El sueño puede afectar a la empatía de los médicos y perjudicar la toma de decisiones terapéuticas.
Integrar y normalizar en la rutina las
guardias de 24 horas tiene consecuencias que pueden
afectar tanto al propio médico a nivel personal como a la calidad de su trabajo. Los turnos de un día entero sin descanso
perjudican la calidad del sueño de estos profesionales, y así lo demuestra una investigación realizada en un hospital en Singapur en el que se expone que aquellos facultativos con un horario de
turnos nocturnos 'flotantes' de 12 horas tuvieron una mayor calidad del sueño que aquellos que realizaban un horario de 'llamadas nocturnas' o las guardias de 24 horas.
El estudio analizó a 96 médicos internos durante ocho semanas. Aquellos que trabajaban bajo turnos nocturnos de 12 horas concentrados en cinco o siete jornadas consecutivos presentaron mayores beneficios frente a aquellos que trabajan bajo un horario 'tradicional' de llamadas (guardias de 24 horas) en cuanto a su
regularidad del sueño, el estado de ánimo y el rendimiento cognitivo de los médicos. Además, su actividad después de los turnos nocturnos, independientemente del tipo de horario, fue mayor cuando se tomaban siestas.
¿En qué consisten estos turnos 'flotantes'? El estudio hace referencia con ellos a un tipo de organización en la que los médicos trabajan con
turnos nocturnos consecutivos de 12 horas durante un periodo concentrado de cinco a siete noches seguidas, conocido como "semana de turno nocturno" o "semana flotante". "Después de estos turnos,
los médicos no tienen tareas diurnas, lo que les permite descansar y ajustar sus horarios de sueño. Este tipo de horario se diferencia del tradicional, que incluye turnos de 24 horas con
alternancia más frecuente entre turnos de día y noche", concreta la investigación.
Por otra parte, las
'llamadas nocturnas', en el contexto del estudio, se refieren a los turnos más extendidos en los que los médicos trabajan "durante 24 horas o más", comenzando generalmente por la mañana -alrededor de las 7:00 horas-, y continuando durante la noche hasta el mediodía o tarde del día siguiente. Durante estos turnos, los médicos están disponibles para
atender emergencias o pacientes hospitalizados "sin descanso continuo", lo que puede "generar fatiga" debido a las
largas horas de trabajo "sin un sueño adecuado".
Resultados clave en turnos de guardias
La investigación concluye que los
médicos con el 'horario flotante' tuvieron una "mejor regularidad y calidad de sueño", con puntuaciones más altas en el Índice de Regularidad del Sueño (SRI) y la Encuesta de Calidad del Sueño de Pittsburgh (PSQI). Por contra, los internos con turnos de 24 horas presentaron "
peor calidad de sueño, más somnolencia, menor motivación y peor estado de ánimo".
Estos dos tipos de turnos, apunta el informe, difieren en aspectos "clave". Por un lado, el horario de 24 horas requiere que los médicos trabajen durante más horas, lo que l
leva a una acumulación de privación de sueño y fatiga. Además, implica rotaciones "frecuentes" entre turnos diurnos y nocturnos (es decir, de ocho a diez turnos durante el periodo de 8 semanas).
En el 'horario flotante', los turnos nocturnos se concentran en una semana que ocurre una o dos veces en ocho semanas, mientras que la mayoría de las semanas consisten en turnos regulares diurnos.
"La
irregularidad del sueño se reconoce cada vez más como un factor de riesgo para la salud y el bienestar. A corto plazo, la irregularidad del sueño se ha asociado con
problemas de salud mental en la población general, así como en los médicos. A largo plazo, la alta irregularidad del sueño aumenta el riesgo de
enfermedades cardiovasculares, hipertensión y muerte prematura", apuntan.
Médicos menos empáticos en las guardias
Otro factor a destacar es la
empatía del médico también puede verse afectada, y esta puede reducirse con la fatiga que provocan los turnos de 24 horas y
"podría alterar la toma de decisiones terapéuticas". La memoria de trabajo también fue "más pobre" en estas guardias, y se ha asociado con "errores médicos" debido a la falta de sueño. Por otra parte, el deterioro en la vigilancia se relaciona con la
"omisión de señales críticas" y "quedarse dormido involuntariamente".
"Esto no solo podría afectar el funcionamiento durante el turno, sino también
conllevar un riesgo inmediatamente después del trabajo, afectando a los internos que deben conducir de regreso a casa. Según nuestros datos, las siestas durante el turno pueden mitigar los déficits de vigilancia asociados con los turnos nocturnos", señalan.
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