Andrés Manuel López Obrador

“No tengo ningún problema de contagio ni de contagiar a nadie”. Con estas palabras ha justificado Andrés Manuel López Obrador, de 67 años, su decisión de retrasar su vacunación de Covid-19, prevista para esta misma semana. El presidente de México, que se encuentra en plena campaña política con motivo de elecciones federales, ha cambiado finalmente de parecer porque considera que tiene “suficientes anticuerpos” dado que ya pasó la enfermedad el pasado enero. “No es indispensable”, concluye. Más allá de que estas declaraciones no terminan de coincidir con las evidencias actuales que manejan las autoridades sanitarias, el mandatario mexicano, que además se encuentra entre los grupos de riesgo debido a su edad, ha dejado pasar la oportunidad de dar ejemplo ante la ciudadanía y de administrarse una vacuna que ya ha demostrado su eficacia para frenar el virus. Un mensaje que tiene especial trascendencia en su país, donde ya han muerto más de 200.000 personas en esta pandemia.