"Hay casos de depresión que no necesitan ser derivados a Psiquiatría"

La depresión se cura. Y hablar de este trastorno mental, que afecta a 2,4 millones de personas en España, ayuda a que quienes sufren sus síntomas consulten con su médico, sin miedo a ser estigmatizados o a sentir que están fallando. Además, en muchos casos se puede abordar desde Atención Primaria. Y, si no, los psiquiatras están ahí para conseguir que el paciente vuelva a su estado funcional: a ser quienes eran antes de comenzar con esta enfermedad, una de las más invalidantes a nivel mundial.

"Hay casos de depresión que no necesitan ser derivados a Psiquiatría", ha señalado Julia Caballer, directora y médica de Familia del Centro de Salud El Restón, que pertenece al grupo de Salud Mental de Semergen, en la presentación de la II Campaña de Concienciación de la Depresión que ha puesto en marcha Lundbeck, con el apoyo de la Fundación Anaed (Asistencia Nacional para la Ayuda al Enferm@ de Depresión). Su objetivo, según ha explicado Sara Montero, directora de la Unidad de Sistema Nervioso Central de Lundbeck Iberia, es que se hable de la depresión. 

Carme Chaparro, presentadora del evento, explica el 'ascensor' de la depresión.

En la presentación, Elena Ros, psiquiatra y directora clínica del Instituto Internacional de Neurociencias Aplicadas (IINA), ha dado su punto de vista como especialista sobre este trastorno. 

"La depresión es una enfermedad heterogénea que combina gran variedad de síntomas: afectivos (tristeza, angustia, pensamientos de baja autoestima...); somáticos (dolores gastrointestinales o disfunción sexual, que se da en ocasiones); y cognitivos (fallos de memoria, dificultad para atender, de concentración...)", explica Ros. 

Sin embargo, la psiquiatra añade que hay una buena noticia: "Tiene tratamiento". "Debe enfocarse de una manera integral para lograr una recuperación funcional del paciente", ha asegurado. Para que vaya bien, su entorno también debe involucrarse en la enfermedad pero, además, hay que mantener los fármacos hasta que el especialista diga lo contrario. Porque la falta de adherencia es uno de los problemas que hay detrás de las recaídas y las recurrencias depresivas.  

"El mensaje es de tranquilidad: tanto a la persona que lo padece como a sus seres queridos hay que indicarles que de la depresión se sale. Y que de una consulta a tiempo con el profesional y con una buena adherencia al tratamiento, seguimiento y abordaje global, vamos a conseguir la recuperación", asegura. 

El papel de la Atención Primaria 

Es decir, que para que el camino hacia la cura sea rápido, es preferible que el paciente aborde el trastorno cuanto antes. En este sentido, han señalado que la Atención Primaria es fundamental. Según recuerda Lundbeck, se estima que alrededor del 50 por ciento de los pacientes con depresión no llega a ser tratado correctamente. Además, hay al menos un 30 por ciento de personas afectadas a las que no se les ha diagnosticado el trastorno.

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"El tratamiento para la depresión debe enfocarse de una manera integral"

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Caballer, orgullosa de trabajar en la Primaria, afirma que una vez llega el paciente a consulta con los síntomas de depresión, el diagnóstico debe ser "muy claro". Porque, casi siempre, llega tarde. En su centro, trabajan mucho con el modelo psicosocial. 

Una vez tienen claro que el paciente tiene depresión, lo tratan. "Derivamos a Psiquiatría cuando el tema ya nos desborda (por ejemplo, cuando hay recaídas o riesgo de suicidio). En primera línea, ponemos el tratamiento y vemos la discapacidad", afirma. En este sentido, resalta el papel que tienen tanto Enfermería como los psicoterapeutas para abordar el trastorno. 

Al día, Caballer asegura que puede ver entre cuatro y ocho pacientes con este trastorno. Alrededor del doble son mujeres, lo que achaca a "una forma diferente de ver las cosas, sobre todo en la parte relacional", pero también a una cuestión hormonal. 

El papel del entorno 

Por su parte, José Ramón Pages, que sabe lo que significa qué es padecer depresión, reitera la necesidad de involucrar a todo el entorno. "Dicen que se necesita todo un pueblo para educar a un niño. Se necesita toda una sociedad para poder educar a los que no están bien. Nosotros creemos que hay que instruir a las familias: convertir a la depresión en algo que sabes qué hay que hacer. Porque la gente le tiene miedo porque no se conoce".  

La periodista Carme Chaparro ha conducido esta presentación de una forma muy personal, asegurando que no hay ni 'súper mujeres' ni 'super hombres'. Y que si quieres no puedes con todo, por mucho que haya tazas con estos mensajes positivos. Por eso, "quedarse en la cama no es de ser blandengue". Que se puede padecer una enfermedad que hay que tratar. 

De esta forma, Chaparro ha concluido haciendo suyo el mensaje de la campaña: "Hablando de la depresión se salvan vidas". 

Sara Montero, directora de la Unidad de Sistema Nervioso Central de Lundbeck Iberia; Elena Ros, psiquiatra y directora clínica del Instituto Internacional de Neurociencias Aplicadas (IINA); Carme Chaparro, periodista; Julia Caballer, directora y médico de familia del Centro de Salud El Restón (Valdemoro-Madrid), y miembro del Grupo de Salud Mental de Semergen; y José Ramón Pages, coordinador de la Fundación Anaed.