Imagen del coche empotrado en Urgencias el pasado fin de semana
"
Urgencias estaba llena de humo y con las marcas de derrape. Todo el personal estaba asustado". Con estas palabras describe a
Redacción Médica Imanol Rodríguez, enfermero en el hospital bilbaíno de Basurto, las sensaciones vividas por los profesionales sanitarios este fin de semana, cuando
un hombre de 30 años empotró su coche contra los servicios de Urgencias.
Imanol lleva seis años trabajando en el centro y tres en
Urgencias. "Yo estaba trabajando en el turno de noche y estaba en Observación, en el piso de arriba", relata el enfermero, que se apresuró a ver qué había pasado: "Las compañeras nos avisaron para que bajásemos corriendo porque
había pasado algo muy gordo", recuerda.
Imanol Rodríguez, enfermero de Urgencias en el Hospital de Basurto
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El panorama que se encontró el enfermero era más propio de un set de rodaje que de un hospital. "Vi el
coche empotrado en el área de triaje, todavía en marcha", describe Imanol. "Cuando llegué, el paciente ya estaba en el box de estabilización y los dos acompañantes estaban en el pasillo", ilustra.
Hubo compañeros, relata el enfermero, que creyeron que se podía tratar de un
atentado. "Cuando se dieron cuenta de que era una situación clínica, fueron
corriendo a sacar a las personas que estaban dentro del coche", recuerda el sanitario, que se felicita de que nadie sufriera daños por el choque. El conductor de una ambulancia, sin embargo, sí que tuvo que lamentar la agresión de uno de los acompañantes.
"Tuvimos mucha suerte de que no se hiciera
daño nadie más porque sucedió en el hall de la entrada, donde suele siempre haber gente. Es donde hacemos los cambios de camillas cuando bajan de las
ambulancias", relata el enfermero. "La zona de
Pediatría está allí mismo y muchas veces para que les baje la fiebre y les dé el aire, hay niños con sus padres allí. Esa zona siempre suele estar llena y fue un milagro que no pasara nada", añade.
"Pensaban que se estaba muriendo"
Pese a que en poco más de dos horas el paciente recibió el alta, "los acompañantes
pensaban que se estaba muriendo",
Al principio, los profesionales pensaron que se había producido un atentado
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detalla Imanol, que advierte de que las agresiones son muy frecuentes en el hospital: "Todos los días hay faltas de respeto, insultos y hasta escupitajos. Las agresiones físicas no lo son tanto pero también ocurre. Hay muchos pacientes psiquiátricos no diagnosticados y hay gente que se desespera y nos grita: ¡Os mato!".
Por su experiencia, Imanol cree que "cuando un paciente está mal, no se queja tanto, pero los acompañantes suelen chillar y gritar más. Es más común que las agresiones las realicen ellos porque
no tienen paciencia".
Medidas urgentes
Para el enfermero, son necesarias
medidas de protección más contundentes. "Esa misma noche le escribí un correo al gerente con propuestas como poner
bolardos en la entrada, habría que hacer un estudio y comprobar la viabilidad", explica Imanol, que todavía no ha recibido respuesta: "Esperamos que, cuanto antes, ponga en marcha una investigación y que nos invite a los trabajadores".
Además, ha pedido una mampara de protección: "Tenemos el área abierta y podría evitar agresiones. Se colocaría entre la sala de espera -que es donde suelen increparnos más- y la zona del triaje", explica el enfermero, a quien le gustaría que Osakidetza se personase como acusación particular cuando se produzca una
agresión.
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