Este proyecto ha realizado un seguimiento de más de 200.000 residentes de Los Ángeles y Hawái.
9 ago. 2022 13:30H
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La exposición a una sustancia química sintética que se encuentra ampliamente en el medio ambiente está relacionada con el carcinoma hepatocelular no viral, el tipo más común de cáncer de hígado, según un nuevo estudio realizado por investigadores de la Escuela de Medicina Keck de la Universidad del Sur de California (USC) y publicado en la revista JHEP Reports.
La sustancia química, denominada sulfato de perfluooctano (PFOS), pertenece a una clase de sustancias químicas artificiales denominadas sustancias perfluoroalquiladas y polifluoradas (PFAS). Estas sustancias químicas, que se utilizan en una amplia gama de productos industriales y de consumo, se denominan a veces sustancias químicas eternas porque se descomponen muy lentamente y se acumulan en el medio ambiente y en los tejidos humanos, incluido el hígado.
Investigaciones anteriores en animales han sugerido que la exposición a los PFAS aumenta el riesgo de cáncer de hígado, pero este es el primer estudio que confirma una asociación utilizando muestras humanas.
"Esto se basa en la investigación existente, pero va un paso más allá", afirma Jesse Goodrich, becario postdoctoral del Departamento de Población y Ciencias de la Salud Pública de la Facultad de Medicina Keck. El cáncer de hígado es uno de los puntos finales más graves de las enfermedades hepáticas y éste es el primer estudio en humanos que demuestra que los PFA están asociados a esta enfermedad".
El equipo de la Facultad de Medicina Keck pudo utilizar muestras humanas recogidas como parte de un gran estudio epidemiológico, una colaboración entre la facultad de medicina y la Universidad de Hawai, llamado Estudio de Cohortes Multiétnicas. Este proyecto ha realizado un seguimiento de más de 200.000 residentes de Los Ángeles y Hawái para detectar el desarrollo de cáncer y otras enfermedades.
Depósito de muestras de sangre y tejidos humanos
Este depósito de muestras de sangre y tejidos humanos permitió al equipo de investigación encontrar a 50 participantes que acabaron desarrollando cáncer de hígado, evaluar las muestras de sangre que se tomaron antes de su diagnóstico de cáncer y compararlas con 50 personas que no desarrollaron cáncer del mismo estudio.
"Parte de la razón por la que ha habido pocos estudios en humanos es porque se necesitan las muestras adecuadas, apunta Veronica Wendy Setiawan, profesora de ciencias de la población y la salud pública en la Escuela de Medicina Keck. Cuando se examina una exposición ambiental, se necesitan muestras de mucho antes del diagnóstico, porque el cáncer tarda en desarrollarse".
Los investigadores encontraron varios tipos de PFA en las muestras de sangre que se tomaron antes de que el participante desarrollara el cáncer de hígado. La investigación reveló que la asociación más fuerte era entre los PFOS y el cáncer de hígado y que los sujetos en el 10 por ciento superior de exposición a los PFOS tenían 4,5 veces más probabilidades de desarrollar cáncer de hígado que los que tenían los niveles más bajos de PFOS en la sangre.
El equipo de investigación también pudo esclarecer las posibles formas en que los PFOS alteran la función normal del hígado. Su evaluación de las muestras encontró pruebas de que los PFOS parecen alterar el proceso normal del metabolismo de la glucosa, el metabolismo de los ácidos biliares y el metabolismo de un tipo de aminoácidos llamados aminoácidos de cadena ramificada en el hígado.
Los procesos metabólicos del hígado
La alteración de los procesos metabólicos normales en el hígado puede hacer que se acumule más grasa en el hígado, una condición conocida como enfermedad del hígado graso no alcohólico (HGNA). En los últimos años se ha producido un aumento espectacular e inexplicable de la HGNA en todo el mundo, lo cual es preocupante porque las personas con HGNA tienen un riesgo mucho mayor de desarrollar cáncer de hígado.
Los PFA, que se utilizan en una amplia gama de productos industriales y de consumo, se detectaron por primera vez en la sangre de personas expuestas a estas sustancias químicas en el lugar de trabajo en la década de 1970. En la década de 1990, se detectaron en la sangre de la población en general, lo que ha llevado a una creciente concienciación sobre los posibles riesgos para la salud.
Algunos fabricantes han eliminado el uso de PFOA y PFOS, pero como son de larga duración, los PFA se encuentran en el agua potable, en muchos productos alimenticios y en la sangre de más del 98 por ciento de los adultos de Estados Unidos.
Los investigadores de la Facultad de Medicina Keck, dirigidos por la doctora Leda Chatzi, catedrática de ciencias de la población y la salud pública, han llevado a cabo gran parte de la investigación sobre los vínculos entre la exposición a los PFA y los daños hepáticos, las enfermedades del hígado y, ahora, el cáncer de hígado. Esperan seguir validando sus hallazgos sobre la relación con el cáncer de hígado en un estudio más amplio a finales de este año.
"Creemos que nuestro trabajo está proporcionando importantes conocimientos sobre los efectos a largo plazo que estas sustancias químicas tienen en la salud humana, especialmente en lo que respecta a cómo pueden dañar la función hepática normal", comenta Chatzi. Además, señala que "este estudio llena un importante vacío en nuestra comprensión de las verdaderas consecuencias de la exposición a estas sustancias químicas".
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