Jorge del Diego, Jaime Jesús Pérez, Esther Redondo, José Antonio Forcada y Antoni Trilla en el debate moderado por el periodista Carlos Villar.
Mantener las altas tasas de
vacunación entre los mayores de 65 años se ha convertido en uno de los retos de la era pospandemia. Una realidad que queda reflejada en
un estudio científico publicado por un equipo de investigadores españoles en la revista
Human Vaccines & Immunotherapeutics. La
concienciación de este grupo demográfico o la diferencia entre la cobertura de las vacunas de la
enfermedad neumocócica y de la gripe son algunas de las evidencias en las que se ha centrado este análisis.
Para poder arrojar algo más de luz a este fenómeno,
Redacción Médica ha organizado un debate, con la colaboración de la compañía biofarmacéutica
MSD, en el que han participado algunos de los autores del texto y diferentes responsables de colectivos profesionales y administraciones públicas que juegan un papel clave en la vacunación en España. Sobre la mesa, un abanico de temas de discusión que van desde
la comunicación efectiva sobre las vacunas hasta la creación de
un registro de índole estatal.
Antoni Trilla, catedrático de Salud Pública de la Universidad de Barcelona; y
Esther Redondo, facultativa especialista en Medicina Familiar y Comunitaria del Centro de Salud Internacional Madrid Salud, dos de los autores de la investigación, comparten sus impresiones con
Jorge del Diego Salas, subdirector general de Promoción, Prevención y Calidad de la Dirección de Salud Pública del Ministerio de Sanidad;
José Antonio Forcada, presidente de la Asociación Nacional de Enfermería y Vacunas (Anenvac); y
Jaime Jesús Pérez, subdirector general de Salud Pública de la Región de Murcia.
El debate
¿Exise el suficiente conocimiento y percepción en la población adulta de los beneficios de vacunarse?
Antoni Trilla: "Es la primera vez que asistimos al desarrollo de una vacuna retransmitido por televisión"
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Antoni Trilla: Creo que es mejorable. Es decir, existe cierto conocimiento pero francamente hay algunas situaciones que permitirían tener un margen amplio de mejora. Esto se encaja dentro de estrategias globales. Recuerden que la Organización Mundial de la Salud (OMS) dentro de la estrategia del envejecimiento saludable ya marcaba claramente que las vacunas son uno de los pilares en los cuales se puede uno basar para intentar envejecer de la forma más saludable posible.
Sabemos que, a partir de cierta edad, el riesgo de tener complicaciones de determinadas enfermedades infecciosas aumenta. Nuestro sistema inmunitario envejece, como nosotros, y, por lo tanto, es un momento en el cual las personas deberíamos tomar conciencia de nuestras limitaciones y de los riesgos que, cada año que vamos cumpliendo años, vamos afrontando. Pero creo que no existe todavía la suficiente conciencia. Sí que la hay pero parcial.
José Antonio Forcada: Yo creo que se ha mejorado mucho en los últimos años, especialmente en el tiempo que llevamos de pandemia, pero, como bien dice Antoni, falta bastante concienciación. Yo entiendo que la base de esa concienciación tenemos que ser los profesionales sanitarios que hagamos un seguimiento de esas personas de riesgo y, sobre todo, una captación activa en cada momento.
Esta mañana estuve en el centro de salud por temas de salud, precisamente, y había un cartel que ponía: "Las personas mayores de 65 años que quieran vacunarse del neumococo que avisen a la enfermera". No me parece lo más adecuado que tenga que ser la persona la que tome la decisión sin tener suficiente conocimiento. Yo creo que tiene que ser el médico y la enfermera en cada visita los que realicen una revisión del calendario vacunal y una recomendación de vacunas.
Esther Redondo: "La cobertura vacunal antigripal ha caído este año pero no sustancialmente"
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Esther Redondo: Desde mi punto de vista de médico de Atención Primaria, yo creo que es muy mejorable la concienciación del paciente de riesgo. Hay mucho por ganar ahí, mucho margen de mejora. Las tasas de cobertura de vacunación en el adulto no son adecuadas, pero mucho menos lo son en el grupo de adultos más jóvenes. Entre los 18 y los 64 años son los que menos tasas de cobertura vacunal tienen y el grupo de crónicos en esa edad todavía peor. A partir de los 65, las personas están más acostumbradas a recibir un recuerdo de tétanos o ya estaban ancestralmente más concienciados con las campañas anuales de vacunación antigripal y sí que tienen ligeramente mayores coberturas. Sobre todo, en los crónicos dentro del grupo de edad más joven es muy difícil alcanzar las coberturas deseables.
¿Es responsabilidad del médico y de la enfermera o se deben introducir nuevas figuras didácticas como el médico hospitalario o las farmacias?
Jorge del Diego: Yo no creo que sea necesario parcelar entre la medicina de atención hospitalaria y la de Atención Primaria. Los médicos de Atención Primaria están absolutamente preparados y se forman en vacunación, la enfermería cada vez está mucho mejor formada, lógicamente, y ya incluso hay sociedades científicas sobre vacunación en enfermería. A nivel de centro de salud, el profesional sanitario está absolutamente capacitado para poder dar esa formación en vacunas.
Sí que hay un déficit en el personal sanitario que implica tener la prevención en la cabeza cuando muchas veces hacemos una consulta, sobre todo cuando tenemos poco tiempo y el paciente viene a que le intentemos resolver el problema, no a anticipar otros nuevos que pueden ser o no derivados de la patología o de la cuestión por el que ha venido, evidentemente.
Creo que la fuente fiable lógicamente es el profesional sanitario y cada vez hay mejor formación. Pero no cabe duda de que es la prevención lo que tiene que estar más en nuestra cabeza para que no haya oportunidades perdidas de vacunación. Es decir, que realmente si una persona viene y tiene la oportunidad de vacunarse por una patología inmunoprevenible y que además puede complicarse con el problema que tiene debe poder hacerlo.
Y en el ámbito hospitalario es exactamente igual. Se debe mejorar mucho la coordinación entre especialistas de tal forma que quien sea el responsable de la vacunación del adulto en el hospital o del niño de riesgo lo coordine para que se deriven esos pacientes a la consulta adecuada y se le actualice siempre el programa de vacunación.
Esther Redondo: Yo creo, como ha dicho Jorge, que todo suma. Cualquier contacto del paciente con el sistema sanitario es un momento adecuado si hay tiempo. El tema es la falta de tiempo en las consultas y no digamos ya en Primaria, que somos los que por cartera de servicios tenemos incluida la vacunación del paciente adulto como una actividad preventiva que tenemos que implementar. La fuente fiable es cualquier profesional sanitario pero puede haber otras que podrían ayudarnos mucho. Desde la farmacia comunitaria se puede hacer una labor de educación en salud para el paciente y para informarle sobre todas las dudas que tenga, sobre todo en crónicos. Sería un punto adecuado hacer una educación en salud para concienciar del beneficio que puede tener recibir una vacuna en determinadas patologías para las que el paciente va a la farmacia a coger una medicación.
Jaime Jesús Pérez: "Las consejerías lo primero que tienen que hacer es dotarse de profesionales eficientes para sus programas"
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Jaime Jesús Pérez: Yo creo que los mayores de 65, como han comentado mis compañeros, evidentemente están mucho más concienciados que los más jóvenes. Es lógico porque una vez que te diagnostican una patología que supone un riesgo, tú acabas asimilando que la tienes pero acabas viviendo sin la sensación de riesgo. Es una cuestión muy profunda en el comportamiento humano. Y en ese sentido hace falta una labor de concienciación de los profesionales sanitarios para que trasladen el mensaje de forma más reiterada.
Yo sinceramente creo que todos los profesionales suman, evidentemente, pero confío mucho más en que sea Primaria. Es la puerta de entrada más importante para la vacunación porque es donde está la mayor accesibilidad y donde, por lo tanto, está el cauce de entrada natural a la vacuna. Especializada es fundamental en determinadas patologías, por supuesto, pero sí que es cierto que ahí lo más importante y lo que estamos trabajando todos es en conseguir un mensaje unido, único y total de todos los profesionales.
Para Primaria las vacunas son una cosa muy importante mientras que para los médicos especialistas, salvo excepciones, en general, son algo muy marginal en su actividad y en su campo de conocimiento. Yo creo que todos hemos vivido situaciones en las que un especialista daba una indicación contraria de determinadas vacunaciones, porque somos profesionales sanitarios y tenemos que dar opinión técnica sobre todos los temas sobre los que un paciente nos pregunte. Es muy complicado remitir a otro profesional en un momento determinado, como un médico preventista de un hospital, que pueda informarme mejor. Yo creo que hay que trabajar todos para crear unos conocimientos mínimos y que no haya unos mensajes discordantes entre los profesionales sanitarios. Eso confunde muchísimo a la población.
Y en eso la verdad es que en las farmacias se está trabajando. Ya sabéis que hay muchas farmacias en muchos países que están aplicando vacunas. Aquí en España no se está haciendo, pero sí que sirven al menos como punto de educación de los pacientes. Para los grupos de riesgo yo creo que es fundamental porque hay mucha farmacia y mucho farmacéutico que tiene vocación lógicamente de profesional sanitario y no únicamente de dispensador de medicamentos. Hay que ganarles para la causa.
Los ponentes del debate coinciden en la necesidad de mejorar la labor de concienciación sobre vacunas por parte de los profesionales sanitarios
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¿Es necesario un modelo fiable pero no alarmista sobre la comunicación que evite la declaración pública de notificaciónes aún no contrastadas?
Antoni Trilla: Creo que durante la pandemia hemos vivido más de una situación que nos ha colocado a todos un poco entre la espada y la pared precisamente por esto. Es la primera vez con esta magnitud que se asiste prácticamente al desarrollo de vacunas a su inicio del uso con la televisión y todos los medios de comunicación explicando lo que estaba pasando en todo el mundo. Entonces empezaron a aparecer ese tipo de situaciones. La bola cada vez es más grande y esto yo creo que se reduce a que las agencias primero tienen que tener sistemas de vigilancia que permitan anticiparlo lo antes posible y tener buenos datos para detectar si se está frente a una señal potente o simplemente ruido de fondo. Deben hacer los análisis o las evaluaciones que toquen de forma rápida, suficientemente sólida pero rápida y ser ellas las primeras en dar las indicaciones de la situación y explicar exactamente cómo está. Si no, tendremos información fragmentada, complicada, que luego hay que desmentir. Algunas situaciones han condicionado que una parte de la población decida una conducta, que es la contraria a la recomendada, o al revés.
Yo creo que es muy importante que las autoridades tengan los sistemas de detección para que los puedan evaluar de forma rápida, transparente y comuniquen lo que hay, aunque muchas veces es que seguimos investigando, parece que apunta por aquí o ya tenemos una conclusión más o menos clara. No siempre se sabe todo, hay cosas que tardan meses. Luego, hoy en día, lo sabéis todos, siguen apareciendo análisis y buenos trabajos científicos sobre efectos adversos de vacunas, situaciones de riesgo, etc., que se han analizado casi un año después de empezar a utilizar las vacunas. No se puede tener información al día porque la población se puede confundir. Lo que es noticia seguramente es noticia pero puede no ayudar después a comprender mejor cuál es el panorama global de una situación que como todo tiene diferentes matices y diferentes implicaciones.
Jaime Pérez: Hay dos ejemplos claros con el tema de la pandemia, en los que la utilización del lenguaje científico muchas veces no es válido como lenguaje comunicativo con la población. Con los efectos adversos, cuando de repente alguien atribuía de forma falsa un riesgo de las vacunas Covid a cinco años vista, si tú comunicas científicamente y dices que no hay evidencia o que eso no está demostrado das un margen realmente de credibilidad a la información. Con lo cual, es muy delicado pero a veces yo creo que hay que saltarse la comunicación científica como tal y ser más directo. Hay que decir que eso jamás ha ocurrido y, por lo tanto, algo que jamás ha ocurrido no es previsible que ocurra, porque si nos ponemos muy científicos en la incertidumbre y en la duda metodológica al final lo que trasladamos es una duda a la población, una duda que nosotros no tenemos. Lo que tenemos que trasladar es que esa duda no existe con respecto al tema de, por ejemplo, a la seguridad vacunal. Yo creo que esa es una de las cuestiones en las que ha habido mucha especulación. Alguien planteaba efectos adversos en medio plazo, pero las reacciones adversas en más del 80 por ciento de los casos se registran en el primer mes. Todo lo demás son especulaciones de alguien que no es antivacunas.
Con respecto al tema del riesgo, si os acordáis de la gripe aviar, en el manejo de la información hay que ser muy delicados. Es verdad que hemos vivido una pandemia, una muy importante que nunca hubiéramos querido vivir, pero habíamos tenido casos previos. El ejemplo más importante fue el de la gripe aviar del 2004/2005. Las noticias tan alarmistas que circularon en todos los medios hicieron que subiera la vacunación de gripe aquel año, pero la reacción de la población si se informa de un riesgo de una forma muy alarmista es que luego desconfía de la información. Yo creo que los riesgos hay que trasladarlos pero de una forma adecuada y sin alarmar más de lo que se deba porque si no el efecto rebote se ve muchas veces.
José Antonio Forcada: "Tenemos que ser los sanitarios los que hagamos un seguimiento de las personas de riesgo"
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José Antonio Forcada: A mi parecer, todos hemos dicho cosas que luego nos hemos tenido que tragar, porque como bien decía el doctor Trilla, hemos ido descubriendo cosas día a día, cosas que hoy eran válidas y mañana dejaban de serlo. Esto ha sido un problema de comunicación también por parte de las autoridades sanitarias que en muchas ocasiones no lo han hecho bien. Jaime mencionaba la pandemia del 2009, aquello fue también un caos informativo de mucho cuidado y ahora prácticamente se ha repetido. Pero también hay otro punto que es importante y es que quien tiene que hablar de ciencia tiene que saber y nos hemos encontrado que al principio de la pandemia todo el mundo se ha hecho epidemiólogo, luego todo el mundo se ha hecho vacunólogo. Todos los profesionales sanitarios sabían mucho de vacunas y los medios de comunicación han contribuido a que tuviera voz mucha gente que, no voy a decir que no habían visto una vacuna en su vida, pero que sabía poco de vacunas. Los medios de comunicación les han dado mucho bombo.
Todo el mundo se ha hecho vulcanólogo y ahora yo creo que hay muchos 'kremlinólogos' también que están saliendo. El que tiene que transmitir una información veraz y científica tiene que saber de lo que habla y desgraciadamente muchísimos medios de comunicación han contribuido a dejar hablar a mucha gente y eso crea mucha confusión en la población. Uno dice una cosa, otro dice otra: cuánto va a durar la pandemia, la vacuna cuánto tiempo va a ser efectiva... Y son cosas que se están investigando y que probablemente, como bien dice Jaime, dentro de unos años lo sabremos muy bien, pero ahora no.
¿La pandemia de coronavirus servirá de refuerzo definitivo al papel de las vacunas en enfermedades respiratorias o será un paso atrás en confianza?
Esther Redondo: No, yo creo que el Covid ha supuesto un salto cualitativo y cuantitativo en cuanto a la confianza de la población en la vacunación. Desde luego nos ha ayudado muchísimo que además la población española haya sido un pueblo solidario y en el cual no se hayan tenido que poner medidas coercitivas. Con los mensajes acertados o menos acertados que hayamos transmitido las autoridades sanitarias y los profesionales sanitarios, ha habido una tasa de cobertura de vacunación que es envidiable. Eso desde luego favorece porque el que se vacuna una vez y ve que eso tiene un rendimiento, pierde el miedo. Ese miedo atávico no se tiene a tomar una aspirina u otro medicamento que puede tener en esos casos unos efectos secundarios importantes pero no te lo planteas y te lo tomas. Como un compañero mío dice, esa virginidad en cuanto a recibir una vacuna siendo adulto, no de niño, cuando te llega tu padre y nadie se entera. Eso es un paso muy positivo hacia la vacunación al futuro. Tú ganas a un paciente para que te entre a la recomendación de vacunación en otros casos.
Yo creo que la Covid es un facilitador, pero también en los últimos meses estamos viendo cierto grado de hartazgo a recibir una dosis y otra dosis. En cuanto a captación activa, cuando llamas ahora en Madrid para captar a los pacientes y vacunar frente al neumococo porque las coberturas este año no van como debieran, le dicen a la enfermera o a recepción: "Pero bueno, otra vacuna, doctor. Pero es que no voy a estar poniéndome vacunas constantemente". Tenemos que ganar al paciente y decirle: "Ojalá que te pudieras estar vacunando de enfermedades evitables dos o tres veces al año. Si tú te vacunas de algo nuevo como el herpes zóster que incluye dos dosis o te llaman para el neumococo o te pones la tercera de Covid cinco meses después de que cogiste Ómicron en Navidad, es para mejorar tu salud".
Entonces, hay que jugar. Como todo es un equilibrio inestable, el Covid nos favorece a los que nos dedicamos a la vacunación y somos convencidos de ello, de la aceptabilidad de nuestras recomendaciones futuras de vacunas. Pero tantas dosis y que cada vez vaya a haber más, o eso espero, implica que hay que saber transmitir las bondades de ello a los pacientes.
Jorge del Diego: "Todos los profesionales sanitarios deberían tener acceso al registro de vacunas de sus pacientes"
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Jorge del Diego: Antiguamente, remontándonos a muchísimos años, había especialidades médicas o el médico era capaz de resolverte un problema en el momento. Es decir, esa persona que va con el tobillo roto y sale del quirófano andando. Si eso lo traemos ahora, un poco lo que decía Esther, la gente tiene menos miedo a tomarse una aspirina o cualquier medicamento que a ponerse una vacuna. Efectivamente, ahí estamos totalmente de acuerdo, pero es que hay una razón que nosotros tenemos que tener en la cabeza y es que cuando alguien se toma una aspirina o cuando se toma cualquier otro medicamento es porque tiene algo probablemente agudo o crónico que esa medicación le está resolviendo en ese momento o le va a resolver porque decide tomárselo para siempre. Sí que sienten que hay una necesidad en este caso de tomarse esa medicación.
En el caso de la vacuna, estamos previniendo una enfermedad de la cual no sabemos si protegemos realmente a la persona o no porque no sabemos si esa persona en algún momento de su vida estará en riesgo. Por lo tanto, sí que hay que hacer un esfuerzo mayor para que la población en general entienda la necesidad de ponerse una vacuna. Esto siempre lo comentamos cuando alguien se vacuna de la polio. Lo que piensa es por qué me vacuno de la polio si ya no hay polio en España, en vez de pensar que me vacuno de polio y por eso ya no hay. Al final, con las vacunas hay que hacer una comunicación inversa para que la gente realmente lo entienda. Hay una frase muy manida que dice 'el éxito de la vacuna es su propia muerte'. Es decir, si yo al final no tengo un problema visible entonces la vacunación pierde su sentido.
Con el tema de la vacuna de la Covid, Esther yo creo que estaba buscando una palabra que puede ser fatiga pandémica. Sí que es cierto que cuando se piensa en añadir dosis que puedan ser necesarias de cara a futuro, también se piensa evidentemente cuál es la repercusión que va a tener esa dosis en la población en general, no a nivel sanitario, sino también a nivel mental. Esto va a sumar o va a restar confianza en las vacunas, no solamente la de la Covid, sino en las otras, porque si se vende o se comunica que me vacuno y resuelvo, eso a la gente luego le frustra si eso no es así, si me tengo que volver a revacunar.
Por lo tanto, la información que se traslada y la que se publica tiene que ser realmente fidedigna y tiene que cumplir con las necesidades que la gente luego va a demandar, porque si prometemos aquello que luego no vamos a poder dar, desde luego sí que se va a perder esa confianza en la vacuna. Aun así, viendo la respuesta que ha habido especialmente en población mayor de 60-65 años en España frente a la Covid, no solamente a la primovacunación con dos dosis, sino a dosis de refuerzo, yo creo que a otras enfermedades respiratorias esto le va a venir bien y ya lo hemos visto en alguna vacuna como la gripe. Lo importante es que seamos capaces ya nosotros de mantener esto en el tiempo.
"Si prometemos algo que no vamos a poder dar, se perderá la confianza en la vacuna"
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¿Cómo se puede sostener estas elevadas tasas de vacunación adheridas al periodo pandémico en la gripe o el neumococo?
Antoni Trilla: Lo de la Covid es excepcional en todos los sentidos. La percepción del riesgo de la enfermedad, ver que la sociedad se ponía patas para arriba, que todos estábamos muy asustados, que había enfermos graves y que la gente moría un año después ha impactado. Afortunadamente, como han comentado todos mis compañeros, España es un país en el cual antes de la Covid ya había una buena confianza en las vacunas, especialmente en las infantiles. Pero esta ha sido una campaña fundamentalmente de adultos y se han hecho las cosas lo mejor posible y muy bien. Se han conseguido tasas muy altas.
Vamos a coger el ejemplo de la gripe. No llegamos al 75 por ciento que recomienda la OMS en población de riesgo ni de casualidad, como mucho se llega al 60 por ciento. Pero luego en otros grupos de menor edad las tasas de cobertura, aunque sea en población de riesgo, son muy bajas. La vacuna de la gripe es una vacuna que tiene los problemas que tiene y sabemos que depende del año, de la cepa, de la correlación entre las cepas que circulan... La gente lo primero que te pregunta es si esta vacuna no es muy eficaz. No lo es, es eficaz para prevenir complicaciones pero la gente puede tener la gripe, un poco parecido a lo que ahora nos está pasando con Ómicron y con las vacunas de la Covid.
Necesitamos buenas vacunas, evidentemente, como se ha comentado. Es muy claro que tenemos que garantizar la seguridad pero eso no significa ausencia de riesgo, sino un riesgo controlado y controlable que se pone claramente en el platillo de los riesgos y que es claramente desplazado por el platillo de los beneficios. De lo contrario, no sale ninguna vacuna en el mercado, salvo en situaciones extraordinarias de complejidad o emergencia. Por lo tanto, nosotros vamos a seguir insistiendo en la seguridad y en la bondad de las vacunas y en que la efectividad es la que es. No podemos prometer cosas que después las vacunas no cumplen porque para sostenerlo en el tiempo la cuestión principal es la confianza en que lo que le has ido recomendando cada año y has ido adaptando a los cambios. El paciente al cual aconsejas, a pesar de que le pueden pasar cosas, tiene confianza porque los consejos han sido coherentes de acuerdo con las recomendaciones oficiales y ha ido aceptando tu consejo.
Jorge del Diego, Antoni Trilla, José Antonio Forcada, Esther Redondo y Jaime Jesús Pérez.
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Esto tiene que seguir durante muchos años probablemente. Hay que ganarse esta confianza y hay que mantenerla con el tiempo, y creo que estas tasas que tenemos ahora con respecto a la Covid bajarán o lo están haciendo, como ya se ha visto, a no ser que vuelva a ver una amenaza de riesgo muy alto y que la gente vuelva a percibirlo. Pero yo también confío en que la gente vea que si hemos salido de esto fundamentalmente es gracias a las vacunas y que, por lo tanto, también pueden apreciar el valor global de la vacunación y aceptar que los mismos que hemos dedicado prácticamente un año de nuestras vidas a intentar vacunar al mayor número de población posible, el día de mañana sigamos aconsejando que se pongan esta o que es mejor que se utilice esta y no la otra.
La población tiene que ir ganando confianza pero, lo ha dicho muy bien Esther y creo que estamos todos de acuerdo, ojo porque también tiene la contrapartida de la cierta saturación, fatiga, periodo refractario, llámalo como quieras. Hay que ser prudente y recomendar o intentar mantener esta confianza en el momento en que se pueda de alguna manera sostener claramente una buena campaña de información, idealmente con buenas vacunas, mejores vacunas que tendremos seguro en el futuro de muchas de las enfermedades que vacunamos hoy. A ver si esto poco a poco la gente lo va normalizando. Lo más importante en España, sobre todo en la población infantil y ahora quizá una parte de la adulta, es normalizar socialmente el hecho de vacunarse. Hay un ejemplo muy claro en salud pública que es cuando se empezó a prohibir el uso del tabaco. Al principio, si llamabas la atención a una persona que fumaba en un lugar que no estaba permitido, yo he tenido alguna experiencia de que ha faltado poco para que me soltara una bofetada, prácticamente. Ahora ya no pasa. Es decir, ahora ya normalmente la gente entiende que la norma social aceptada es no fumar y si se le llama la atención a alguien que fuma, salvo excepciones, lo más probable es que diga "perdone, perdone, no me había dado cuenta" y tire el cigarrillo.
Tenemos que llegar a que la norma social aceptada sea vacunarse de lo que toque y el que no se vacune esté haciendo una cosa que la mayoría de la sociedad no entiende o no acepta o no está de acuerdo socialmente.
"Tenemos que llegar a que la norma socialmente aceptada sea vacunarse"
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José Antonio Forcada: Esto pasa por mantener este trabajo que se estaba realizando. Hace unos días contactó con nosotros una asociación europea de enfermería y querían entrevistar a varias enfermeras de España porque querían conocer cómo habíamos conseguido estas altísimas tasas de vacunación, en contraposición con otros países que no las han logrado, ni muchísimo menos, y sobre todo también con respecto a la coadministración con la gripe. Hemos tenido una serie de entrevistas en las cuales nosotros hemos relatado la experiencia española, que pasa principalmente por que, con las dificultades que ha habido y también un poco con los errores que se han venido cometiendo, la cultura vacunal española es muy buena.
Comienza con la Pediatría donde la cultura es fantástica por parte de los médicos y de las enfermeras. Tenemos coberturas en el primer año que rondan el 95 por ciento y esto no te lo vas a encontrar en otros países del mundo, ni muchísimo menos. De alguna manera, impregna también al adulto porque, como decía Esther, el padre lleva al niño a vacunarse pero es que el padre cree en esas vacunas infantiles. Lo que hay que hacer es que crea también en las de adultos. De alguna manera, hay que crear esa cultura.
Y sobre todo, yo soy muy insistente en que hay que mejorar mucho la cultura de la vacunación tanto en los médicos de Familia y Generalistas como en las enfermeras de adultos porque no tienen la misma cultura que tienen en Pediatría. Hay que mejorar esta cultura de que siempre hay que estar vigilante del calendario y de la recomendación vacunal, y con eso se puede conseguir. Hay gente que dice que el año que viene caerán mucho las tasas de cobertura de la gripe. Nuestro trabajo es que no decaiga, es trabajar todos juntos. Ahí está la Administración, ahí estamos los profesionales, están los colegios, están las sociedades científicas. Entre todos y con un mensaje único, con unos protocolos únicos, lo podemos conseguir.
Esther Redondo: Hay un instrumento demográfico que es el Gripómetro que estima a través de encuestas telefónicas cómo va la cobertura de vacunación antigripal en un tiempo más o menos real, semanalmente. Cuando acaba la temporada, los datos suelen ser más o menos coincidentes. Hay dos o tres puntos de diferencia con los de final de temporada del Instituto de Salud Carlos III. En este año ya se ha visto cómo la cobertura de vacunación antigripal ha caído, pero no ha caído sustancialmente, salvo en el grupo de personas de 18 a 64 y con patología crónica, que sí que se estima una reducción muy importante, del 40 por ciento. Tenían coberturas en la primera temporada de la pandemia que han bajado a unos datos de en torno a un 25 o 28 por ciento, pero el resto de las coberturas más o menos se han mantenido. En cuanto a los profesionales sanitarios, también decían que se iba a caer pero se han mantenido mucho más elevadas que en niveles prepandémicos. El año pasado me parece que se daba por el Gripómetro una cobertura del 74 por ciento y este año ha quedado en un 70 por ciento de profesionales sanitarios. O sea, hay que ir, como ha dicho José Antonio, calando el mensaje poco a poco y eso depende fundamentalmente del profesional sanitario de Primaria.
Hay un hándicap muy importante porque en Primaria, enfermería y medicina están saturadas y si no tienes tiempo para dejar un mensaje pues es difícil mantener la cobertura. Es verdad que estos dos años persistía una motivación fundamental, como decia Jorge, que te lleva a tomar una medicación porque has perdido la salud y la quieres recuperar. Si te sientes sano y no ves el riesgo o no tienes el miedo a padecer una enfermedad, eso lleva a que difícilmente cumplimentes la recomendación de vacunarte. También pasa en medicaciones como las estatinas, donde no se percibe la dificultad de tener un colesterol alto del que no te enteras y siempre hay una peor adherencia terapéutica. Pero en este caso concreto una vez que vaya cediendo el miedo de la población a la Covid, a la coexistencia de que te lo diagnostiquen o que se te complique con una infección respiratoria con gripe o neumococo, etc., sí que es verdad que nos va a costar más mantener las coberturas y nos va a requerir desde Primaria un esfuerzo extra. Para eso, las consejerías de salud tienen que dotar a Primaria de profesionales que tengan el tiempo suficiente para poder realizar menos tarea burocrática y más preventiva y asistencial.
Jaime Pérez: Las consejerías lo primero que tienen es que dotarse de profesionales eficientes para poder llevar a cabo programas, porque es uno de los problemas que hay. Una de las cuestiones es que cuando comparamos la vacunación de adultos con la vacunación de niños yo creo que también hay que ver que la unanimidad de los profesionales hacia las vacunaciones infantiles es una y la unanimidad de los profesionales hacia las vacunaciones de adultos es otra. Y esto no viene porque no se considere importante, sino porque hay que ser claros. Yo creo que en general en la vacunación de adultos hemos tenido pocas herramientas y las que hemos tenido no han sido comparables a las de las infantiles. Ahora mismo empezamos a tener un arsenal de vacunaciones neumocócicas, vacunaciones frente al Covid, vacunaciones frente al herpes zóster y nuevas vacunas de gripe. Y esperemos que tengamos dentro de poco nuevas vacunas frente al virus respiratorio sincitial, que empezamos a tener datos en los que son mucho más difíciles de discutir que los que hemos tenido hasta ahora.
No hay más que ver lo que ha ocurrido en España. Siendo un país modelo, la pauta de la primera vacunación se la ha puesto prácticamente todo el mundo. Si analizamos cuál ha sido el mensaje de todos los medios de comunicación, de todos los profesionales sanitarios, todo el mundo prácticamente, salvo el doctor Cavadas, estaba a favor de la pauta de vacunación primaria. En las dosis de recuerdo, los grupos de más edad han tenido unas coberturas de vacunaciones muy altas y ahí en general no ha habido un mensaje diferente de unos profesionales y de otros. Han empezado a bajar esas dosis de recuerdo por debajo de los 50 años porque evidentemente los mensajes que la población ha recibido no han sido tan únicos. El mensaje único es fundamental. En cuanto empieza a haber mensajes discordantes entre sociedades científicas, administración sanitaria, profesionales individuales, el doctor Carballo... lógicamente no podemos evitarlo y se complica. Y en ese sentido, la verdad es que tengo un cierto optimismo porque, aunque puede haber una fatiga pandémica, yo creo que los que más la tenemos somos los profesionales sanitarios
Realmente el hecho de que haya vacunas contra patologías que no habían estado circulando como el Covid o de las nuevas vacunas frente a enfermedades respiratorias que han circulado siempre refuerza el mensaje. No es lo mismo lógicamente proteger frente a un virus que proteger frente a cuatro. No es lo mismo proteger frente a 'x' serotipos neumocócicos, que proteger frente a más carga de la enfermedad. Y todo eso hace que los profesionales cojan las vacunas como una cosa más importante de lo que ha habido hasta ahora. Una vez que los profesionales lo tomen como una cosa más importante de las herramientas que hemos tenido hasta ahora, lo van a trasladar a la población. Yo creo que es una cuestión de cuantas más y mejores vacunas tengamos para adultos, más altas van a ser las coberturas, porque más concordancia va a haber en el mensaje por parte de todos.
Desafortunadamente, yo creo que todos los que estamos aquí sabemos que la vacuna de la gripe es una que todos recomendamos pero que te hace sufrir porque no sabes la temporada cómo va a venir y si se va a conseguir o no el efecto que quieres con la vacunación. Eso hace evidentemente que sea una medida en la que se pueda discutir más que, por ejemplo, una vacuna frente al sarampión donde una vez que tú ya vacunas a un niño con dos dosis las posibilidades de que tenga un sarampión a largo de su vida son muy cercanas a cero. O sea, yo creo que la clave es más vacunas, mejores vacunas y todo eso contribuirá a que todos consigamos mejores coberturas.
Los especialistas apuntan las claves para elevar las tasas de cobertura de la vacuna neumocócica y de la gripe
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¿Cómo se puede lograr que haya una mayor colaboración público-privada y mejorar el modelo de intercambio de conocimiento entre universidades e industrias farmacéuticas?
Antoni Trilla: Aunque es una situación excepcional, la Covid ha puesto encima de la mesa dos o tres datos que creo que son muy relevantes. Por una parte, en un momento determinado hay alguna estadística, que evidentemente debe de ser aproximada, pero que dice que un 30 por ciento de todos los científicos del mundo que trabajaban en aspectos relacionados con la Covid lo hacen en red y acabaron poniéndose de acuerdo entre ellos. Con lo cual, mucha colaboración, cuando normalmente sabemos que la ciencia un poco intenta barrer para casa, que nadie sepa lo que estás haciendo para que no te pisen la publicación. Aquí la cosa se ha abierto muchísimo. Por tanto, primero colaboración.
Segundo, hay otro ejemplo clarísimo que es la enorme inversión de recursos económicos que ha habido procedentes de fondos públicos, procedentes de estados, procedentes de filantropía, etc., a compañías farmacéuticas y a universidades para que tiraran adelante proyectos de vacunas, independientemente de que acabaran saliendo o no. Es decir, el riesgo lo asumía, por decirlo de alguna manera, toda la sociedad, Europa o Estados Unidos o el que fuera porque la necesidad era tan imperiosa que no se podía trasladar a las compañías el desarrollo normal de una vacuna. Había que hacerlo de otra manera.
Y después creo que también ha habido muy buen ejemplo de la colaboración, incluso entre industrias competidoras porque sabemos que hay grandes multinacionales farmacéuticas que son magníficas y que tienen vacunas que utilizamos todos, todos los días, pero que no han podido o no han sabido encontrar una para la Covid y han recibido mucho dinero para tirarla para adelante. A pesar de ello, en un momento determinado, visto la situación, se han puesto a disposición de otras compañías farmacéuticas rivales y han colaborado entre ellas para rellenar envases de las vacunas, para producir una parte de la vacuna o para subcontratar, en el mejor sentido de la palabra, una parte de la producción. La competencia se ha puesto de acuerdo para trabajar conjuntamente en una situación de excepcionalidad. Yo creo que esto, evidentemente es una escala porque la situación de emergencia de salud pública era muy clara, pero creo que mucho debería quedar de la idea de que si se colabora de esta forma, entre universidades, centros de investigación, centros científicos, industria privada que tiene también mucho conocimiento la industria farmacéutica de cómo hacer las cosas etc., el resultado es bueno para todos. Yo creo que a partir de aquí esta colaboración, todos los criterios que tenga que haber para garantizar la transparencia y el rendimiento de cuentas tienen que ser camino a explorar. No podemos volver cada uno a su silo particular y a esperar que llueva en mi casa y no llueva en la del otro. Hay que intentar que las cosas vayan bien para todos.
Jaime Pérez: Yo creo que en Europa, ya no para vacunas habituales, pero para vacunas pandémicas y situaciones excepcionales, todos somos conscientes de que realmente la Comisión Europea ha comprado todas para todos los Estados miembros pero ha intervenido muy poco en la elaboración y en la investigación. Si no hubiera sido por el apoyo de Estados Unidos pues a lo mejor... La de Pfizer sí que hubiera podido salir adelante porque ha sido básicamente autofinanciada, pero no tanto la de Moderna. Yo creo que esa es una cuestión importante y que Europa se ha dado cuenta de que ahí estaba coja y va a crear un organismo supranacional nuevo que se llama HERA que viene a tener como objetivo el poder de desarrollar herramientas farmacológicas en un tiempo récord, con una financiación europea que se pueda sumar a la que ya de por sí tiene Estados Unidos. Con lo cual, yo creo que en ese sentido sí que se han sacado algunas enseñanzas y que a lo mejor no tanto para vacunas habituales pero sí para situaciones excepcionales se va a poder tener un organismo europeo que va a poder contribuir a esa financiación de la creación de nuevas vacunas.
José Antonio Forcada: Yo quisiera tan solo hacer un pequeño aporte de carácter solidario y es que todo esto, como muy bien han dicho mis compañeros, tiene que ser en beneficio de la sociedad. Tendría también que ser en beneficio de la sociedad en los países pobres porque seguimos viendo que las coberturas vacunales frente a Covid en amplias zonas del mundo siguen siendo escasísimas cuando estamos hablando de bestiales en los países ricos. Por lo tanto, esto también tiene que ligarse de alguna manera en un beneficio para las vacunaciones en los países pobres donde desgraciadamente siguen falleciendo millones de niños por falta de las vacunas más elementales en la infancia.
Jaime Pérez: Pero en eso, José Antonio, yo creo que también hay que ser positivos, hay que tener en cuenta que se han administrado más de 12.000 millones de dosis de vacunas Covid en el mundo en un plazo de tiempo de poco más de un año, que es algo que no ha pasado jamás en la historia de la humanidad. Nunca ha ocurrido esto. Y luego también situaciones en países en vías de desarrollo como el Instituto de la India que ponía a la disposición de que aquel país que quisiera 200 millones de dosis de la equivalente de la vacuna de Vaxzevria que venían fabricadas porque no tienen a quién administrárselas. Y los países no tenían porque prefieren una vacuna determinada en vez de la equivalente a la vacuna de Vaxzevria. O sea que realmente también ahí hay un poco de, por un lado, quiero unas vacunas y las quiero específicamente pero voy a dejar caducar 200 millones de vacunas. En España en el mes de abril del 2021 pues sí queríamos Vaxzevria, luego ya nos hemos vuelto también exquisitos pero en aquel momento ante la ausencia de otras dosis yo creo que era una vacuna estupenda. Hay que tener varias. En eso por supuesto la solidaridad es importante pero también hay que tener en cuenta que se ha hecho en un tiempo récord lo que jamás en la historia se ha hecho. Es que me gusta más mirar el lado positivo que el lado negativo, sinceramente.
"Las coberturas vacunales del Covid en amplias zonas del mundo son escasísimas"
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¿Requiere el Sistema Nacional de Salud un modelo más ágil de acceso a la vacunación? Con medidas como más puntos de vacunación, nuevos perfiles profesionales, vacunación en visitas a Enfermería o mayor información sobre las dosis.
José Antonio Forcada: Antes ha dicho Esther lo saturado que está el sistema sanitario y más que lo va a estar junto a los despidos que va a haber de los contratos Covid en breve espacio de tiempo. Quiero decir con ello que cada vez tenemos menos profesionales y queremos ampliar nuestra cartera de servicios y facilitarle a la ciudadanía que pueda acceder a las vacunaciones de una forma sencilla para potenciarlo, que no tengan ninguna dificultad en acceder al sistema sanitario, que ahora mismo estamos viendo que esto cada vez es más dificultoso: listas de espera de Atención Primaria que quién iba a pensar y otras situaciones de este calibre.
Por tanto, lo primero pasa realmente por crear una red de Atención Primaria que sea válida y que pueda atender de una forma adecuada y con calidad al usuario. Toda la vida lo hemos dicho que la mejor manera de mejorar las tasas es facilitar el acceso. Cuando hablamos de cómo podemos mejorar las tasas de cobertura de gripe, la respuesta es facilitando al acceso antigripal de cualquier sanitario o cualquier persona incluida en grupos de riesgo que necesite vacunarse o que sea candidata a hacerlo. Eso es lo primero, facilitar el acceso. Y luego lo que necesitamos también es potenciar de una manera importante, que vosotros pensaréis que está muy potenciado, el papel de la enfermería. Está muy potenciado pero necesita potenciarse más, hay que establecer protocolos en los cuales la enfermera no tenga ningún problema a la hora de administrar las vacunas de calendario, las vacunas de las campañas e incluso dentro de lo que es lo que se llaman la prescripción enfermera, facilitar también que tengan esa formación necesaria para que las vacunas que no están incluidas en los calendarios oficiales, sí en los calendarios de las sociedades científicas, una enfermera la pueda fácilmente prescribir siguiendo los protocolos adecuados. Desde que se puso en funcionamiento el Real Decreto de la mal llamada prescripción enfermera no se han desarrollado estos protocolos ni estas guías técnicas en el campo de las vacunas y eso también sería una parte muy importante.
Y finalmente, las farmacias deben ser unos puntos muy importantes para formar, para informar y para concienciar a los pacientes. Nosotros no vemos en estos momentos la necesidad de que se vacune en las farmacias porque para ello tendría que contratar a una enfermera y tener un espacio habilitado, acreditado para poder vacunar. Por tanto, yo creo que cuando la gente habla de estos recursos es un poco entrar en conceptos que no están dentro de nuestras competencias profesionales.
Esther Redondo: Lo fundamental, que está súper estudiado en campañas de vacunación antigripales, es favorecer la accesibilidad al sistema. Entonces, el que no haya consultas específicas de tal hora a tal hora, el que haya un acceso o un punto permanente de vacunación en todo momento en el centro de salud, a mí me parece que favorece mucho. Por supuesto, también la gratuidad de la vacuna. Nosotros tenemos ahora una vacuna incluida en calendario en todo el país para la corte de 80 años que, si no estuviera incluida, yo creo que en el momento actual una grandísima parte de la población diana de la vacuna del herpes zóster no se la podría permitir por costo. Probablemente también la autoridad sanitaria tenga que plantearse una mayor inversión en vacunación y no ponerla en el capítulo de coste. Si no, esto va a ser en realidad un ahorro muy a medio plazo. Quitar esta visión cortoplacista de la inversión en vacunas que tienen muchos políticos que están poco tiempo o mucho, cuatro años, en su cargo, también ayudaría.
En cuanto a perfiles profesionales, yo vuelvo a insistir en que la farmacia comunitaria puede hacer mucho y pienso como José Antonio que puede hacer una labor fundamental: no ser simplemente dispensador de medicación, si no hacer educación para la salud en vacunas y en otras actividades preventivas en cuanto a hábitos saludables. Además, no tiene por qué hacer exactamente una administración de vacuna porque yo creo que tenemos profesionales de enfermería muy formados que quieren todos los países europeos y que lo que hay que hacer de nuevo es contratar a profesionales que están formados para ello, no abrirlo a otros perfiles profesionales que en sus competencias a lo mejor, o a lo mejor no, según está la distribución en este momento en nuestro país, no les incluye esa y sí la educación para la salud.
Los expertos en vacunación subrayan la importancia de mejorar la accesibilidad
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¿Qué beneficios plantea y cómo debería ser el acceso por parte del profesional sanitario y el ciudadano al 'Sistema de información de vacunaciones en España'?
Jorge del Diego: Yo creo que los beneficios son enormes. Era un registro tremendamente necesario que se hiciera y así se ha conseguido lógicamente con el acuerdo del Ministerio con todas las comunidades autónomas, ratificado en el Consejo Interterritorial. Cuando se cree, habrá que sacarle todo el jugo que nos va a dar. Es decir, beneficios desde el impulso, por ejemplo, a los propios sistemas de información en el registro de las comunidades o poder tener información automatizada para monitorizar cualquier programa de vacunación. Que yo tenga datos me va a permitir investigar mejor, concluir mejor y reaccionar mejor a aquello que puedo hacer. Y si hablamos de vacunas y de salud pública, evidentemente me va a permitir realizar mejores políticas orientadas a la vacunación y a lo que no es la vacunación. Va a facilitar evidentemente una interoperabilidad con otros sistemas, beneficios para ciudadanos desplazados, una mayor cohesión en la propia información que tengan las comunidades autónomas a la hora de que yo me pueda desplazar a vivir a una u otra comunidad, va a permitir que yo tenga mejores registros vacunarles. Y luego, evidentemente, el desarrollo de estudios de investigación conjuntos entre la Administración central y las comunidades autónomas.
Los beneficios de un sistema como este son enormes. Veremos qué acceso se le da pero en principio todos los profesionales sanitarios lógicamente deberían poder tener acceso al sistema de registro de tal modo que puedan ver aquellos datos necesarios sobre sus pacientes para que no perdamos la oportunidad previa de vacunación, no tenga que llamar a alguien para que venga a vacunarse, sino que pueda hacer esa prevención en el mismo momento en el que yo tengo la consulta para poder vacunar a la persona.
"El registro nacional va a permitir realizar mejores políticas orientadas a la vacunación"
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Antoni Trilla: ¿Puedo hacer una pregunta a Jorge? ¿Cuándo crees que estaría esto? ¿Cuándo puede estar el horizonte temporal? Conservador, que ya sabemos que la pifiamos, pero bueno.
Jorde del Diego: Creo que ha sido José Antonio el que ha dicho antes que todos nos hemos tragado palabras antes de la pandemia. Ahora mismo no puedo dar un horizonte temporal, pero va a ser más pronto que tarde. Está establecida la financiación que va a haber. Ahora, hay que ver evidentemente cantidad de financiación y empezar a trabajar obviamente con las comunidades. Jaime lo sabe lógicamente porque son temas que se hablan en la ponencia de vacunas, y eso va a permitir que salga lo más pronto posible.
Esther Redondo: Yo creo que esto era una necesidad, una asignatura pendiente. No puedo estar más de acuerdo en todo lo que ha dicho Jorge. Si no registras no puedes saber lo que haces, si lo haces bien o mal. Tiene que haber un registro unificado para todo el territorio nacional. Esos datos tienen que ser transparentes, deben ser publicados, deben ser de acceso público para que se puedan hacer estudios y de esas investigaciones se condicionará la toma de decisiones importantísimas de salud pública y de política sanitaria. Esto requiere una inversión económica muy grande pero yo creo que merece muchísimo la pena.
Jaime Pérez: Aparte de lo que habéis comentado, creo que la persona de forma individual se beneficia mucho del registro central de vacunas. Al final tiene en un único registro todas sus vacunas esté donde esté, que debe ser al final el motivo fundamental y el motivo primario de creación de un registro central: el hecho de que aquella persona que se desplace por cualquier motivo tenga recogidas sus vacunas en un registro único y no tengamos que estar registrándola en varias comunidades autónomas. Eso es una cuestión que evidentemente en una comunidad autónoma como Madrid o como Murcia, que somos comunidades uniprovinciales, influye mucho más porque es que incluso hay personas que trabajan en una comunidad y viven en otra. Con lo cual, hay veces que por el medio laboral se le registra unas dosis y en su vida de centro de salud se le registran otras dosis. Al final puede llegar a ser en algunas personas un auténtico caos. Yo creo que ese registro único es muy bueno y además también creo que tiene un efecto beneficioso como todo, cuando todo el mundo es generoso. En general todos salen ganando y aquí esto es una cuestión en la que al final un registro único nacional lo que nos crea es una conciencia de tener las vacunas registradas, y aquellas comunidades autónomas que no tienen registros buenísimos van a tener que mejorarlos y van a tener que contabilizar aquellas vacunas que a lo mejor todavía no estaban registrando como pueden ser las que se ponen en el medio privado.
Todo el mundo va a tener interés en que figuren sus vacunas en un registro único, se va a concienciar la población. En los profesionales sanitarios, eso va a tener como cosa positiva que los propios registros de las comunidades autónomas se van a reforzar y van a captar más vacunas de las que captan ahora mismo. Yo creo que hay muchas regiones que van a mejorar mucho sus registros propios, lo que va a redundar en un registro mejor para todos. Es una cosa muy positiva para todo el mundo, evidentemente.
Los participantes del debate celebran la creación de un registro estatal de vacunaciones en España
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Ronda de conclusiones:
Esther Redondo: Quiero pedir a mis compañeros de Primaria que interioricen la prescripción y la recomendación de vacunas como algo más de la consulta del día a día, como prescriben una estatina o un antihipertensivo, o cualquier otra cosa. Tenemos que ser conscientes primero nosotros de los beneficios de la vacunación y de que la vacuna en la nevera de los centros de salud no sirve de nada, solo sirve cuando se la pones en el brazo del paciente. Cada vez que pinchas una vacuna en el brazo de un paciente estás dando y regalando salud. Tienes ya la tarea hecha. Entonces, te puedes ir a casa con tranquilidad.
Jaime Pérez: Me ha gustado mucho la parte de que cada vez que administras una vacuna te vas con el trabajo hecho. Yo creo que una de las cosas que nos gustan a los que nos gustan las vacunas es que sabemos que el trabajo lo dejamos hecho vacunando. Es mucho más fácil que prescribir una estatina, que no sabe si el paciente se la va a tomar o no se la va a tomar. Luego verenos los estudios de efectividad y lo que queramos, pero está administrada, está hecho y has dado un impulso en salud importante. Yo creo que hay que intentar entre todos tener mejores vacunas, más vacunas, más concienciación y una mayor agilidad en la incorporación al uso universal.
José Antonio Forcada: El resumen sería que tenemos que trabajar entre todos en la formación y en la mejora de la cultura vacunal de todos los profesionales sanitarios, cada uno en su campo y en sus competencias profesionales, para intentar mejorar las tasas de cobertura vacunal. Por otra parte, vender con mucho más énfasis que hemos venido a dominar el calendario para toda la vida y si consiguiéramos que de verdad fuera único y que no hubiera diferencias de equidad entre las comunidades autónomas a la hora de recibir más calidad en su prevención, sería ideal. Pero que vendamos con énfasis eso del calendario para toda la vida. Nos hemos hartado de decir que las vacunas no son solo cosa de niños, pero eso tenemos que demostrarlo y de una manera muy evidente.
Jorge del Diego: Hay que aceptar que las coberturas vacunales en el adulto son bajas y que hay que elevarlas. Para eso hace falta tiempo en la consulta para poder explicarlas. Hace falta una mejora de la coordinación, tanto a nivel micro como macro. Hace falta aumentar el conocimiento tanto propio como ajeno, tanto de los profesionales como de la población en general. Y luego también creo que hay que dejar de banalizar enfermedades inmunoprevenibles y hay que dejar de, por ejemplo, usar a la gripe como elemento comparador de gravedad a la baja sobre todo para determinar qué es grave y qué no. La gripe es una enfermedad grave, es una enfermedad inmunoprevenible y si yo la uso como comparador de gravedad a la baja evidentemente estoy indirecta y directamente haciendo que la gente deje de vacunarse porque entiende que no es para tanto.
Antoni Trilla: Yo seré muy rápido porque suscribo totalmente las conclusiones o las recomendaciones que han hecho mis compañeros. Yo insistiría en la educación sanitaria desde el colegio. Es muy importante ir explicando las bondades de las vacunas y la necesidad de las vacunas. Continuaría en la etapa universitaria y seguiría claramente en la etapa profesional. Osea, educación y formación. Y creo que también es necesario que la gente tenga acceso a información clara, puntual, verídica, transparente, que le vaya comunicando los cambios, los avances, los problemas que pueda haber en la vacunación. Y esto a la larga creo que generará mejor conocimiento, una actitud crítica científica más sólida y necesariamente más confianza. Con lo cual, esa es la recomendación que haría también.
"Las coberturas vacunales del Covid en amplias zonas del mundo son escasísimas"
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