María Río, directora general de Gilead.
14 jul. 2021 14:20H
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La investigación en terapias avanzadas está experimentando grandes avances en los últimos años y, gracias a innovaciones como las inmunoterapias CAR-T (Chimeric Antigen Receptor, CAR-T cell) ahora es posible hablar de un nuevo escenario para el tratamiento de determinados cánceres hematológicos con pronóstico grave, como, por ejemplo, el linfoma B difuso de células grandes (LBDCG) refractario o en recaída. El Hospital Universitario Doctor Negrín de Las Palmas de Gran Canaria es en la actualidad uno de los nueve centros españoles designados por el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social para administrar el tratamiento con células CAR-T, la inmunoterapia con células T contra determinados tumores hematológicos. El corto documental “Un lugar para la esperanza” recoge esta historia a través de la voz de sus protagonistas.
La llegada de las terapias CAR-T a Canarias es todo un éxito, ya que existían -y existen- “una serie de hándicaps importantes que tienen que ver, principalmente, con toda la parte de infraestructura y de logística” para hacer llegar este innovador tratamiento para el conjunto de las islas -indica Conrado Domínguez, director del Servicio Canario de Salud (SCS)- quien destaca en este video documental que para lograr la acreditación del Ministerio para la administración de estas terapias ha sido necesario “tener el conocimiento, la implicación y la convicción” de los profesionales sanitarios; un hecho que ha permitido extender “la esperanza a pacientes con cáncer hematológico que no tienen otra posibilidad”.
En línea con sus palabras, y en base a la cualificación necesaria para poder administrar terapias basadas en medicina personalizada como las CAR-T, Hugo Luzardo, hematólogo del Hospital Universitario Doctor Negrín, señala que “desde el punto de vista profesional, cumplimos los criterios de excelencia y calidad para poder administrar esta terapia” a pesar del esfuerzo añadido que implica la “condición de insularidad y por lo alejados que estamos de la Península”. Gracias a este tipo de terapias avanzadas es posible modificar genéticamente la respuesta del sistema inmune para que sea capaz de luchar contra estos tipos de cáncer, una innovación que ya ha llegado a Canarias y que está permitiendo aplicar “una de las opciones más avanzadas que existen en el campo de la oncología actualmente, permitiendo abrir la puerta a muchos pacientes que antes la tenían cerrada”.
La designación del hospital grancanario para administrar los tratamientos basados en células CAR-T en septiembre de 2019 fue recibida con “una gran alegría e ilusión por parte de nuestro centro” señala Luisa Guerra, hematóloga del Hospital Universitario Doctor Negrín, quien refiere como una oportunidad el poder administrar “medicamentos fabricados a partir de las células del propio paciente”. Algunos tipos de cánceres de la sangre tienen un pronóstico grave con una esperanza de vida de en torno a seis meses, ya que muchas veces sus pacientes no responden a dos o más líneas de tratamiento previas. Gracias al esfuerzo investigador, las CAR-T, que emplean los propios linfocitos T del paciente modificados en laboratorio para que aprendan a identificar y luchar contra las células cancerígenas, han demostrado ser una oportunidad para el tratamiento de este tipo de cánceres.
Además, la Dra. María Perera, hematóloga del Hospital Universitario Doctor Negrín, señala que ser capaces de ofrecer los tratamientos más innovadores ha sido todo un reto que permite que hoy haya “un antes y un después de la palabra cáncer, pero también un antes y un después de la terapia celular” porque “nosotros, en Canarias, somos capaces de darle al paciente una opción de tratamiento de las más innovadoras que tenemos hoy en día”.
Un proceso posible gracias a la investigación
Las CAR-T son un tipo de terapia con un fuerte componente de innovación que hace que sea el propio organismo el que combata la enfermedad al ser “capaz de fabricar un fármaco con sus propios linfocitos”, señala el doctor Luzardo. Una vez realizada la aféresis al paciente para extraer los linfocitos T de la sangre, éstos se envían desde el hospital acreditado a un innovador centro de procesamiento en Europa. Las células T ya modificadas genéticamente para que sean capaces de detectar la célula tumoral y también de destruirla regresan al hospital de origen. Una vez de vuelta a Canarias se almacenan en el laboratorio del hospital, para que, en ese tiempo, los linfocitos modificados genéticamente puedan ayudar a hacer desaparecer la enfermedad, describen Perera y Guerra, destacando esta última que toda la pauta “requiere de un engranaje perfecto donde nada puede fallar, donde no pueden existir retrasos y la colaboración debe ser perfecta con los hospitales derivadores”.
Asimismo, la Dra. Perera resalta la importancia de poder administrar de forma efectiva estas terapias CAR-T en Canarias ya que al hablar del paciente hay que tener en cuenta también a su familia. “La familia y el enfermo es una unidad. La familia es imprescindible para que esto tenga éxito. El producto tiene que ir donde está el enfermo, no el enfermo trasladarse para recibir el tratamiento”.
“G-Stories, ideas llenas de vida”
Esta historia se recoge en el documental, Un lugar para la esperanza, la cuarta entrega del proyecto “G-Stories, ideas llenas de vida” con el objetivo de dar a conocer historias de éxito que han ayudado a solventar retos sanitarios como el de la hepatitis C o impulsar el diagnóstico precoz y el comienzo del tratamiento de forma temprana en personas con VIH. Una iniciativa con la que Gilead España persigue un doble reto: poner de manifiesto la relevancia de desarrollar este tipo de proyectos para la sociedad, así como compartir buenas prácticas para que puedan ser adoptadas e implementadas en otros lugares.
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