Víctor Pradera; Tomás Cobo; y Juan José Rodríguez Sendín.
El Observatorio de la Profesión e Identidad Médica (Opimed), impulsado por la
Organización Médica Colegial (OMC), ha publicado un documento que reclama una reforma profunda en la gobernanza de los centros sanitarios. En su propuesta,
la gestión clínica y la organización en redes hospitalarias regionales se presentan como ejes estratégicos para mejorar la calidad asistencial, la
seguridad del paciente y la eficiencia del sistema.
El
informe sitúa a los profesionales médicos como actores clave en la toma de decisiones clínicas y organizativas, y denuncia que tanto en el ámbito público como en el privado existen condicionantes (políticos, financieros o comerciales) que tensionan la identidad profesional del médico y dificultan una gestión centrada en el paciente.
Redes hospitalarias regionales y Atención Primaria reforzada
Uno de los ejes estratégicos propuestos es
la creación de redes hospitalarias regionales, articuladas por hospitales terciarios y organizadas por especialidades. Según el documento,
este modelo permitiría optimizar recursos, garantizar la continuidad asistencial y mejorar las competencias de los profesionales. “La pertenencia a una red hospitalaria por parte de los especialistas facilita la cobertura de los diferentes hospitales y centros sanitarios, la rotación para mantener activas las competencias, la participación en programas formativos y proyectos de investigación, y la creación de comunidades profesionales y científicas más amplias y estimulantes”.
En paralelo,
Opimed propone recuperar estructuras propias de gobernanza para la Atención Primaria. Denuncia que, en muchos modelos de gerencia única,
“los problemas y enfoques de la Atención Primaria quedan diluidos y desdibujados frente a los problemas del hospital” y sugiere dotar a este nivel asistencial de órganos directivos específicos que fortalezcan su papel estratégico y su conexión con el ámbito sociosanitario.
Más protagonismo para los profesionales
Otro de los pilares del modelo propuesto es el
desarrollo real de la gestión clínica. El texto la define como
“un modelo asistencial integrador, colaborativo y multidisciplinario que busca la mejora de la eficiencia y la calidad de la práctica clínica mediante la responsabilización de los médicos en la gestión de los recursos utilizados en su ejercicio profesional, organizando y coordinando las actividades que se generan en torno a cada proceso asistencial”.
Opimed considera imprescindible que las unidades asistenciales cuenten con autonomía suficiente para responsabilizarse de sus resultados. “Para que existan verdaderos proyectos de gestión clínica es necesario otorgar autonomía de gestión a las Unidades, así como herramientas para que los equipos puedan responsabilizarse de los resultados, y les puedan ser reconocidos y recompensados los logros”.
Además, se plantea
formalizar acuerdos de gestión clínica que sean transparentes, participativos y sujetos a evaluación continua. La publicación de indicadores de desempeño y el acceso público a los cuadros de mando se presentan como garantías de rendición de cuentas y motivación profesional.
Buen gobierno y profesionalización
Junto a estas líneas estratégicas, Opimed establece una
serie de principios generales de buen gobierno aplicables a todos los centros sanitarios. Se destaca la necesidad de contar con un
reglamento visible, publicar el cuadro médico y la cartera de servicios, garantizar la existencia de una Junta Técnico-Asistencial activa, activar comisiones clínicas y de seguridad del paciente, implantar sistemas de denuncia anónima, crear comisiones de credenciales para validar méritos profesionales, y establecer órganos autonómicos de inspección y evaluación.
Para los centros públicos, se reclaman
medidas específicas como una mayor autonomía de gestión, cultura de ética profesional, transparencia reforzada, participación activa de los profesionales y creación de órganos colegiados de gobierno con presencia de representantes sociales expertos. También
se aboga por profesionalizar la alta dirección a través de procesos abiertos de concurrencia competitiva y por revitalizar los contratos programa, dotándolos de carácter plurianual y contenidos vinculados a resultados.
Una ley estatal como marco común
Opimed concluye que la aplicación efectiva de estas propuestas requiere una norma nacional que fije principios básicos para todos los centros, públicos o privados.
“La profesión médica debería reclamar a la autoridad sanitaria central una Ley Estatal para asegurar la aplicación de los principios básicos, comunes y mínimos del buen gobierno a todos los centros sanitarios”, recoge el documento.
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