De izquierda a derecha, Xavier Nuvials, David de la Rosa y Antonio Lalueza.
A medida que
España ha ido entrando en las últimas fases de desescalada de la
epidemia del Covid-19, se ha hecho patente que la convivencia de la población con el coronavirus va a ser larga y durará, al menos, hasta que se vacune a la población.
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No son solo los
rebrotes actuales y los que se esperan, por diversas causas, a lo largo del verano: en el horizonte aparece la campaña de la gripe de
otoño-invierno como el momento en que se volverá a poner a prueba la capacidad del sistema sanitario, que año tras año se somete a la dura prueba de la gripe y que su conjunción con el
SARS-CoV-2 no es halagüeña.
Ya el Ministerio de Sanidad ha advertido de la necesidad de
que la campaña de vacunación contra la gripe comience lo antes posible el próximo mes de octubre, en cuanto haya suministros suficientes.
Por eso, los especialistas que han vivido en primera persona la crisis del coronavirus y que son los que se enfrentan año a año a la gripe consideran necesario disponer de
pruebas que permitan diagnosticar con rapidez si el paciente que acude a un centro de salud u hospital aquejado de fiebre y tos pueda estar sufriendo
una de las dos enfermedades.
Sin criterios clínicos ni radiológicos para diferenciar Covid-19 y gripe
“Es fundamental disponer de tests diagnósticos que permitan diferenciar entre gripe y Covid-19, puesto que el diagnóstico no puede establecerse por criterios clínicos ni radiológicos”, comenta
Xavier Nuvials, coordinador del Proyecto Bacteriemia Zero de la
Sociedad Española de Medicina Intensiva, Crítica y Unidades Coronarias (Semicyuc).
Nuvials justifica esta necesidad por varias razones. La primera, “iniciar el tratamiento antiviral en los casos de gripe más grave”. Además, la discriminación entre las infecciones
servirá para establecer una estrategia de aislamiento y seguimiento de contactos más adecuada, “ya que son distintas para ambas infecciones tanto en el ámbito comunitario como hospitalario”.
Las complicaciones evolutivas de ambas enfermedades son distintas y pueden establecerse estrategias preventivas de las mismas, apunta el intensivista, que recuerda que también puede darse
coinfección de gripe de y SARS-CoV-2, lo que justifica “disponer del diagnóstico microbiológico para un manejo individualizado de los pacientes”.
La implicación de la Atención Primaria para diferenciar gripe y SARS-CoV-2
De la Rosa: "Primaria es una barrera muy buena para diferenciar gripe y Covid, pero hay que darle recursos"
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Desde la Neumología apuntan a la “necesidad de descartar coronavirus en todos los pacientes con síntomas respiratorios”, explica
David de la Rosa, coordinador del área de infecciones respiratorias y tuberculosis de la
Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ).
Se trata de una tendencia que se mantendrá en el tiempo. “De aquí a octubre o noviembre mucho deben haber cambiado las cosas para que cambie”. Lo lógico, en palabras de este neumólogo, Sería que, “hasta que no haya evidencia de que esto va a la baja o de que el ‘bicho’ no es tan agresivo, al paciente se le trate como si fuera de coronavirus hasta que lo descartes”.
Por ello, De la Rosa indica que es necesario implicar a la
Atención Primaria en esta acción. “Primaria es una primera barrera muy buena, pero hay que darle recursos”.
Esta semana, el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias,
Fernando Simón, veía con buenos ojos una prueba para distinguir ambas infecciones en el primer nivel del SNS. "Lo ideal" sería que fueran "pruebas a la cabecera del paciente y se pudieran aplicar en Atención Primaria", si bien no es algo sencillo de implantar.
Con todo, De la Rosa se muestra optimista respecto a que la agresividad del virus se reduzca en los próximos meses. “La mayor parte de los [casos] que vemos
no son tan agresivos y puede ser que venga un rebrote en octubre que sea más leve”.
Testar con varias pruebas "incrementa el coste"
Por su parte, el internista
Antonio Lalueza señala que, de cara al otoño, entre octubre y diciembre los pacientes que vengan con algunos de los síntomas que comparten gripe y Covid-19 tendrán más probabilidades de ser lo segundo. “La gripe empieza a principios de diciembre”, apunta, mientras recuerda que el SARS-CoV-2 hay que testarlo “en todas las muestras”.
Lalueza es miembro del Grupo de Trabajo de Enfermedades Infecciosas de la
Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI) e investigador principal de una beca FIS sobre gripe. Recuerda que hay distintas pruebas para identificar los distintos virus y sus variantes, apuntando la necesidad de testar también en gripe por la existencia de población de riesgo, si bien reconoce que “testar todos los virus incrementa el coste”.
A pesar de que hasta el momento no hay un protocolo consensuado de manejo de coronavirus y gripe, indica que habría que asumir un circuito diferenciado para patología respiratoria con cierta sospecha. A medida que se acerque el otoño se irá aclarando el procedimiento de trabajo.
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