La investigadora del IMIM, Jana Salent.
El
desarrollo de nuevos medicamentos o la mejora de los existentes empieza a coger forma después de que una investigación liderada por la
Universidad de Birmingham identificara una molécula,
beta arrestina, que permite
regular la señal de las propias células. En el estudio también ha participado el Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (
IMIM), y la institución catalana ha empezado a investigar de forma paralela la confección del fármaco perfecto frente a la
esquizofrenia, basándose en esta molécula. En estos momentos los investigadores se encuentran en la
fase preclínica y aspiran a que la arrestina
module los receptores de dopamina para erradicar la toxicidad del fármaco. De esta manera, la investigación cada vez estará más cerca de vislumbrar
un ensayo clínico en el horizonte.
La neuróloga y coordinadora del Grupo de investigación en descubrimiento de fármacos del IMIM que lleva el timón de este estudio es
Jana Salent, que afirma en
Redacción Médica la gran eficacia que tiene la beta arrestina, abriendo un gran abanico de posibilidades para los actuales y los futuros fármacos: “A través de sondas muy específicas se ha logrado investigar el
comportamiento dinámico de las proteínas de las células, combinándolo con
simulaciones moleculares a nivel atómico. Este camino ha permitido estudiar los comportamientos de las proteínas a niveles que no se habían visto hasta la fecha”.
Todo este conocimiento, publicado en la revista
CELL, ha sido aprovechado por el IMIM para mejorar el
tratamiento contra la esquizofrenia, y la investigadora relata que “ya se tienen datos que
la beta arrestina puede ser beneficiosa para crear mejores fármacos y frente a esta enfermedad. Se están diseñando moléculas nuevas para explotar este conocimiento y falta poco para
trasladar estos resultados in vivo”.
"Se están diseñando moléculas nuevas para explotar este conocimiento y falta poco para trasladar estos resultados in vivo"
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El camino para alcanzar el
futuro ensayo clínico con estos fármacos mejorados aún es largo, debido a antes se debe encontrar, en palabras de Salent, “el fármaco perfecto. Se debe generar una gran convicción de que
no existen toxicidades a la hora de dar el salto a la fase clínica”. Modular el
receptor de dopamina en esquizofrenia es vital para los pacientes que sufren esta enfermedad, por lo que la investigadora prioriza diseñar “una molécula pequeña que mejore la actividad de la beta arrestina”. Para realizar este paso, el IMIM apuesta por
usar tejidos de pacientes con esquizofrenia y estudiar la funcionalidad de la molécula definitiva.
La beta arrestina y la formación de fármacos mejorados
La beta arrestina es una de las llaves para iniciar una revolución y marcar la
futura formación de nuevos medicamentos, aunque la investigadora prefiere no echar las campanas al vuelo y asevera que “la proteína tiene un factor importante dentro de los medicamentos, pero habrá muchas otras que también jugarán un papel importante para mejorar medicamentos”.
"Si se quiere generalizar esta molécula, se debe analizar el perfil de señalización de los diferentes fármacos"
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El camino que ha empezado a trazar Salent no es el único que la ciencia debe emprender tras el descubrimiento de los efectos de la beta arrestina: “Si se quiere generalizar esta molécula, se debe analizar
el perfil de señalización de los diferentes fármacos. En esquizofrenia se ha demostrado que existen datos beneficiosos, pero hay que comprobarlo también para otros medicamentos. Otros tratamientos
pueden sufrir un vuelco, como los que están ligados a la hipertensión o a la inmunología”.
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