Médico recetando omeprazol
La preocupación ante los posibles efectos secundarios de los fármacos inhibidores de la bomba de protones, como el omeprazol, aumenta, aunque, paradójicamente, no haya un "consenso" entre el colectivo médico en cuanto a
reacciones adversas derivadas de estos medicamentos, sobre todo en
entornos rurales, donde el flujo de comunicación enre sanitarios no es tan inmediato y continuo. Pese a la existencia de directrices clínicas sobre cómo y cuándo recetar dicho tratamiento, los resultados de un estudio piloto fránces demuestran que todavía queda camino por recorrer en cuanto a formación y autoeficiencia de los facultativos "más aislados" para
evitar los excesos de prescripción registrados.
Tal y como reza el título del estudio, los investigadores desarrollaron el
primer programa de Formación Médica Continuada (FMC) sobre la prescripción de inhibidores de la bomba de protones dirigido a
médicos de Familia, con el objetivo de abordar los desafíos únicos que enfrentan estos profesionales al ejercer, en ocasiones, en centros ubicados en espacios
rurales "desatendidos" donde el acceso a otros especialistas como los gastroenterólogos, es "limitado".
Dicho curso monográfico resultó ser eficaz a la hora de
promover una administración "adecuada" de omeprazol, utilizado como
protector de estómago, al mejorar los conocimientos de los
médicos de Familia. De hecho, el
95,2 por ciento de los facultativos de Atención Primaria participantes reconoció que existía un exceso de prescripción de estos medicamentos en las consultas de los médicos de cabecera.
De los 33 "alumnos" participantes -un 61,9 por ciento procedente de zonas semirrurales y el 38 por ciento de zonas rurales- el 92,9 por ciento decidió hacer cambios en su práctica clínica al estar, aseguran,
más concienciados en cuanto a la prescripción inadecuada de omeprazol y excesiva de este principio activo y saber identificar aquellas situaciones en las que se hace un mal uso.
Esto, llevado a la práctica, conllevó una mayor
reevaluación de las indicaciones de estos fármacos por parte del 71,4 por ciento de los facultativos, más del triple que antes de la relización del curso. El 28,6 por ciento también lo hizo aunque no de forma sistemática. El 64,3 por ciento estuvo de acuerdo en que había que
incrementar el control sobre la prescripción así como la comunicación para evitar excesos o usos inadecuados.
Doble 'check' en la interrupción del tratamiento
El consenso a la hora de consultar más de una vez antes de interrumpir la toma de inhibidores de la bomba de protones fue unánime, mientras que, previamente a la realización de la formación, solo el 62 por ciento mantenía en esta posición. También hubo consenso facultativo en lo que medicación adicional se refiere. Casi el 93 por ciento de los facultativos - el 60 por ciento tutores de prácticas- estuvo de acuerdo con el uso más frecuente de otros fármacos, principalmente antiácidos.
Es más, según los autores del estudio, dicho curso "facilitó enfoques proactivos en la gestión de los fracasos en la interrupción del tratamiento". "Las intervenciones educativas personalizadas son esenciales para mitigar los retos de la prescripción de medicamentos y mejorar los resultados de los pacientes en los entornos rurales de Atención Primaria", aseguran los investigadores a la hora de subrayar "la eficacia de los programas de Formación Médica Continuada dirigidos para promover prácticas farmacoterapéuticas decuadas y mejorar los conocimientos de dicho colectivo.
Pese a la eficacia demostrada por el curso, los autores del estudio piloto reclaman intervenciones educativas similares en el futuro, adaptadas al contexto local, "para confirmar la capacidad de un programa FMC rural adaptado a lahora de mejorar la gestión de la medicación y la atención al paciente en entornos rurales de Atención Primaria".
Las informaciones publicadas en Redacción Médica contienen afirmaciones, datos y declaraciones procedentes de instituciones oficiales y profesionales sanitarios. No obstante, ante cualquier duda relacionada con su salud, consulte con su especialista sanitario correspondiente.