El catálogo europeo de fármacos esenciales solo complementa al español

La Unión Europea lleva desde antes del verano trabajando en su estrategia para evitar posibles problemas de desabastecimiento de medicamentos de cara al próximo invierno. El 'dejavú' de lo peor de la pandemia de coronavirus ha impulsado que Europa ponga en marcha e intensifique su maquinaria farmacéutica. En el marco de la misma, prepara un listado de medicamentos esenciales, cuya primera versión se hará pública antes de que termine el 2023.

Por su parte, España tiene su propio listado de medicamentos estratégicos basado específicamente en "criterios de criticidad y vulnerabilidad para el Sistema Nacional de Salud (SNS)", tal y como ha explicado a Redacción Médica la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps), por lo que la publicación del catálogo europeo será complementario al mismo, al no tener en cuenta las características concretas españolas.

Si bien, el listado que tiene la Aemps se va actualizando, un trabajo para el que sí analizará y tendrá en cuenta el europeo, al igual que hace con el que tiene la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Pero el 'plato fuerte' en cuanto a listados de medicamentos que prepara Europa es el de medicamentos críticos, que son un subgrupo de los medicamentos esenciales para los que nunca deberían existir problemas de suministro en el sistema sanitario. Es precisamente una de las iniciativas que engloba la nueva reforma farmacéutica europea, que en este momento se encuentra en periodo de alegaciones. 

Nuevo catálogo europeo de medicamentos críticos

La Comisión Europea ya ha marcado las bases sobre las que se sustentará este nuevo catálogo. La idea es crearlo a nivel comuntario y, una vez hecho, se evaluará si la cadena de suministro de cada fármaco es vulnerable o no.

Esto correrá a cargo de la Agencia Europea de Medicamentos (EMA), que tendrá más protagonismo. Este proceso también acarrea ajustes al sector, atendiendo a las "obligaciones legales que la Comisión podría imponer a las empresas farmacéuticas".

Entre las exigencias que se podrán llevar a cabo está la reorganización o el aumento de la capacidad de producción. Pero también tienen como objetivo mantener existencias de reserva, diversificar los proveedores en cuestión o ajustar la distribución a fin de conseguir una mejora en el suministro final.