María José Mellado, presidenta de la AEP, y Juan Antonio Ortega, y coordinador del Comité de Salud Medioambiental de la asociación.
El
deterioro de los
ecosistemas constituye un
determinante para explicar el crecimiento de las
enfermedades crónicas en la
infancia-
adolescencia, ya que los niños soportan hasta el 88 por ciento de la carga de enfermedad atribuible a la
crisis climática.
En este sentido, los expertos identifican nueve
amenazas ecosistémicas para la salud medioambiental de la infancia: crisis climática, contaminación del aire y suelo, el agua de bebida contaminada, la polución de los mares, la deforestación-desertificación, las drogas legales-ilegales, contaminación de alimentos y malnutrición, la falta de contacto con la naturaleza y la pobreza/injusticia ambiental.
El coordinador del Comité de Salud Medioambiental de la Asociación Española de Pediatría (CSM-AEP), y pediatra responsable de la primera unidad de Salud Medioambiental Pediátrica de
España,
Juan Antonio Ortega, ha expresado, durante la Conferencia de las Partes COP25, que "
todos los
niños, independientemente de donde vivan, se ven
afectados por peligros ambientales".
"La especial
vulnerabilidad de la infancia a los efectos del cambio climático surge de su mayor susceptibilidad biológica durante la etapa fetal e infantojuvenil a la acción de estos contaminantes", ha añadido.
Cinco desafíos
En este sentido, los expertos señalan
cinco desafíos a los que se enfrentan los sistemas sanitarios por el medioambiente, a saber, el
crecimiento de las
enfermedades crónicas, los
costes insostenibles de las enfermedades y desigualdades, el agotamiento de los
recursos naturales, el
envejecimiento de la población y crecimiento urbano y los
cambios en la
relaciones humanas.
"La especial vulnerabilidad de la infancia a los efectos del cambio climático surge de su mayor susceptibilidad biológica"
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El experto destaca también que la creciente conciencia social sobre la interrelación salud y medioambiente constituye un impulso para cambiar las políticas mundiales que otorguen a la infancia y adolescencia un lugar prominente.
"Esta hoja de ruta requerirá
liderazgos valientes, nuevos
perfiles profesionales (pediatra y enfermeros ambientales), creación de nuevas estructuras que unan salud y medioambiente (como las unidades de pediatría ambiental y superministerios de salud y medioambiente), una redistribución sustancial de los recursos y amplios cambios sociales", ha asegurado.
Creación de unidades clínicas de salud medioambiental climática
Así, la AEP insta a mejorar la investigación y formación en salud medioambiental de los pediatras y enfermeros de España y a la puesta en marcha de nuevas estructuras que unan Salud y Medioambiente, como las unidades clínicas de Salud Medioambiental Pediátrica.
El patrón cambiante de las enfermedades ambientales requiere un abordaje y un enfoque más creativo, según Ortega. Las nuevas tecnologías de sensorización y biomonitorización mejorarán la prevención, el diagnóstico y el tratamiento, a la vez que disminuirán la carga de enfermedades crónicas medioambientales. Además, la
sensorización de los ecosistemas, la biomonitorización clínica y las plataformas digitales crearán modelos sanitarios eficientes e innovadores.
La clave será, por otra parte, entender cómo esto transforma la vida de los niños. "Necesitamos nuevos perfiles profesionales preparados para responder la relación entre salud infantil y el medioambiente", ha explicado el pediatra.
Formación de los pediatras jóvenes en salud medioambiental
En la misma línea, la presidenta de la AEP,
María José Mellado, asegura que son "muy
conscientes" de las "
amenazas" que estos fenómenos suponen en la salud de los más pequeños, y por ello apuestan por la formación de los jóvenes pediatras en esta disciplina específica de salud
medioambiental pediátrica, así como la implicación y aprendizaje de pediatras, familias y niños, en la creación de ambientes más saludables, "empezando por el entorno más cercano".
Destaca también la importancia de
buscar la
financiación y soporte a través del Plan Nacional de Salud y Medioambiente para la puesta en marcha en cada comunidad autónoma de al menos una unidad clínica de salud medioambiental pediátrica. Hasta ahora, hay dos unidades de pediatría ambiental en España, en la Región de Murcia desde 2005 y en Cataluña, creada en 2018.
Los pediatras son "muy conscientes" de las "amenazas" que estos fenómenos suponen para la salud de los más pequeños
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Poco a poco, explican desde la AEP, se van conformando las
unidades de Pediatría Ambiental, formadas por pediatras y otros biosanitarios expertos en salud medioambiental que colaboran con otros profesionales de la salud (obstetras, toxicólogos) y otros profesionales como ingenieros, trabajadores ambientales, educadores, psicólogos y químicos.
Los integrantes de estas unidades reconocerán y evaluarán los riesgos y las enfermedades medioambientales infantiles, además de proporcionar educación, entrenamiento, investigación y salud ambiental escolar y comunitaria. "Un
nuevo modelo sanitario emerge que integra la salud medioambiental en la práctica clínica" asegura Ortega al respecto.
Desde la AEP también alertan de que, actualmente, los niños pasan demasiado tiempo en espacios cerrados. La falta de contacto con la naturaleza y del contacto directo con personas se sustituye por una progresiva realidad virtual, asociándose a obesidad, enfermedades respiratorias, cardiovasculares, conductuales, empeoramiento de enfermedades crónicas, hipovitaminosis D, déficits sensoriales y mayor exposición a carcinógenos. "Necesitamos reconectar a la infancia con la
madre Naturaleza", ha asegurado Ortega.
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