Ana Ilundain, endocrina de HLA Clínica Montpellier.
La Organización Mundial de la Salud (
OMS) estima que aproximadamente unas
750 millones de personas padece de alguna patología tiroidea, de las cuales un 60 por ciento lo desconoce. El
tiroides es una glándula endocrina ubicada en el cuello que produce hormonas esenciales para el metabolismo. Las alteraciones en su funcionamiento pueden llevar a padecer diferentes trastornos, siendo el
hipotiroidismo o una producción insuficiente de hormonas tiroideas en la sangre y el hipertiroidismo o un exceso de esa producción de hormonas los dos principales.
En el Día Mundial del Tiroides,
Ana Ilundain, endocrina de
HLA Clínica Montpellier, explica el funcionamiento de esta glándula, sus posibles alteraciones, diagnóstico y tratamiento.
¿Cuáles son las funciones principales de la glándula tiroides en el cuerpo?
La función principal del tiroides es producir y liberar las hormonas tiroideas que están involucradas en el crecimiento, en el mantenimiento de la mayor parte de las funciones corporales y en la regulación del metabolismo. Dichas hormonas actúan a nivel de casi todos los órganos del cuerpo.
¿Cuáles son los trastornos más comunes del tiroides y cuáles son sus síntomas característicos?
El hipotiroidismo, que consiste en una insuficiente producción de hormonas tiroideas, representa uno de los
trastornos endocrinos más frecuentes. Tiene un mayor
predominio entre las mujeres, en una proporción entre cinco y ocho veces superior a los hombres. Los síntomas más característicos son: cansancio, falta de energía, estreñimiento o la ganancia de peso, entre otros.
Otras patologías menos frecuentes con las que nos podemos encontrar es la de la presencia de nódulos en el tiroides o bocio, que pueden producir dificultad para tragar o la sensación de compresión en el cuello. También podemos hablar del
hipertiroidismo, que al contrario que el hipotiroidismo, se trata de una excesiva producción de hormonas tiroideas que hacen que el paciente presente nerviosismo, palpitaciones, irritabilidad, temblor, pérdida de peso, etc. Me gustaría resaltar que estos síntomas no son exclusivos de la patología tiroidea y que, si un paciente ya está diagnosticado y tratado correctamente por hiper o hipotiroidismo, se deben investigar otras causas, ya que sería un error atribuírselo todo al tiroides.
¿Cuál es el papel del especialista endocrino en el diagnóstico, tratamiento y manejo de pacientes con trastornos del tiroides?
La
mayoría de los diagnósticos de hipotiroidismo se realizan en Medicina General, ya que, en los análisis de rutina, se suele pedir la función tiroidea. También se puede completar el estudio con análisis de anticuerpos antitiroideos o una ecografía tiroidea si fuera necesario y pautar el tratamiento. La función del endocrino es la de manejar los casos más complejos, como los casos de hipertiroidismo y los nódulos tiroideos, ya que, en ocasiones, se puede precisar realizar una punción o alguna prueba de imagen más compleja.
¿Cómo se diagnostican los trastornos del tiroides y qué pruebas se utilizan con mayor frecuencia?
La prueba de screening para valorar la función tiroidea (niveles de hormonas tiroideas) es la determinación de TSH en un análisis de sangre. También se puede completar el estudio determinando los niveles de T4 libre. Una vez hemos encontrado una alteración analítica, es necesario
completar el estudio para determinar la causa, entonces solicitamos análisis más completos valorando anticuerpos antitiroideos y en los casos que sugieran una alteración de la forma del tiroides, realizar una ecografía del cuello.
Si en la exploración física del cuello palpamos alguna anomalía, se solicita una ecografía para valorar el tamaño tiroideo y la posible la presencia de nódulos. En algunos casos, es necesario completar el estudio con otras pruebas como una gammagrafía, una punción, un TAC, etc.
¿Cuál es la importancia de la hormona estimulante del tiroides (TSH) en la evaluación de la función tiroidea?
La
TSH (hormona estimulante de tiroides), que se sintetiza en la glándula hipofisaria situada en el cerebro, es la hormona que controla la producción de hormonas tiroideas. Es fundamental su determinación para evaluar si la producción de hormonas tiroideas es la adecuada o no. Una cifra de TSH elevada indicará que la producción de hormonas tiroideas es insuficiente (aumenta para intentar estimular más la producción de hormonas por parte de la glándula) y una cifra de TSH disminuida indicará un exceso de hormonas tiroideas (disminuye porque no quiere estimular la producción de dichas hormonas).
¿Cuáles son los factores de riesgo para el desarrollo de enfermedades tiroideas y cómo se pueden mitigar?
La causa más frecuente de hipotiroidismo en los países con un aporte de yodo adecuado es la autoinmunidad. Se trata de la presencia de anticuerpos que “atacan” a la glándula estropeándola, haciendo que produzca menos cantidad de hormonas tiroideas. Existe una predisposición familiar igual que para la presencia de nódulos tiroideos, por lo que es difícil evitar la aparición de dichas enfermedades. En ocasiones, el suplementar con yodo o selenio puede retrasar la aparición del hipotiroidismo.
¿Cuáles son las opciones de tratamiento disponibles para los trastornos del tiroides y cuáles son sus posibles efectos secundarios?
Debemos diferenciar la patología tiroidea en dos grupos: las
alteraciones de la función (exceso o defecto) y las
alteraciones de la forma (bocio, bocio multinodular, cáncer, etc.). El hipotiroidismo se trata suplementando con hormona tiroidea, es decir, lo que deja de producir la glándula se lo administramos por vía oral.
El
hipertiroidismo se puede tratar de diferentes maneras: fármacos que frenen la función del tiroides, tratamiento con yodo radioactivo o cirugía según el caso. Los efectos secundarios derivados del tratamiento de la alteración de la función (tanto del hiper como del hipotiroidismo), generalmente vienen derivados de un control insuficiente de los niveles de hormonas tiroideas, es decir, que no hemos conseguido normalizar los niveles de hormonas todavía. Una vez encontrada la dosis adecuada, con los niveles de hormonas tiroideas normalizados, el paciente no debería presentar ninguna complicación.
¿Cómo se manejan las complicaciones asociadas a los trastornos del tiroides, como el bocio o los nódulos tiroideos?
Afortunadamente, en los últimos años, se están desarrollando técnicas como alternativa a la cirugía en cuanto a los nódulos tiroideos benignos. Hasta ahora, cuando un nódulo tiroideo benigno producía síntomas, el paciente era remitido a cirugía para extirparlo. Actualmente existen técnicas como la radiofrecuencia o la enolización con etanol que consiguen disminuir el tamaño del nódulo sin necesidad de intervención. Es necesario estudiar cada caso individualmente y ver qué tratamiento es el adecuado para cada persona.
¿Cuál es el papel de la cirugía o la radioterapia en el tratamiento de ciertos trastornos del tiroides, como el cáncer de tiroides?
Hoy en día,
la cirugía sigue siendo el tratamiento de elección en la mayoría de los casos de cáncer de tiroides. Después de la intervención, según el resultado de la anatomía patológica y de las características del tumor, se valora si es necesario administrar yodo radioactivo o no para terminar con cualquier resto tiroideo que pudiera haber quedado. La mayoría de los casos de cáncer de tiroides son de buen pronóstico y raramente el paciente precisa tratamientos complementarios como radio o quimioterapia.
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