Alexandre Lebeaut, vicepresidente ejecutivo y director científico y de I+D de Ipsen.
La farmacéutica Ipsen ha presentado este viernes en el
congreso Toxins de la Asociación Internacional de Neurotoxinas que se celebra en Copenhague, los resultados de una
encuesta a pacientes a nivel internacional que pone de manifiesto las cargas ocultas de la espasticidad, así como de la necesidad de los pacientes de lograr un alivio más duradero de los síntomas.
La espasticidad es una de las patologías más incapacitantes asociadas a enfermedades neurológicas en adultos
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La espasticidad es
una de las patologías más incapacitantes asociadas a enfermedades neurológicas en adultos (accidente cerebrovascular, lesiones cerebrales traumáticas, etc.) y
afecta ya a 12 millones de personas en todo el mundo. Se caracteriza por un incremento anormal del tono muscular o rigidez muscular.
La encuesta ejecutada por Ipsen a 615 pacientes de seis países participantes, confirma que la espasticidad tiene un
gran impacto en la capacidad para desarrollar tareas cotidianas como llevar objetos, caminar o conducir, y, en general,
reduce su independencia. El sondeo también revela que la espasticidad afecta a la
capacidad de trabajar (un 22 por ciento de los pacientes encuestados no trabajaba), a su
vida sexual y a su
autoestima. Para el 94 por ciento de los participantes, la satisfacción con
su vida mejora con el tratamiento con toxina botulínica tipo A.
Según los datos obtenidos mediante la encuesta,
la mayoría de los pacientes (78 por ciento) tienen que ausentarse del trabajo. Además, el tratamiento representa una
carga económica. Asimismo, nueve de cada 10 encuestados quieren tener largos periodos sin síntomas, esperando que esto tenga un impacto positivo en su calidad de vida.
Tratamiento con BoNT-A
Durante el congreso Toxins 2019 se ha presentado un análisis provisional de ULIS-III, un
estudio de fase IV sobre la consecución de objetivos de tratamiento centrados en el paciente en adultos con espasticidad en extremidades superiores tras el
tratamiento con BoNT-A. La infiltración de BoNT-A, que bloquea la transmisión neuromuscular, es
uno de los tratamientos de referencia para la espasticidad.
Jorge Jacinto, consultor
senior de Medicina Física y Rehabilitación, y jefe del departamento de neurorrehabilitación de adultos en el Centro de Medicina de Rehabilitación de Alcoitão, en Portugal, ha destacado: "Tanto el estudio Carenity como estudios observacionales, como el ULIS-III,
proporcionan a los médicos una valiosa información sobre los pacientes. Esto nos permitirá no solo considerar la carga de la espasticidad en su conjunto, sino también replantearnos el tratamiento para
mejorar la calidad de vida de los pacientes y de sus cuidadores".
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