Miguel Ángel Royo Bordonada.
El director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (Ccaes), Fernando Simón, ha asegurado este mismo lunes que España ya está “llegando al pico máximo” de la curva de contagios de Covid-19 de la tercera ola, o que, incluso, esta ya se encontraría “descendiendo”.
De hecho, durante el mes de diciembre Simón sostuvo que el pico podría llegar a nuestro país antes que al resto de los países europeos debido a los datos en incidencia acumulada. “Si en enero empezamos a vacunar, existe una alta probabilidad de que entre finales de enero y principios de febrero valoremos si podemos controlar la tercera ola”, dijo.
Sin embargo, voces del ámbito sanitario ponen en cuarentena esta afirmación y sostienen que esto no podría ser así. El presidente de la Asociación Madrileña de Salud Pública (Amasap), Miguel Ángel Royo, señala a Redacción Médica que los datos de los últimos días muestran todavía una tendencia ascendente y que puede “seguir aumentando”, en especial a los que se refiere al número reproductivo básico (que mide a cuántas personas, de media, contagia un positivo) y que se sitúa por encima de 1.
No obstante, reconoce que es difícil averiguar cuándo se alcanzará exactamente el pico máximo de la tercera ola y que este se identificará que ha atravesado “a posteriori” de haberlo hecho.
Restringir la actividad no esencial
Por otro lado, Royo ha valorado las últimas restricciones que han puesto diferentes comunidades autónomas para reducir la transmisión de la enfermedad, como no permitir aforo en el interior de locales de ocio o adelantar toques de queda. A su juicio, la mejor solución pasa por “lo que no sea una actividad esencial, restringirlo al máximo”.
Actualmente, desde el Ministerio de Sanidad se explica que no es necesario un nuevo confinamiento domiciliario, pero aplicar este tipo de restricciones tan severas, según el presidente de Royo, “es casi tan duro y es casi como hablar de un confinamiento”.
El papel de las vacunas contra el Covid
Asimismo, Royo ha asegurado que el papel de las vacunas es clave, aunque, a día de hoy, “no resultan un arma fundamental en la lucha contra la pandemia, aunque lo serán a medio y largo plazo”. “A corto plazo hay que evitar generar altas expectativas y caer en la autocomplacencia".
En este sentido, alerta de que aún son muchas las cosas que se desconocen de las vacunas, como su efectividad a medio y largo plazo, su capacidad para reducir los casos graves de Covid-19 y rebajar la mortalidad del virus, o si pueden reducir la transmisión. “Esto es algo que lleva tiempo y que llevará meses”, subraya.
En la lucha contra la pandemia también juegan un rol protagonista los tratamientos que persiguen que los síntomas del virus puedan ser tratados con eficacia. “Por desgracia, y pese a los esfuerzos, seguimos como en el primer día. Los que se han probado hasta el momento no han servido”, zanja.
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