Eduardo Ortega Socorro. Madrid
La Agencia Europea de Medicamentos (EMA) ha hecho balance del año 2015 que ya ha terminado, y las cifras permiten concluir que ha sido positivo. A pesar de la inestabilidad institucional a la que llevó la destitución de Guido Rasi como su director general por irregularidades en su nombramiento (que luego se solventaron), el órgano regulador ha mantenido el ritmo de trabajo y dado el visto bueno a un 13 por ciento más de fármacos en 2014.
Guido Rasi, director de la EMA.
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En total, la EMA ha emitido 93 opiniones positivas durante el pasado año, rompiendo el récord de la década que suponían las 87 de 2011 y acercándose a la cifra ‘mágica’ de 2010 (117). De ellas , el 41 por ciento (39) son nuevas entidades moleculares. De estos ‘first in class’, al menos un tercio son para el tratamiento del cáncer.
Dentro de estos productos que recibieron el visto bueno, al menos 18 son medicamentos huérfanos y sobre tres se recomendó la comercialización “bajo circunstancias excepcionales por la rareza de las enfermedades a las que estaban dirigidos”.
Asimismo, también se ha dado el visto bueno a 54 extensiones de indicaciones, al tiempo que se ha mantenido una intensa actividad de inspección de instalaciones de producción en 62 países de todo el mundo. Concretamente, 2.590 de buenas prácticas de producción, 270 de buenas prácticas clínicas y 190 de farmacovigilancia.
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