Sanidad recomienda reducir la atención a la enfermedad aguda y optar por profundizar en secuelas físicas y psicosociales

Ruth Vera, coordinadora del Grupo de Trabajo de SEOM de Largos Supervivientes.
Ruth Vera, coordinadora del Grupo de Trabajo de SEOM de Largos Supervivientes.


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Las cifras hablan por sí solas. Se prevé que la incidencia del cáncer aumente un 47 por ciento en 20 años, es decir hasta 2040, lo que elevará la carga económica mundial de este tipo de enfermedades a un total de 28,4 millones de casos en todo el mundo en 15 años. De hecho, este año, en España, se detectarán 296.103 nuevos casos de cáncer, un 3,3 por ciento más que en 2024. Muchos de ellos convivirán con su patología pero sin llegar a fallecer, son los llamados largos supervivientes, y el Sistema Nacional de Salud (SNS) tiene que acogerlos. Por ello, distintas sociedades científicas de Primaria y Oncología se han unido para establecer una hoja de ruta que guíe a los profesionales para dar la mejor calidad de vida a estos pacientes, que son aquellos que a los cinco años del diagnóstico y tratamiento se encuentran libres de enfermedad, pero siguen teniendo necesidades de diferentes índoles.

Concretamente, son cinco las agrupaciones que han sumado fuerzas en un grupo de trabajo: la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), la Sociedad Española de Oncología Radioterápica (SEOR), la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen) y la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (Semfyc). Tal y como apunta Ruth Vera, coordinadora del Grupo de Trabajo de SEOM de Largos Supervivientes, a Redacción Médica, esta reciente hermandad tiene dos objetivos marcados por el momento.

"Por una parte, estamos estableciendo un plan de necesidades de formación, porque pensamos que hace falta muchísima formación en este ámbito para los profesionales sanitarios. Para empezar hay que hacer una definición común de largo superviviente de cáncer y desglosar sus necesidades", detalla la oncóloga.

En segundo lugar, se van a centrar en elaborar un documento marco para poder trabajar todos de igual forma en las diferentes comunidades autónomas. Se trata de consensuar el seguimiento de los largos supervivientes entre Atención Primaria y los hospitales. "Para derivar a estos pacientes, habría que tener un informe en el que estuviera detallada la información de qué secuelas tienen, qué pruebas necesitan, qué podemos esperar de su evolución, etc", sostiene Vera. "También se necesita un contacto en el hospital, por si se requiere su vuelta, si hay algún problema", ha añadido.

Estos pacientes tienen necesidades muy características que Vera diferencia en cinco bloques. El primero agruparía las necesidades físicas, que serían aquellas que van más vinculadas a las secuelas que hayan podido quedar después del tratamiento (por ejemplo, menopausia precoz, osteoporosis, incontinencia o problemas cardiovasculares). El segundo grupo se centra en las necesidades psicológicas (depresión, ansiedad, etc), mientras que el tercero son necesidades sociales/ sociosanitarias o también económicas, como aislamiento social. En cuarto lugar están las necesidades asociadas con las recidivas o recaídas del tumor o de segundos tumores, y, por último, un bloque de medidas preventivas (hábitos de vida saludables, ejercicio, alimentación, etc).

Medidas de Sanidad para los largos supervivientes de cáncer


Desde el Ministerio de Sanidad son conscientes de esta situación y destacan, en declaraciones a este periódico, que saben que el aumento de estos pacientes traerá consigo un incremento en la demanda de atención sanitaria y no sanitaria, lo que supone un reto para los profesionales asistenciales y la sociedad en su conjunto. "Este desafío pasa por asumir que los pacientes que han sobrevivido a un cáncer presentan más problemas médicos y limitaciones funcionales que la población general y considerar la supervivencia a largo plazo como una etapa más de la atención al paciente  oncológico, a pesar de las dificultades que supone la prestación de cuidado durante esta etapa", afirman.

Se refieren sobre todo al hecho de que los modelos de seguimiento a la supervivencia "no han evolucionado de manera paralela" a la efectividad de los tratamientos y las técnicas diagnósticas. "En muchas ocasiones la atención sigue anclada en el modelo de enfermedad aguda, poniendo mucho énfasis en el tratamiento inicial y secuelas precoces, y prestando menos atención a aspectos como el manejo de las secuelas físicas y psicosociales del cáncer y/o sus tratamientos (cansancio, dolor, depresión, complicaciones reproductivas, etc.), la monitorización de los efectos secundarios tardíos de los tratamientos y la detección de recidivas y segundos tumores primarios. Además, cabe tener en cuenta también que muchos de los largos supervivientes son mayores de 70 años, lo que añade en muchos casos las comorbilidades frecuentes a esa edad", indican.

De hecho, la Actualización de la Estrategia en Cáncer aprobada por el CISNS en febrero de 2021 ya recogía esta realidad, y para su abordaje señalaba varias acciones a llevar a cabo en su línea estratégica: Seguimiento y Calidad de Vida. En esta misma línea, han sido varios los trabajos realizados recientemente como el Informe de la situación sobre los Pacientes Largos Supervivientes de Cáncer en el SNS; las recomendaciones para la mejora de la atención a pacientes largos supervivientes de cáncer; el Plan Individualizado de seguimiento de larga supervivencia de cáncer de mama; las recomendaciones para la mejora de la atención psicológica al cáncer; y el Plan Individualizado de seguimiento de larga supervivencia de cáncer infantil. Además, algunas comunidades han decidido tomar la delantera, como Andalucía, y crear su propio plan de largos supervivientes.

"En este contexto, la atención a los pacientes largos supervivientes debe girar en torno a su satisfacción y calidad de vida y la de sus familiares y cuidadores, de manera que abarque aspectos sanitarios, pero también sociales, familiares, sexuales y emocionales, de ahí la importancia de los trabajos que se están realizando en el marco de la Estrategia en Cáncer. Es también retador cubrir estas necesidades optimizando los recursos asistenciales, tanto sanitarios como no sanitarios, evitando duplicidades y procurando la máxima accesibilidad a dichos recursos por parte del paciente", concluyen desde el departamento que lidera Mónica García.
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