Antonio ha emprendido una cruzada contra quienes hacen "publicidad engañosa" de la homeopatía.
Antonio (nombre ficticio) estaba convencido de que seguía las pautas adecuadas para bajar el colesterol alto y los triglicéridos y evitar que éste fuera a mayores. Tras sufrir un
infarto de miocardio, un equipo médico le advirtió de que se estaba “suicidando”. ¿La causa? Que su médico particular, para más 'inri' compañera de clínica de la que ahora es su exmujer le convenció para sustituir su medicación oficial por productos homeopáticos. Cuando recuerda cómo le “tomaron el pelo” recurre al sentido del humor, pero lo aparta cuando habla de su actual cruzada: interponer una querella ante la
Fiscalía General del Estado contra todos aquellos que atentan contra la
salud pública para evitar que enfermos como él padezcan su mismo calvario.
“Estuve tomando productos homeopáticos de 2002 a 2011”, relata
|
El supuesto carácter inofensivo de los productos homeopáticos es uno de los principales argumentos de los defensores de esta disciplina. Nuestro protagonista, sin embargo, ha experimentado en primera persona lo falsa que puede resultar esa tesis. Esta es la historia de un hombre que vivió el colapso de sus
arterias coronarias y que luchó contra ello con la única ayuda de una supuesta terapia que, como en otros muchos casos, resultó ineficaz hasta el punto de llevarlo al abismo. Su camino comenzó cuando
María, médico que trabajaba en la misma clínica que su exmujer, le indicó que debía cambiar sus fármacos por su “alergia al excipiente”, una patología que no padecía. “Durante años pensé que estaba tomando fármacos eficaces, sentía seguridad por qué los recetaba una médica y los adquiría en la farmacia.
Estuve tomando estos productos de 2002 a 2011”, relata.
En la actualidad ha puesto su experiencia al frente de la justicia al servicio de la lucha para que casos como el suyo no se repitan. El ambicioso objetivo de este juez retirado no es otro que la retirada del reconocimiento de la homeopatía como medicamento, un término que le concede el
Real Decreto Legislativo 1/2015. “Quiero que se regulen por ley las pseudoterapias sin evidencia científica, que no curan y generan confusión”, cuenta. Aunque no busca que le otorguen reconocimiento, su reto es que el delito de persuasión coercitiva se adicione en el
Código Penal para que acaben contra la “publicidad engañosa” que se usa.
Productos homeopáticos.
|
La decisión de enfrentarse a este tipo de terapias es la consecuencia de una experiencia que le acercó peligrosamente a la muerte. Recuerda su peor estado de salud, cuando llegó a pesar
58 kilos -“a pesar de tener una complexión deportista”- y recaer en una
“brutal” depresión que casi le cuesta la vida. Pero todo ello le da fuerzas para preparar una denuncia ante los tribunales que le ha llevado a acumular en
94 páginas con recetas y pruebas de cómo algunos pseudomédicos practican la peligrosa “publicidad engañosa”, letal para los pacientes que se sienten vulnerables por su enfermedad. “Buscan convencer y lavan el cerebro a enfermos desesperados” para que, como él, se dejen convencer y sustituyan sus respectivos tratamientos por productos que no son más que “agua con azúcar”.
Su lucha le ha llevado a hablar con distintos pacientes de asociaciones que han sufrido casos similares al suyo. Muchos de ellos cayeron en la homeopatía tras asegurarles, como en su caso, que los “
medicamentos sustituyentes” poseían los mismos “principios activos” que los recetados.
La misma 'piedra'
Una de las principales características de los pacientes que caen en las redes de este tipo de fármacos para tratar enfermedades graves es la desesperación por encontrar una solución a su problema. En estos casos, la vulnerabilidad se convierte en un peligro más para el paciente. Así le ocurrió a Antonio, que ni siquiera después del infarto consiguió sacudirse la influencia negativa de su médico homeópata, que le indicó que sus recetas seguían teniendo mayor beneficio para su salud. Debido a su vulnerable
estado de salud y a la confianza que tenía en esta médico, aceptó el cambio.
Al mes y medio de implantarle varios stents en las
arterias coronarias, Antonio acudió al servicio de Urgencias aquejado de los mismos síntomas que tuvo en el infarto. Se le detectaron nuevas obstrucciones.
Padecía de reestenosis. Por entonces, no pensaba que las
pastillas que le proporcionaban lo estaban matando. Decidió acudir a un hospital en el que trabajaba un amigo médico para que le practicara un cateterismo. “
Te has salvado de milagro” o “tú estás loco, te estás suicidando con estas pastillas", son las frases que recuerda de cómo le alertaron los médicos tras descubrir que había sustituido su medicación prescritas por productos que “no le hacían nada”. Ahí descubrió que había estado tomando homeopatía durante diez años.
“Creo que tengo la obligación de hacer algo por los demás, un bien, no lo hago por
venganza”, responde Antonio. Desde entonces ha estado investigando mucho sobre las tácticas y técnicas que usan para seducir a los pacientes enfermos, los más vulnerables. “Dicen que no sustituyen los productos homeópatas por medicamentos, pero sí lo hacen. Realizan un lavado de cerebro y t
écnicas sectarias que usan como trampolín para incidir sobre las personas”, afirma.
Algunos productos homeopáticos se venden en las farmacias.
|
Su vida actual
“Éramos amigos. Íbamos a cenar fuera todas las semanas. Había máxima confianza. Ella sigue con ese rollo y la voy a denunciar”, recuerda. Hoy lo que le une a esta médico es la querella que está preparando contra la “publicidad engañosa” que ha ido llevando a cabo en los últimos años.
Después del susto, volvió a renacer. Hoy en día la relación con su exmujer y su amiga está rota. “Ahora tengo los niveles de colesterol muy bien, y sé que tuve mucha suerte”, destaca. “Yo no podía sospechar nada, y menos que mi propia esposa y su amiga me pudieran llevar a estar a punto de morir. ¿Cómo iba a sospechar nada?”, asegura mientras se emociona.
Debido a las graves consecuencias que le acarreó el dejar de lado su medicación por los productos homeopáticos, el exjuez cuenta que hoy necesita “
hasta 29 pastillas” para tratar
su débil corazón y maltrechas arterias. Dieciséis años después ha descubierto lo que estuvo tomando durante esa etapa de su vida. “Me he enterado ahora, leyendo lo que es la homeopatía, me tomé las recomendaciones que me hacía como si fuera otra opinión médica que tenía que escuchar”, explica.
“Lucho por andar un poco más cada día”, a pesar de que al principio no lograba dar más de dos pasos, al final logró andar un día el kilómetro. Ahí se recuperó de su depresión. Entre sus objetivos a corto plazo está el de “vivir” tomándose las cosas con más calma. Además de tener memoria de cómo acontecieron los hechos, también ha recopilado “muchas recetas” de los productos homeópatas que le llevarán a interponer una querella ante la Fiscalía General del Estado y querellas ante los juzgados. “Se están forrando con la salud de los demás y esto no puede ser”, avisa.
Las informaciones publicadas en Redacción Médica contienen afirmaciones, datos y declaraciones procedentes de instituciones oficiales y profesionales sanitarios. No obstante, ante cualquier duda relacionada con su salud, consulte con su especialista sanitario correspondiente.