países recopilaran datos estandarizados completos y si estos se recabaran centralizadamente a escala mundial.
"En estos momentos la enfermería parece ser uno de los trabajos más peligrosos del mundo. Necesitamos obtener estas cifras en relación con cada país para saber qué está sucediendo exactamente que explique estas variaciones que son evidentes incluso si solo se echa un vistazo rápido a los números. Solo entonces podremos aprender la mejor forma de mantener seguras a nuestras enfermeras y prevenir que se repitan estas terribles estadísticas en el futuro", explica Howard Catton, director general del CIE.