Esteban Acosta Lorenzo.
El pasado jueves 28 de enero fallecía el psiquiatra
Esteban Acosta Lorenzo en su casa de El Plantío, tras una larga enfermedad. Tenía 89 años. A sus espaldas deja una vida que marcó un antes y un después en la asistencia psiquiátrica en España.
Especialista en Psiquiatría, y orientado hacia el psicoanálisis, fundó y dirigió
el primer Hospital de día Psiquiátrico en España en 1974, cuando era jefe de Servicio de Psiquiatría de la Cruz Roja de Madrid. Un modelo que evolucionó al
Instituto Psiquiátrico Montreal, que fue creciendo con el tiempo hasta contar con decenas de profesionales. Fundado en 1988 y adquirido en noviembre de 2019 por el grupo DomusVi, supuso un abordaje psicodinámico, comunitario e integrativo a pacientes de todas las edades.
Pero antes de fundar este lugar pionero para la sanidad española, Acosta había sido director médico en el Massachusetts Institute. También contó con su presencia el Centro Psicoanalítico de Madrid, del que fue parte del grupo fundador de esta institución. En el año 1962 se crea el Instituto – Clínica de Psicoterapia “Peña Retama” Hoyo de Manzanares, concebido y desarrollado como una comunidad terapéutica (la primera que se instauró en España). También se crea el Instituto de Psicoterapia como un centro de atención ambulatoria.
Esteban Acosta, durante un acto junto a la Reina Sofía.
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Esteban Acosta había nacido el 8 de septiembre de 1931 en el pueblo de
Tazacorte, uno de los más verdes de isla de La Palma. Era el sexto de ocho hijos. De ahí le venía su marcado acento que, quienes lo conocen, aseguran que aparecía de forma contundente durante las reuniones, a pesar de llevar décadas viviendo en Madrid.
Una persona con un "radar perfecto"
El psicólogo
Jesús Díaz Rocillo era uno de los participantes en esas reuniones como coordinador y supervisor de la Unidad de Adolescentes en Montreal -que ahora dirige el hijo de Esteban Acosta, Miguel Acosta Landa- lo describe como un hombre de "personalidad fuerte, mirada profunda y muy inteligente", que sabía activar a las personas hasta crearles inquietudes. "Era un clínico muy bueno con una intuición perfecta", asegura.
"Tenía una
comprensión psicodinámica de cómo entender a los pacientes. No era un psiquiatra al uso, apoyado únicamente en lo farmacológico, sino que sabía que con algunas estrategias y formas de intervenir con pacientes de cierta gravedad se podían hacer cosas distintas. Así creó los
hospitales de día, que son comunidades terapéuticas", asegura Díaz Rocillo. Y lo hizo cuando era un concepto que aún no existía en España.
"No era un psiquiatra al uso que se apoyara únicamente en lo farmacológico"
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En la clínica, el psicólogo resalta que contaba con un "
radar excelente para las patologías de los pacientes y una intuición muy buena". Que era "contudente en sus intervenciones" y producía una "gran actividad en el paciente, al que le hacía cuestionarse". El trabajo grupal era la base para trabajar con aquellos que presentaban patologías graves. Lo creía como "la forma más moderna y actualizada" de ejercer la Medicina.
"Siempre se validó en los modelos de la
intervención grupal, de trabajo comunitario. Hablaba mucho de activar el foco de conflicto en el paciente y que, de alguna forma, lo fuera depositando en la institución, en el hospital de día y en los trabajos grupales. De esta forma se producía una transferencia sana y adecuada con el equipo terapéutico que luego revertía en el propio paciente", añade.
Fue pionero en este abordaje de los pacientes graves y en las dinámicas de los hospitales de día. Después del suyo llegaron el resto. Logró, según explica Díaz Rocillo, "
aunar calidad asistencial con un equipo multidisciplinar". Ellos, junto con su familia y allegados, seguro que le echarán de menos.
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