MADRID, 4 (EUROPA PRESS)
Ingenieros de la Escuela de Ingeniería Thayer en Dartmouth College (Estados Unidos) han desarrollado un dispositivo del tamaño de una moneda de diez céntimos que, usando la energía del propio corazón, puede alimentar electrónicamente a una amplia gama de dispositivos médicos implantables.
Millones de personas en todo el mundo confían en los marcapasos, los desfibriladores y otros dispositivos implantables que salvan vidas, que funcionan con baterías que deben reemplazarse cada cinco a diez años. Esos reemplazos requieren una cirugía que puede ser costosa y complicaciones e infecciones.
"Estamos tratando de resolver el problema final de cualquier dispositivo biomédico implantable: ¿Cómo se crea una fuente de energía efectiva para que el dispositivo haga su trabajo durante toda la vida útil del paciente, sin la necesidad de cirugía para reemplazar la batería?", señala el investigador principal del estudio, John X.J.
En su artículo, publicado en la revista 'Advanced Materials Technologies', puntualiza que resulta "igualmente importante" que el dispositivo no interfiera con las funciones habituales del cuerpo. "Sabíamos que tenía que ser biocompatible, liviano, flexible y de perfil bajo, por lo que no solo se ajusta a la estructura actual del marcapasos, sino que también es escalable para futuras funcionalidades múltiples", detalla.
El trabajo del equipo propone modificar los marcapasos para aprovechar la energía cinética del cable conductor que está conectado al corazón, convirtiéndolo en electricidad para cargar continuamente las baterías. El material agregado es un tipo de película piezoeléctrica de polímero delgado llamada 'PVDF', que puede convertir incluso pequeños movimientos mecánicos en electricidad. Además, los mismos módulos podrían utilizarse como sensores para permitir la recopilación de datos para el monitoreo en tiempo real de los pacientes.