El encuentro anual actualiza los conocimientos científicos relacionados con esta patología

'Espacio Asma' analiza los retos de la práctica clínica de la enfermedad
Los representantes y ponentes en este encuentro anual de 'Espacio Asma'.


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Bajo el título ‘Condicionantes externos del asma, una nueva perspectiva’, se ha celebrado la 13ª edición de ‘Espacio Asma’, encuentro de referencia entre profesionales sanitarios centrado en la investigación y desarrollo de tratamientos para mejorar la calidad de vida de las personas que sufren asma. Se trata de un encuentro anual organizado por BCD Meetings & Events, con el aval científico de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC) y el patrocinio de Chiesi.

Este encuentro tiene como objetivo la actualización de conocimientos de aspectos esenciales de la enfermedad como su fisiopatología, diagnóstico y tratamiento, así como elementos externos, que condicionan su control. Concretamente, esta edición de ‘Espacio Asma’ se ha centrado en las nuevas evidencias sobre los condicionantes externos que afectan al manejo del asma. Este enfoque es especialmente necesario para afrontar los nuevos retos que suponen estos factores para la práctica clínica habitual.

‘Espacio Asma’ ha revisado de forma interactiva y práctica las nuevas evidencias sobre los factores externos que afectan al manejo del asma y que se han convertido en nuevos retos para la práctica clínica habitual. Para ello, el encuentro ha contado con mesas de debate y talleres centrados en la eliminación de barreras en el manejo del asma, en el desarrollo de nuevos planteamientos y nuevas propuestas y en los factores desencadenantes en el asma.

Julio Delgado, del Hospital Universitario Virgen Macarena de Sevilla y miembro del Comité Científico de ‘Espacio Asma’, señala que “el asma es una enfermedad inflamatoria compleja que puede desencadenarse por múltiples factores, son elementos o situaciones que pueden causar síntomas asmáticos, un ataque de asma o empeorar una crisis ya existente. Los principales desencadenantes son las infecciones respiratorias virales, fundamentalmente rinovirus, los alérgenos (especialmente pólenes, ácaros, hongos y epitelios de animales), las sustancias irritantes, que incluyen humo de tabaco, subproductos industriales (como las partículas diésel) y diversos compuestos orgánicos, los medicamentos (como analgésicos) y la actividad física. Aunque se trata de factores muy dispares, los distintos grupos de desencadenantes pueden actuar de forma sinérgica”. 

Por su parte, Santiago Quirce, del Hospital Universitario La Paz de Madrid y miembro del Comité Científico de ‘Espacio Asma’, afirma que “uno de los mayores desafíos que afronta el profesional sanitario en el día a día de la relación médico-paciente es lograr una comunicación efectiva y empática que fomente la adherencia al tratamiento y la comprensión del paciente sobre su enfermedad. La concienciación de los pacientes con asma sobre su patología y la importancia de su control a largo plazo es fundamental para una gestión óptima, así como superar las barreras existentes para el desarrollo de una relación de confianza que permita personalizar el tratamiento y promover un autocuidado adecuado”.

Asimismo, Antonio Valero, del Centro de Alergología Alergo Avanta y miembro del Comité Científico de ‘Espacio Asma’, añade que “es indudable que existen elementos externos, aparentemente no relacionados directamente con la enfermedad que influyen su control. En este contexto, la comunicación efectiva entre médico y paciente condiciona la educación del paciente sobre su enfermedad. Los determinantes sociales como el nivel educativo, socioeconómico, la raza y la accesibilidad física a los servicios médicos, pueden condicionar también el grado de control. La actuación sobre estos determinantes sociales facilita la equidad en salud, para que las personas puedan desarrollar su máximo potencial de salud independientemente de su posición social u otras circunstancias determinadas por factores sociales, lo que a su vez implica que los recursos sean asignados según las necesidades a través de un plan de intervenciones para reducir estas desigualdades sociales en salud. Otro factor clave sería el abordaje integral y multidisciplinar del asma, que también asegure la equidad y accesibilidad a la atención médica y el acceso a fármacos”.

Por su parte, Carlos Almonacid, del Hospital Universitario Puerta de Hierro Majadahonda de Madrid y miembro del Comité Científico de ‘Espacio Asma’, añade que “una de las principales dificultades en el manejo del asma es la existencia de múltiples barreras que interfieren con el control adecuado de la enfermedad. Se pueden clasificar en cuatro niveles. Por un lado, están los relacionados con el paciente como la baja adherencia, la falta de educación sobre la patología y percepción errónea de control, que podrían solucionarse con educación personalizada, recordatorios electrónicos y revisión rutinaria del uso del inhalador. Los que atañen al sistema de salud como el acceso limitado a tratamientos, tiempo limitado en consultas y falta de integración entre atención primaria y especializada, requieren mejorar el acceso a medicamentos, implementar programas de seguimiento y mejorar la coordinación entre niveles. Por su parte las que derivan del entorno, como la exposición a desencadenantes y factores socioeconómicos, necesitan de intervenciones comunitarias, políticas públicas e inclusión del trabajo social en la atención al asma. Finalmente, las barreras del profesional sanitario, como el infradiagnóstico o falta de actualización en guías clínicas, deben solucionarse con una formación continua y herramientas estandarizadas”.

Por último, Ignacio Dávila, presidente de Seaic y jefe del Servicio de Alergia del Complejo Asistencial Universitario de Salamanca, remarca que “en la patogenia del asma, sobre todo del asma alérgica, intervienen factores intrínsecos y extrínsecos o externos y de su interacción derivan aspectos etiopatogénicos, como manifestaciones sintomáticas de la enfermedad. En esta decimotercera edición de Espacio Asma se ha abordado cómo los factores externos influyen en las manifestaciones clínicas y el control del asma. Entre los principales factores externos implicados que pueden desencadenar exacerbaciones asmáticas destacan: las infecciones respiratorias, como el virus de la gripe o el virus respiratorio sincitial; la contaminación ambiental; la exposición a alérgenos, como los pólenes o ácaros; el cambio climático, que agrava la polinización y la calidad del aire; los factores psicosociales y económicos, como el estrés, la ansiedad o la falta de acceso a tratamiento adecuado; y el uso inadecuado de fármacos”.
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