Juan Ascaso, catedrático emérito de Medicina en la Universidad de Valencia.
Una de cada tres personas tiene
obesidad abdominal. Es decir,
exceso de grasa en la región abdominal y en diferentes órganos, tejidos y en la región perivascular, zonas donde no es habitual. Para atajar esta acumulación existen varias opciones como una
dieta hipocalórica y el ejercicio físico. Sobre estos aspectos y muchos más ha reflexionado Juan Ascaso, catedrático emérito de Medicina en la Universidad de Valencia, en el
XXXVI Congreso de la Sociedad Española de Arteriosclerosis (SEA) celebrado estos días en Castellón.
"La
obesidad abdominal se relaciona con una
serie de alteraciones metabólicas muy importantes que llevan a dislipemia, hiperglucemia, hipertensión, etc. Todas ellas son factores de riesgo cardiovascular, de tal forma que la obesidad abdominal debemos de considerarla como un
factor primario de riesgo cardiovascular", ha indicado Ascaso en una entrevista para
Redacción Médica.
Ante la
prevalencia elevada de esta patología, el diagnóstico es fundamental. En palabras del catedrático, se puede realizar de manera simple con una
cinta métrica midiendo la cintura a nivel umbilical y anotando los centímetros. Así se clasifican a los pacientes en tres situaciones: normalidad, preobesidad abdominal y
obesidad abdominal. "Ya hay
riesgo cardiometabólico elevado en aquellos que están en preobesidad", ha asegurado.
La ponencia de Ascaso ha tenido tintes emotivos, ya que ha sido en memoria de Rafael Carmena, fundador y expresidente de la SEA.
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En este sentido, hay muchas alteraciones relacionadas con la
disminución de la calidad de vida que sufren los pacientes con esta enfermedad como
apnea del sueño, infertilidad, reflujo, varices, arritmias, insuficiencia cardiaca, trombosis, etc. Y la más preocupante, el aumento de la mortalidad, ya que la obesidad abdominal es la
segunda causa de cáncer del mundo.
A lo largo de su ponencia, Ascaso ha expuesto la importancia de integrar la
dieta hipocalórica (la disminución de las calorías que toma una persona) y el
ejercicio físico en el día a día de estos pacientes. "El ejercicio físico, aún sin cambios en el peso corporal, lleva a una disminución importante de todos estos factores de riesgo. Las
alteraciones metabólicas y las alteraciones vasculares mejoran de una forma espectacular. Cuando perdemos un cinco por ciento de peso haciendo dieta y ejercicio, en realidad, estamos perdiendo un
30 por ciento de la grasa intraabdominal, es decir, que con mínimos cambios de peso tenemos grandes beneficios en este aspecto de la obesidad abdominal y de la enfermedad cardiovascular, e incluso de la
mortalidad cardiovascular", ha expuesto.
Síndrome metabólico y obesidad
Otro de los aspectos que ha abordado el experto ha sido el
síndrome metabólico, que se diagnostica cuando se cumplen tres parámetros de cinco. Entre ellos están el
perímetro de cintura, los niveles de triglicéridos, los niveles del colesterol HDL, los niveles de presión arterial y la
glucemia en ayunas (la glucosa plasmática). Por ello, controlar todos los tipos de colesterol es esencial en la obesidad abdominal, antes se daba prioridad a disminuir el colesterol LDL y hoy en día se presta
gran atención a los triglicéridos.
"En la obesidad abdominal un aumento de triglicéridos lleva a una serie de alteraciones en las lipoproteínas, aumentando lo que se llaman
lipoproteínas heterogénicas, lo que al final es colesterol no HDL. Son lipoproteínas inflamadas, con mucha oxidación, exceso oxidativo, y con mucha proporción de triglicéridos en su interior. Todo esto hace que sean disfuncionales, que
no vayan por las vías metabólicas normales y puedan depositarse en la pared arterial", sostiene Ascaso en esta cita de
SEA.
En definitiva, la
obesidad abdominal debe ser considerada un riesgo más como la
hipertensión, tabaco, diabetes, etc. Sobre todo porque el futuro parece que será "malo" porque, según el especialista, se trata de "luchar contra las costumbres de la vida actual". "Debemos educar a la población a comer lo suficiente y hacer ejercicio. Sobre todo,
promocionar el deporte desde la infancia, que no sea solo una hora de Educación Física a la semana, sino que sea importante. El futuro es que
no desarrollemos ese abdomen tan grande y globuloso, que tiene un tercio de la población", ha concluido Ascaso.
Numerosos asistentes en la conferencia sobre obesidad abdominal como marcador de riesgo cardiovascular.
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