25 feb. 2014 13:23H
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1. Los estudiantes de Medicina se manifestarán contra la troncalidad
-Pilar de Lucas: Se ha tardado mucho tiempo, ha habido varios borradores, pero este asunto tiene que salir adelante. Aceptamos la troncalidad si no va en detrimento de la formación del neumólogo como especialista. No podemos admitir que el programa de residencia se quede corto. Nuestra sociedad no está en contra de la troncalidad, pero creemos que es preciso modificar el programa de residencia, y que se contemple al menos un quinto año, e incluso un sexto si fuera necesario.

-Jorge Matías-Guiu: La troncalidad nace de la LOPS, una ley que no se ha desarrollado nada. Llevamos hablando de la troncalidad siete años. La ministra Salgado dijo por entonces que en medio año estaba resuelto este asunto… La troncalidad que se ha presentado no tiene nada que ver con los objetivos que se marcaba la LOPS, su desarrollo se ha hecho al margen de las comisiones nacionales. No ha habido consenso. La medicina del futuro es una medicina especializada, no se puede ir para atrás con especialistas más generalistas. No somos contrarios a la troncalidad, pero sí al borrador y a cómo queda en él la Neurología.

-Tomás Chivato: La verdad es que el proceso se está prolongando demasiados años. En mi especialidad, la Alergología, sí viene bien la troncalidad, ya que en el pregrado se imparte en muy pocas universidades, creo que en cinco. Alergología se queda coja en la formación específica, habría que aumentar la especialidad un año, no conviene disminuir el tiempo de formación específica. En España serían cuatro años, mientras que en Europa son cinco. Habría que dar ese quinto año a las especialidades que lo soliciten. Y hay que explicar este proceso muy bien, es normal que los estudiantes estén preocupados.

-José Ramón Luis-Yagüe: Resulta difícil opinar sobre un tema tan complejo. Sí se advierten ciertas señales de alerta. Y habría que reflexionar también sobre el enfoque que se le da a la formación pregrado. El estudiante, ¿estudia para aprender Medicina o para aprobar el MIR? Si está funcionando bien el sistema MIR, no lo desmontemos, no hagamos de él simple mano de obra barata para los hospitales. Y habría que desarrollar bien las áreas de capacitación específica.

2. Las unidades de gestión clínica: voluntarias y sin personalidad jurídica propia
-Tomás Chivato: En este asunto de la gestión clínica hay una gran diferencia en toda España. En Madrid hay unidades de gestión clínica en el Hospital Clínico, que funcionan bien, pero no hay en otros centros. La variabilidad clínica que se produce no es solo entre comunidades autónomas, sino entre los propios centros de una determinada región. Tenemos un déficit en la formación en materia de gestión, que luego se va supliendo con la práctica diaria. Y esto es algo esencial, ya que los médicos manejamos recursos. Es necesario aprender gestión, pero de una manera homogénea.

-Pilar de Lucas: Es lógico que este proceso sea homogéneo, que existan guías. De este asunto de la gestión clínica se viene hablando años, aunque en este último año su protagonismo se ha disparado. Lo importante es que se tenga capacidad de decidir en una de estas unidades, algo que no ocurre por ejemplo en Andalucía. En Madrid se ha reactivado el interés como consecuencia de la difícil situación vivida en el último año, pero a la hora de tomar decisiones solo lo hace el gerente. Hay que desarrollar las unidades de gestión clínica pero con suficiente grado de autonomía.

-José Ramón Luis-Yagüe: Este debate tiene mucho de bueno: quienes tienen que gerenciar los servicios hospitalarios son los profesionales sanitarios. No se sabe quién y dónde se toman las decisiones. El sistema ha ido quitando autoridad al profesional. Debe haber libertad para hacer el diagnóstico y prescribir el tratamiento adecuado, y capacidad de gestionar los recursos humanos y materiales. Es necesario tener un marco jurídico que establezca las reglas de juego, con la máxima transparencia y credibilidad. Y el marco jurídico debe ser homogéneo para todo el SNS.

-Jorge Matías-Guiu: Había dos modelos distintos de gestión clínica hace unos años: el del Clinic de Barcelona (el modelo Prisma) y el del Insalud (los famosos institutos). Pero sus resultados no fueron todo lo bueno que se podía esperar. Una cosa es la gestión clínica, que son las herramientas, y otra las unidades de gestión clínica, que son estructuras administrativas. El problema es cómo dotar de autonomía al clínico. Si se toman decisiones, hay que responsabilizarse, y esto choca con el marco jurídico rígido de funcionamiento de los hospitales. El Ministerio debería tener esto en cuenta en el proyecto en el que trabaja.

3. Los fármacos baratos ganan mercado con la crisis
-José Ramón Luis-Yagüe: Los informes de Farmaindustria y de otros organismos confirman lo ya sabido: el gasto farmacéutico ya está bajo control con las medidas que se han tomado, pero no estaba en una situación que supusiera riesgo para el SNS. Las medidas importantes que se han adoptado han permitido bajar el gasto de mayo de 2010 (máximo histórico) a diciembre de 2013 un 30 por ciento. También ha bajado el número de recetas y el gasto medio por receta, y han crecido los fármacos de bajo coste. El gasto sanitario entre los años 2003 y 2013 ha sido el 50 por ciento del gasto público total. De ese gasto sanitario, el 2,7 por ciento ha sido en farmacia. Esto corrobora que el gasto farmacéutico no era un problema para la sostenibilidad del SNS. Ha sido bueno que se hayan generado ahorros, pero malo que no se hayan reinvertido en el SNS, en financiar nuevos medicamentos, por ejemplo.

-Jorge Matías-Guiu: Es complicado tener una visión simple de este problema. No se puede decir “hay que bajar el gasto farmacéutico como sea”. El profesional debe contar con herramientas necesarias para tratar adecuadamente al paciente. Los objetivos solo contables son complicados de llevar adelante. Hay una cierta desconfianza hacia el profesional. No nos creen capaces de tomar decisiones adecuadas. Hay que dar al paciente el fármaco que necesita, y para ello son necesarios análisis técnicos y profundos.

-Pilar de Lucas: El profesional hace la mejor indicación, la más eficiente. Ningún médico elige un fármaco de bajo coste si cree que no es el más idóneo y efectivo. En el profesional se puede confiar, ajusta su práctica a la evidencia, calidad y eficiencia. Se deben acortar los plazos para financiar los fármacos; ahora son muy largos, en otros países lleva tres o cuatro años y aquí más. Esto denota que se cuenta muy poco con el profesional. El beneficio del fármaco existe, aunque es más marginal, las patologías están más controladas.

-Tomás Chivato: El profesional quiere que el paciente esté tratado lo mejor posible. El paciente en nuestro país es cada vez mayor y pluripatológico. Pero no hay que preocuparse solo de alargar la cantidad de vida, sino también la calidad. Con este tipo de medidas sobre la industria farmacéutica, es normal que se replantee su actividad investigadora. La industria no es una ONG, en estos años de crisis han tenido que ajustar plantillas. Los más interesados en que el sistema sanitario sea sostenible somos los propios profesionales.
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