Pablo Corral, director general del Grupo Igualatorio.
La colaboración entre lo público y lo privado ha sido definitiva para hacer frente en España a la grave
crisis asistencial generada en el sistema de salud por el coronavirus.
Desde el primer momento,
Igualatorio Cantabria puso a disposición de la
Consejería de Sanidad sus recursos. Su director general, el médico
Pablo Corral, suma su testimonio a los protagonistas del sistema sanitario español que están proyectando una mirada de futuro a través del documento '
Lecciones del Covid-19', impulsado por
Redacción Médica.
¿Cuáles son los aciertos y errores que considera que se han cometido durante esta crisis?
Se ha objetivado una clara falta de previsión en muchos aspectos, o han fallado nuestros sistemas de vigilancia epidemiológica o el traslado de información desde éstos. Desgraciadamente, se ha actuado tarde en demasiados campos.
El gran acierto en esta situación ha sido, sin ninguna duda, la actitud y responsabilidad de todos los profesionales sanitarios. Su respuesta y compromiso ha permitido afrontar con garantías una crisis sanitaria como nunca se había visto.
También me gustaría destacar como muy positivo la colaboración público-privada. Desde el comienzo de esta pandemia, nuestro Grupo Igualatorio puso todos los recursos a disposición de la comunidad autónoma de Cantabria, colaborando estrechamente con las autoridades sanitarias para frenar la propagación de esta enfermedad tomando además medidas con el objetivo de aumentar aún más nuestra capacidad, suspendimos toda la actividad quirúrgica, consultas y todo tipo se asistencia programada. Sin esta cooperación entre el sector público y privado, la gestión del COVID-19 hubiera sido mucho más complicada.
Ante una crisis similar futura, ¿qué medidas deberían adoptarse ya de forma preventiva en cuanto a recursos humanos, recursos materiales, y gestión / organización?
Tiene que haber un antes y un después en nuestro sistema sanitario. En cuanto al ámbito preventivo, lo que servía hace unos meses está claro que ha quedado obsoleto. No podemos permitirnos el lujo de establecernos en la improvisación, necesitamos tiempos de respuesta rápidos y estrategias contundentes en fabricación / adquisición de equipamientos, reorganización / reclutamiento de profesionales, protección de poblaciones susceptibles, entre otras. Las prioridades de gasto tienen que cambiar y no únicamente en el ámbito sanitario.
Debemos aprender de lo ocurrido, y mucho.
¿Qué podría haber aportado el entorno de la asistencia sanitaria que no haya podido hacer por la premura en el estallido de la crisis?
Considero que hemos estado a la altura. Cada uno dentro de sus posibilidades, ha sabido adaptarse con rapidez a las nuevas necesidades que planteaba una situación sin precedentes en la historia sanitaria y asistencial de nuestro país. Hemos demostrado una capacidad de colaboración con los servicios públicos de salud que nos tiene que hacer pensar en una continuidad al margen de situaciones de “crisis”. Quizá, si hubiéramos dispuesto de más información y tiempo de reacción, se hubieran podido trasladar mensajes más concretos a los pacientes, que habrían mejorado de forma global el día a día en el ámbito asistencial.
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