Magda Campins, Rafael Ortí y Antoni Trilla.
El
escenario de
pandemia por
coronavirus no ha dejado de
modular a lo largo de estos
últimos años con la
irrupción de
nuevas olas y la
imposición o
retirada de
restricciones por parte de las instituciones. La aparición de los linajes
BA4 y
BA5 ligados a
Ómicron ha vuelto a encender las alarmas entre los especialistas de
Epidemiología y la Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud Pública y Gestión Sanitaria (
Sempspgs), que llegan a incluso valorar que la
séptima ola ya haya llegado a España justo a las puertas del verano.
El aumento de
contagios por covid y el ascenso de la
incidencia en la mayoría de las comunidades autónomas ha generado la idea de que España está cerca de vivir su séptima ola de contagios.
Rafael Ortí, presidente de Sempspsg, afirma en
Redacción Médica que “estamos empezando una nueva ola, la
segunda silenciada, de contagios.
Es probable que este aumento de casos esté ligado a los linajes BA4 y BA5. Estas variantes
escapan a la vacuna, y pese a que no percibimos que haya un
riesgo especialmente importante, de momento esta situación se está traduciendo en un aumento de ingresos hospitalarios”.
Ortí: "Pese a no percibir un riesgo importante, BA4 y BA5 están genernado un aumento de ingresos hospitalarios"
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El panorama descrito por Ortí es tambien defendido en
Redacción Médica por
Magda Campins, jefa de medicina preventiva y epidemiología del Hospital Universitario Valle de Hebrón, en relación con la situación que se está viviendo en
Cataluña: “Los dos linajes aumentan no solo en España sino en todo nuestro entorno. Hace unas semanas en Cataluña todos los contagios eran asociados a BA2 y ahora tenemos un
40 por ciento de
BA4 y
BA5. Esta situación ha coincidido con el aumento de la incidencia, y estudios iniciales ya indicaron que por primera vez estos linajes eran un
10 por ciento más trasmisibles”.
Antoni Trilla, consultor sénior del Servicio de Medicina Preventiva y Epidemiología del
Hospital Clínic, afirma que con estas nuevas dos subvariantes “el número de casos graves que requieren curas intensivas se mantiene con
porcentajes bajos y
aislados. Se trata de una
situación más leve de la que sufrimos en los dos primeros años de pandemia. La gente, pese a seguirse contagiando, no lo hace de forma tan grave y es menos frecuente, en mayor medida gracias a las vacunaciones. Si este escenario se mantiene, será difícil tomar nuevas
medidas, a no ser que haya una
importante sobrecarga en el sistema sanitario, que también se podría dar”.
Otoño, un escenario covid a tener en cuenta
La situación en otoño es una
preocupación entre los especialistas, siempre que el escenario actual no se erradique cuanto antes. “Volveremos a
espacios interiores y
desconocemos qué variantes tendremos en ese momento. Se debe realizar una campaña de información y comunicación a la población para
la administración de la cuarta dosis contra el coronavirus, debido a que muchas personas tienen la sensación de que la pandemia ha acabado”, comenta Campins.
Una preocupación que Trilla no pasa por alto es la posible
falta de personal sanitario, situación que "empieza a ser
preocupante. Hay muchos profesionales de baja por contagio de estas subvariantes, y esto se produce normalmente fuera del hospital. No podemos trabajar si estamos contagiados, y cuando miramos atrás no hay nadie que pueda sustituir al enfermero o enfermera".
Por su parte, Ortí considera que no se debe mirar tan lejos, ya que “lo que tenemos es un
problema más próximo. Las
cifras de incidencia que tenemos ahora en otro momento serían alarmantes y ahora están en un nivel
más allá del riesgo bajo. No es preocupante pero sí se debe prestar atención suficiente para no
sobrecargar los servicios sanitarios, y más en un momento en que vienen vacaciones para los profesionales”.
Las administraciones deben volver a concienciar a la sociedad
Un actor que tanto
Ortí como
Campins ponen el punto de mira es, sin duda, en las
administraciones sanitarias y la política llevada a cabo hasta ahora. “Va a ser difícil que las instituciones vuelvan atrás en las instrucciones dadas hasta ahora, pero afirmaron que si había una situación que requiera medidas se tendría en cuenta. No se si tendrá algo que ver, pero dar la sensación de que
todo va bien dificulta
la toma de medidas sanitarias. Igual que ocurre con la gripe cuando minimizamos el problema cuando tenemos una ola epidémica, con el Covid-19 pasa lo mismo, pero ocurre cada 3 meses y no solo en invierno”, explica el presidente de Sespas.
Campins: "Hemos pasado del todo al nada, de comunicar cada día la situación a no decir prácticamente nada"
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Campins está completamente de acuerdo con la valoración de Ortí acerca de las instituciones, y añade que “
se ha bajado el nivel de información por parte de las autoridades sanitarias. Uno de los motivos ha sido sobretodo el problema de salud mental y la fatiga que ha provocado la pandemia. Hemos pasado del todo al nada, de comunicar cada día la situación a no decir prácticamente nada, provocando que muchas personas piensen que la pandemia ha acabado.
Empezamos una nueva fase del virus, por lo que concienciar a la población es necesario”.
Trilla considera que, ahora, el
foco de atención de las instituciones ya no es el coronavirus, sino la
guerra que está teniendo lugar en
Ucrania: "Cuando se redujeron los contagios y los fallecimientos por coronavirus y la sociedad vio que no era tan grave, el Gobierno de España eliminó las restricciones y el uso de mascarilla. En poco tiempo se inició la guerra en Ucrania, haciendo desplazar el foco de atención a noticias que han dominado todo el panorama actual. Todo esto ha provocado que
si no hay una situación de urgencia sanitaria hay noticias que son más potentes y que preocupan también a la sociedad. Considero que la población prefiere no pensar con la pandemia porque no es tan grave, pero quizá desde las instituciones se han olvidado de algunas cosas que podrían ayudar y
no estar tan relajados ante determinadas situaciones”.
Reducir la vigilancia epidemilógica, "un error"
En relación con si se tienen que imponer
nuevas medidas y restricciones ante la escalada de contagios y hospitalizados por coronavirus, Campins muestra su desacuerdo por “el
cambio de estrategia en el seguimiento del Covid-19. Está bien no tomar medidas menos agresivas en cuarentenas o aislamientos, pero pienso que reducir la vigilancia epidemiológica es un error. Deberíamos hacer un esfuerzo aprovechando las nuevas tecnologías para seguir haciendo nuevas vigilancias en todas las edades. Cuando aumenta la transmisión en menores de 60 años, lo que no podemos controlar,
aumentan las bajas laborales”.
La investigadora del
Vall d’Hebrón, por su parte, tampoco es partidaria de imponer medidas similares a las dictadas en anteriores olas, pero sí recuerda que “ahora hemos descartado prácticamente las
mascarillas. Lo que deberíamos hacer es si las cosas empeoran en personas mayores recomendarles que cuando vayan a lugares con mucha gente se la pongan. No creo que sea necesario imponerla de nuevo a toda la población”.
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