Fachada de Muface
Dudas. Incertidumbre. Interrogantes.
Muface continúa, una semana más, plagada de preguntas sin respuesta. Las cerca de 1,53 millones de personas (entre mutualistas y beneficiarios) distribuidas por todo el país viven estos días en vilo a la espera de conocer lo que sucederá con su asistencia sanitaria en los próximos tres años. ¿Desaparecerá o sobrevivirá? ¿Habrá tercera licitación? ¿Decidirá Asisa seguir en solitario en el concierto o se sumará finalmente Adeslas? Esas son algunas de las cuestiones más repetidas en los últimos días entre los funcionarios públicos, que esperan con nerviosismo la respuesta final. Los ecos de la crisis han llegado a cada rincón del país. Incluso a la
España vacía.
La
densidad de población es notablemente inferior a la media. Los espacios, escasos. Apenas hay bares, escuelas o lugares públicos.
Algunas de estas zonas rurales cuentan con una decena de habitantes. Otras, con más suerte, concentran a algunos miles. Ciudad Rodrigo es uno de los municipios con 'suerte'. Cuenta con algo más de 11.500 habitantes, muy por encima de los pueblos de su alrededor, que apenas llegan a un centenar de habitantes, y muy por debajo de los casi 150.000 de la ciudad de Salamanca.
Allí, en Ciudad Rodigo, vive desde hace varios años Diana Cruz (Salamanca, 35 años). Cuenta que se trasladó al municipio castellanoleonés por trabajo. Corría el año 2016 cuando se presentó a las oposiciones en busca de una plaza fija como profesora. Las aprobó. Lo consiguió. Y pasó a formar parte del más del 60 por ciento de los
docentes que comprenden la cartera de mutualistas de Muface. Aunque, en su caso, ella
pertenece al 29,74 por ciento de los funcionarios públicos adscritos a la mutualidad que optan por la
sanidad pública.
¿Sanidad pública o privada en la España vacía?
"Cuando me saqué la plaza no me planteé la sanidad privada", recuerda sobre su decisión de hace ya nueve años. Durante los distintos periodos de permutas que han estado vigentes desde entonces, además, esta funcionaria tampoco se ha replanteado hacer el cambio.
— ¿Por qué no se ha planteado cambiarse?
— Porque
si quiero sanidad privada tendría que trasladarme hasta Salamanca.
Es decir, Cruz tendría que recorrer en coche
cerca de 90 kilómetros. Una hora de trayecto para poder disponer de su asistencia sanitaria. En este sentido, se muestra tajante: "Muface no tiene, o no pone, los recursos para llevar la sanidad privada la España vacía.
Tenemos que optar por la pública porque no hay otro remedio".
"Y, aún con todo ello, la sanidad pública de este país está muy dañada", señala. De hecho, esta funcionaria hace hincapié en el hecho de que, si se cumple con lo
proyectado en el informe del Ministerio de Sanidad 'Muface: del seguro privado al Sistema Nacional de Salud (SNS),
el trasvase de más de un millón y medio de personas "sería la puntilla final para la pública". "Si eso sucede, la sanidad colapsaría. Ya es una locura con las lisas de espera... Se va a duplicar y
todo va a ser un caos", augura.
A lo largo de la conversación, a pesar de que ella va a seguir teniendo su asistencia sanitaria asegurada, ese posible colapso llena de dudas a esta mutualista. "
Me da miedo lo que vaya a pasar. Muface no puede morir de un día para otro", recalca.
Durante la conversación repite en varias ocasiones la misma palabra. Un término ya recurrente entre los mutualistas.
Incertidumbre. Esa oleada de dudas que, desde el inicio de la crisis, se ha instalado entre los funcionarios adscritos al modelo. Sin embargo, Cruz prefiere sentirse optimista: "Creo que Asisa participará en la licitación. Otra cosa es que luego asuma el concierto en solitario, aunque con toda la crisis es probable que mucha gente se pase a la pública".
Una crisis con fecha de caducidad
Todas las
incógnitas que rodean a Muface pueden despejarse este 27 de enero. En menos de una semana, las cerca de 1,53 millones de personas conocerán si, finalmente, seguirán contando con la asistencia sanitaria de las entidades privadas dentro del concierto sanitario o si, por el contrario, esta opción desaparecerá tras 50 años de historia.
Por el momento,
Adeslas y DKV ya han dicho 'no' a la segunda licitación del concierto.
Ambas alegaron la misma razón en su adiós al modelo en el que llevaban implicadas desde su creación en 1975: la infrafinanciación a la que se había visto sumida la mutualidad en los últimos años. Adeslas aclaró que en el último contrato de Muface, de 2021 a 2024, acumuló pérdidas de 256 millones de euros, mientras que DKV reveló que las suyas eran de 70 millones de euros. Las dos equilibradas con el número de mutualisyas de cada una.
Asisa, en cambio, aún baraja presentarse en solitario al nuevo concierto de Muface. "Seguimos estudiando los pliegos", han confiado fuentes de la compañía esta semana a
Redacción Médica. De hecho, estas mismas fuentes han deslizado que una de las dudas por las que podrían decir 'no' al modelo recae sobre el mismo argumento que ya dieron Adeslas y DKV:
las pérdidas millonarias. En su caso,
Asisa ha cifrado en 113 millones de euros las pérdidas acumuladas durante el último concierto.
No obstante, esto aún no es un impedimento. Como tampoco es firme que Asisa vaya a continuar adelante en Muface. La compañía aseguradora se encuentra estudiando los
últimos detalles y valorando si de verdad continuará o volverá a dejar desierto el proceso de licitación, como ya hizo en noviembre junto a Adeslas y DKV.
El
destino de Muface puede ser cuestión de días después de que el Gobierno se abriera a realizar
nuevos retoques en el pliego de condiciones para la licitación. Un movimiento que ha 'acercado' a Adeslas, que ya ha exteriorizado su intención de reconsiderar su estancia en el modelo tras el 'no' inicial.
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