Jesús Porta, presidente de la SEN.
A lo largo de la historia las
clases sociales dentro de una sociedad han ido modificándose, pese a estar estrictamente ligadas al
nivel económico de cada individuo. En pleno siglo XXI, la aparición de
dos clases socio-sanitarias radicalmente distintas es lo que ya existe dentro de la
sociedad española e internacional, y que radican en la inversión que realiza cada país a la hora de prevenir, diagnosticar, tratar y manejar las
enfermedades neurológicas. Desde la Sociedad Española de Neurología (
SEN) se defiende la visión de que los países que no inviertan adecuadamente sufren el riesgo de que este tipo de enfermedades
se tripliquen en comparación con personas que han crecido en otro ambiente. Para romper esta dinámica, la
sociedad científica defiende que el Ministerio de Sanidad impulse durante esta legislatura un
Plan Nacional contra las enfermedades
neurodegenerativas y otro frente a la
migraña.
Jesús Porta, actual presidente de la SEN, defiende en
Redacción Médica que España cuenta actualmente con “una
cultura europea e inversión ligada a aspectos socioeconómicos. Pese a ello, en salud cerebral no se toman todas las medidas necesarias para evitar
desigualdades en grupos sociales, junto con educar para ofrecer conocimientos y hábitos que vayan a prevenir las enfermedades neurológicas a futuro”. Dentro de este grupo de patologías, el neurólogo destaca que se podría llegar a
prevenir el ictus “entre un 70 y 80 por ciento, siendo la actual primera causa de mortalidad en mujeres”. La
migraña crónica es otra patología que el especialista recuerda “que su porcentaje está subiendo entre la población española, por lo que se debe actuar, al igual que el
alzhéimer para retrasar lo que se pueda sus síntomas”.
Invertir en políticas sociosanitarias es el camino que el neurólogo apuesta seguir, por lo que la sociedad debe darse cuenta de que “existen personas más sanas que otras que viven en lugares donde
no tienen recursos o no se invierten de forma adecuada”. La
educación es otra columna capital para Porta, ya que es capaz de “prevenir o retrasar las enfermedades neurodegenerativas. No solo afecta a la estimulación neuronal, sino que también ofrece hábitos de vida que se deben tener”. Un ejemplo que el neurólogo expone es que en Europa “hay
más casos de demencia globales porque se vive más tiempo, pero si se analiza el porcentaje de personas que lo padecen, es mucho más grande en
países que no invierten en recursos socioeconómicos”.
"Las personas que tienen enfermedades de manera precoz cuentan con una carga genética"
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Otro factor que el neurólogo quiere subrayar es la
sedimentación que provoca no invertir recursos en la salud cerebral: “Las personas que tienen
enfermedades de manera precoz cuentan con una carga genética. A veces no tienen opción de tener recursos, por lo que cuentan con
trabajos peores, conocen a gente de estas características y este grupo de personas va sedimentándose. Se trata de
otra injusticia de la enfermedad al no tener oportunidades para tratarla”.
La educación y su papel en las enfermedades neurológicas
Esta realidad aboga a que la sociedad cuente con
dos estatus sociales sanitarios, tal y como anuncia Porta: “Si una persona tiene dinero y educación, contará con recursos más adecuados, por lo que tendrá
menos riesgo de padecer enfermedades. Si las tiene, las podrá tratar”. La otra cara de la moneda para el neurólogo es “una persona que
no ha tenido oportunidad de tener estudios de joven, por lo que tendrá más riesgo de tener enfermedades. Si las tiene, sufrirá una menor estimulación cognitiva, y el sistema público no puede atender a todas estas personas”.
La SEN ya se ha puesto manos a la obra para darle la vuelta a la situación, por lo que el presidente de la sociedad científica está esperando a ser atendido por la ministra de Sanidad,
Mónica García, para plantearle dos ambiciosos proyectos: “Se debe confeccionar un
Plan Nacional de enfermedad neurodegenerativa y otro de
migraña. La ministra tiene sensibilidad por estos temas y ya se ha hablado con el director general sobre la dimensión socioeconómica de las enfermedades neurológicas”.
"La ministra de Sanidad tiene sensibilidad a a la hora de abordar las enfermedades neurodegenerativas y la migraña"
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Puerta recuerda que el anterior ministro de Sanidad,
José Manuel Miñones, “se comprometió públicamente a
ejecutar el plan sobre la migraña, pero como ya no está los planes se suelen marchar con los cargos. España es un país absurdo, los proyectos deberían perdurar incluso independientemente del partido que esté gobernando. No se debe depender de ideas, sino de personas”.
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